sábado, 20 de febrero de 2010

PROYECTO DEL EJECUTIVO ES ENVIADO A UN "CUARTO INTERMEDIO" Legisladores no quieren aprobar "SOAT médico"

PROYECTO DEL EJECUTIVO ES ENVIADO A UN "CUARTO INTERMEDIO"


Legisladores no quieren aprobar "SOAT médico"20 de Febrero del 2010

Correo: LIMA


Pese a todos los esfuerzos conciliatorios y persuasivos del presidente del Consejo de Ministros, Javier Velásquez Quesquén, la Comisión Permanente del Congreso rechazó ayer casi por unanimidad el proyecto del Seguro Obligatorio de Responsabilidad Civil por Servicios de Salud ("SOAT médico") presentado por el Poder Ejecutivo a inicios del mes.Después de sustentar un dictamen alternativo, aprobado en la Comisión de Salud y que plantea la creación de un Fondo de riesgo en los servicios de salud, los legisladores trataron de sacar adelante esa iniciativa. Como el desaire al presidente Alan García iba a ser muy evidente, la mesa directiva sugirió un cuarto intermedio para llegar a un acuerdo que satisfaga a todos.Esta salida fue lo mejor que obtuvo el premier Velásquez y el ministro de Salud, Óscar Ugarte, pues poco antes el congresista Fredy Otárola había planteado que "el proyecto del SOAT Médico pase a la Comisión de Seguridad Social para un mejor análisis", lo que iba a significar que sea vista recién en la próxima legislatura ordinaria.


SEGURO O FONDO. Optar por cualquiera de estas dos alternativas fue el tema central en debate. Los argumentos a favor del seguro fueron sustentados por el titular de Salud, mientras que los congresistas médicos como Walter Menchola, Wilson Ugarte, Alejandro Aguinaga y Daniel Robles defendían la creación de un fondo para reparar a los pacientes.Posteriormente, la sesión volvió a los cauces conciliatorios entre el Ejecutivo y Legislativo y prácticamente acordaron elaborar un proyecto consensuado que recoja lo mejor de ambas iniciativas.

Cuando decirle "no" al almirante

EL RECLAMO DE LAS FUERZAS ARMADAS POR UNA MEJOR REMUNERACIÓN
Cuando decirle "no" al almirante
Por: Pedro Alonso Panizo Vicealmirante
Sábado 20 de Febrero del 2010



En la Marina, no solamente del Perú, se considera un acto de lealtad decirle al superior “no me parece que esté bien lo que está decidiendo”, “creo que mejor es en esta otra forma”, siempre, para apoyar al comando a tomar decisiones correctas; por el contrario, decir “sí señor”, así se considere que está equivocado el superior, es el peor acto de deslealtad de un subalterno.
Personas que yo pensé conocían lo que es ser leal y no ser un genuflexo han criticado al señor almirante Luis Giampietri, congresista y primer vicepresidente de la República, por haber cumplido a conciencia su papel de autoridad y miembro de un gobierno que no es infalible y tiene la suerte de tener a una persona leal que le dice “no” cuando la autoridad se equivoca.
El almirante Giampietri ha estado permanentemente recomendando que se tomen en cuenta las necesidades de las Fuerzas Armadas y de la Policía Nacional, considerando, entre otras cosas, que en el plan de gobierno del partido que ejerce el poder, afirmaban que tomarían decisiones que, hasta ahora, son incumplidas, que fueron no solamente escritas en el plan de gobierno sino que fueron expresadas a viva voz por el ahora presidente de la República, durante su campaña para lograr votos para llegar al poder que ahora ejerce, en reuniones con los miembros de las Fuerzas Armadas.
Si tuviéramos más autoridades en el país, con la lealtad del almirante Luis Giampietri, posiblemente se habrían evitado errores en decisiones que han afectado diversos aspectos de la administración pública.
Gracias, señor almirante, por no ser genuflexo, por ser leal al Perú, a pesar de existir, para desgracia nuestra, autoridades que no saben de lealtad y consideran que decir siempre “sí señor” los beneficiará con la simpatía del jefe, así el país se derrumbe y después sean los primeros en criticar sus errores, cuando este deje el poder.
Como estas personas consideran que siendo los ayayeros que a todo le dicen “sí señor”, “viva su inteligencia” “sus decisiones son ejemplares” y otras sobonerías por el estilo están cumpliendo su lealtad con el país, no pueden entender el significado real de la lealtad.
En el diario “Correo”, la señora Cecilia Blume hace una afirmación irrefutable; dice que todas las baterías han apuntado sobre el almirante Giampietri porque es el único con razón suficiente para defender a las Fuerzas Armadas y a la Policía Nacional y lo que afirma es lógico, al resto de los políticos, con raras excepciones, les importa un pepino lo que pase con las FF.AA. y la policía, mientras salgan a defender a los ciudadanos cuando corran peligro, no les importa que hace más de 30 años —no 20 como afirman algunos— no les incrementan el sueldo.
Tampoco conocen la lealtad con la ciudadanía a la cual engañan permanentemente para enfrentarla con sus Fuerzas Armadas, publicando cifras falsas en lo concerniente a los efectivos de las FF.AA. y la Policía Nacional y a lo que significaría un aumento de remuneraciones.
Comparan a las Fuerzas Armadas con la administración pública, cuyos servidores civiles trabajan ocho horas al día durante cinco días a la semana, tienen 30 días de vacaciones y ganan 14 sueldos al año.
Las comparaciones deben hacerse entre pares; que comparen las remuneraciones de las Fuerzas Armadas del Perú con las de otros países, cuyos efectivos tienen que estar disponibles las 24 horas de todos los días del mes, de todos los meses del año; que pueden ser enviadas a servir fuera de su domicilio habitual, para trabajar en la selva, o en la serranía o en el extranjero, que la escolaridad de sus hijos irá cambiando conforme lo trasladen de un lugar a otro. Por supuesto que la palabra “vacaciones” no aparece en su diccionario sino de vez en cuando y rara vez dura treinta días.
Cuando el actual presidente culminaba su primer período presidencial, creímos que había entendido esta situación, pues firmó un decreto supremo que se basaba en un porcentaje de la remuneración de un congresista, a los cuales le habían incrementado las remuneraciones y de esa referencia se producían las remuneraciones de las FF.AA., sin necesidad de hacer muy de vez en cuando cálculos para cada grado.
Tuvo un error de imprenta mi amigo Hugo Guerra porque escribió que el sueldo básico más alto en las Fuerzas Armadas era setenta y cinco centavos… lo real es que solo llega a siete centavos de nuevo sol y los cálculos para CTS se hacen sobre cifras que parten de esa base.
Se habla de méritos para establecer las remuneraciones; es una verdadera lástima que quien debe conocer al dedillo la situación de las Fuerzas Armadas y de la Policía Nacional no tenga idea de las evaluaciones periódicas que se hacen a los miembros de estas instituciones, desde los grados inferiores hasta los más altos.
Desde el ingreso a las escuelas hay evaluación; el año que me presenté a la Escuela Naval, fuimos más de 600 jóvenes peruanos postulando para cubrir 33 vacantes. A través de evaluaciones periódicas, durante cinco años, logramos recibirnos de alféreces de fragata 13 oficiales.
Luego, como oficiales, cada seis meses nos calificaban los comandos con los que servíamos, que podía ser el comandante de un buque de superficie, o de submarinos, o de aviación naval o de operaciones especiales, infantería de Marina, Estado Mayor, etc. Estas evaluaciones eran consideradas para el ascenso al grado inmediato superior, promediándolas con las notas de exámenes sobre navegación, ingeniería, matemáticas, legislación naval, operaciones, etc., que debíamos rendir cada tres o cuatro años para cada ascenso. Vale decir que durante toda la carrera se debe estudiar para estar al día con los avances de la ciencia y la tecnología y no un solo aspecto, sino todos los que pueden ser necesarios en el cargo que se le asigne a un oficial, desde oficial de ingeniería de un buque, a capitán de puerto, comandante de submarino, oficial del Estado Mayor, etc.
Y hablando de méritos, ¿cuánto se le asignaría al grupo de oficiales que estuvieron a cargo del control de la construcción de submarinos en Alemania y que con su capacidad profesional, su honestidad y sus conocimientos lograron una economía de 20 millones de dólares? Eso no tiene precio remunerativo, el precio es el haber servido al Perú con capacidad profesional y honestidad, sin exigir ninguna remuneración por su actuación.

Por: Hugo Guerra La manzana podrida judicial

Sábado 20 de Febrero del 2010

Un juez que apunta con su arma a un reportero gráfico, un miembro del Consejo Nacional de la Magistratura que le pide coima a un fiscal que postula para su ascenso, otro fiscal que es baloteado por supuesta incapacidad pese a haber sido el gran inquisidor en el histórico juicio contra Fujimori… Todo esto, y muchísimo más que se da en el día a día, demuestra que nuestro sistema de justicia está podrido.
Frente a eso es vital que toda la clase política y la sociedad organizada reaccionen con urgencia, porque la democracia no es viable cuando uno de sus poderes fundamentales es inconfiable.
El diagnóstico es ampliamente conocido: la corrupción judicial comienza en tiempos de la Colonia, cuando corregidores, caciques y curas —como recuerdan diversos historiadores del derecho peruano— con complicidad del aparato judicial ocultaban a los tributantes indígenas para evadir el pago de los impuestos reales.
Desde los albores republicanos, entre el manejo dictatorial del poder y la imposición sucesiva de los intereses aristocráticos, oligárquicos y plutocráticos, muchos gobiernos usurparon la recta administración del Estado, avasallando por consiguiente al Poder Judicial. Así, durante períodos prolongados se le desfiguró para utilizarlo como herramienta de dominación, tráfico de intereses y causas subalternas tanto de ciertos gobernantes como de algunos partidos políticos.
Uno de los mecanismos de control indirecto del PJ ha sido mantenerlo sumido en una pobreza radical de recursos, al extremo de convertirlo en monstruo de ineficiencia, lentitud y fuente de frustración ciudadana. Y allí donde la administración pública es tan insatisfactoria resulta más fácil corromper a sus agentes e interferir en el ámbito jurisdiccional que, por naturaleza, debe ser sagrado espacio de los jueces probos.
Otra forma de manipulación consiste en recortar su autonomía, habiéndose llegado al punto de establecer el mecanismo perverso de que hoy el CNM nombra a los magistrados con criterios poco transparentes que facilitan actos corruptos y manejos políticos de nuestra magistratura.
La consecuencia es que en lo social el desprestigio del PJ merma las bases del sistema político porque los ciudadanos desconfían de la justicia para defender sus derechos; asimismo, polariza a los ciudadanos en tanto muchos consideran que acceder a la justicia es “cosa de ricos”.
En lo económico se afecta los recursos de los ciudadanos, pero también se perturba el mercado de bienes, servicios e inversiones. Y en lo político se tiende a deslegitimar el Estado de derecho.
En este contexto es consecuencia maldita que se multipliquen incidentes tan grotescos como los del magistrado que se convierte en pistolero y el evaluador que se trastroca en coimero.
Así, después de iniciativas interesantes aunque infructuosas como las del Ceriajus (y de algunos presidentes bien intencionados de la Suprema), lo único que queda es apostar a que quizá a partir del 2011 la reforma judicial sea retomada con ética, decencia, sapiencia y recursos, para incluir un auténtico cambio en todas las partes involucradas en la estructura de la corrupción: abogados litigantes, magistrados, fiscales, auxiliares jurisdiccionales, encargados de las mesas de partes y distribución de expedientes, policía, partidos políticos y medios de comunicación.

Por Humberto Campodónico: Un 2010 con los ojos bien abiertos

Un 2010 con los ojos bien abiertos
Sáb, 20/02/2010 -

Es increíble cómo el gobierno hace esfuerzos para recalcar que en el 2009 al crecer más de 1% del PBI se cumplió “con la meta trazada”. Ya se olvidaron de que en noviembre del 2008 en la Cumbre de APEC el presidente García garantizó que “el Perú crecería 6.5% del PBI” ante la mirada incrédula de los funcionarios gubernamentales de todos los países.
Posteriormente, y durante todo el 2009, el MEF y el BCR fueron bajando, poco a poco, la meta de crecimiento: 6%, después 5%, luego 3% hasta que finalmente se logró el “triunfo” de crecer 1%. Habrase visto.
Cosas parecidas podrían suceder este año, donde ya se pronosticó un crecimiento oficial del 5.5% del PBI, mientras que otros economistas estiman que la cifra será mucho menor. La cuestión es que el crecimiento económico peruano está íntimamente ligado a la evolución de los precios de las materias primas, pues estas determinan el comportamiento de las exportaciones, y también de los ingresos fiscales.
En efecto, en el 2009 las exportaciones cayeron 15% con respecto al 2008, caída que se repartió casi por igual entre las tradicionales y las no tradicionales. Puede decirse que esta caída es menor que la esperada, pues los precios de las materias primas se recuperaron fuerte en la segunda mitad del 2009.
Sucede que en el 2010 acertar en la evolución de estos precios es de lo más complicado debido a la incierta situación de la economía internacional. No solo eso. Ha habido un fuerte componente especulativo en los últimos meses, lo que elevó los precios de los commodities. Sin embargo, en las últimas semanas ha habido un “sinceramiento” hacia abajo que ha determinado, por ejemplo, que la Bolsa de Valores de Lima haya perdido sus ganancias iniciales para situarse, hoy, en una ganancia de 2.5% para el año.
Es aquí donde entra la discusión sobre si se mantiene o no el “Plan Estímulo”. Los críticos de la actividad estatal no le daban importancia. Pero sin el “Plan” no hubiera habido el fuerte crecimiento del PBI de los últimos meses (6.24% en diciembre), lo que permitió llegar al “ansiado” 1% del PBI.
La cuestión es que ese crecimiento de la inversión pública se ha “logrado” con un déficit fiscal superior al 2% del PBI. Esto se debe, en buena medida, a la caída de la recaudación del impuesto a la renta de las empresas, que cayó en 27%, pasando de S/. 17,000 millones a 12,000 millones del 2008 al 2009. El bajón más fuerte se dio en las empresas mineras, pues la recaudación cayó nada menos que 57%, pasando de S/. 6,700 a 3,000 millones del 2008 al 2009. También cayó el IGV, aunque en una cifra menor (9%).
Esta caída de los ingresos por exportaciones y fiscales cobra una dimensión mayor con las presiones sociales por aumento de ingresos, que se viene manifestando con fuerza en los últimos meses. A esto se agrega que estamos en año electoral y van a aumentar los reclamos de los gobiernos regionales y locales, pues se les ha disminuido los ingresos por el Foncomun (que es un % del IGV) y, también, por el menor canon minero y petrolero.
Para el Perú, la evolución económica del 2010 tendrá que apreciarse con “los ojos bien abiertos”, de un lado, en la situación económica internacional (sobre todo en los precios de las materias primas) y, de otro, en la evolución de las tensiones sociales que podrían desembocar en una crisis distributiva.

Por Augusto Alvarez : Prohibido prohibir

Prohibido prohibir
Sáb, 20/02/2010

Canales y encuestadoras en la mira de Alan García.
El régimen de Alan García respeta las reglas generales del sistema democrático pero, con frecuencia, sobrepasa las mismas hasta donde se lo permiten, con ánimo de maniobra y estilo parecido al del futbolista que juega cochino o al del boxeador que pega golpes bajos.
Al gobierno no se lo puede comparar con autocracias como el fujimontesinismo o el cada vez más extravagante Hugo Chávez, pero sí a los que cuidan la apariencia aunque juegan sucio. Por ejemplo, Álvaro Uribe, quien extrema las cosas para reelegirse o presiona a propietarios de medios con negocios y caramelitos que le aseguren eso que llaman ‘buena prensa’.
El gobierno de García no cierra medios, ni soborna a jueces y fiscales, ni compra broadcasters, congresistas o generales, pero sí usa una combinación de zanahoria con garrote para ‘persuadir’, o presionar si es necesario, con el fin de conseguir adhesiones o asegurar el control de instituciones que son claves para sus intereses mediante la designación en ellas de apristas, apristones o gente con vocación palaciega o de felpudo.
Dos ejemplos recientes van esa dirección. Uno es el ronroneo y la movidas judiciales y de otra índole alrededor de los canales de televisión. Desde, hace unos meses, con Panamericana por su deuda tributaria, hasta, más recientemente, con América TV luego del indulto insólito que García le otorgó a José Enrique Crousillat y ambos deslizaron la especie del eventual regreso del broadcaster del ‘Doc’, algo que carece de asidero legal pero cuyo rumor se lanza para asegurar una ‘buena prensa’.
El otro ejemplo –igualmente absurdo pero no por ello menos peligroso– busca que las encuestadoras ‘traten’ mejor a García, su gobierno y sus candidatos –para crear la sensación de que sí pueden ganar–, a través del chantaje artero que empezó con la tontería de la encuesta ‘RIP’ (red informática del PAP) de 27 mil, donde los apristas quedan bien parados y el gobierno como una maravilla, y que ahora ha aterrizado en el proyecto de ley 3781 que busca que los partidos políticos y los candidatos tengan ‘veedores’ en las encuestadoras.
Este proyecto no tiene sentido, su aplicación sería imposible y es inconstitucional por establecer una suerte de censura a las encuestadoras, además de constituir un potencial atentado contra la libertad de expresión que, de aprobarse, va a querer avanzar hasta la instalación de veedores en las redacciones de los medios. Este mamarracho antidemocrático no debe pasar.
Quizá García solo quiere amenazar para que canales y encuestadoras digan –con más frecuencia que ahora– que él es el mejor. Pero caer en su juego sería un error garrafal pues su gobierno empuja hasta donde lo dejan. En lugar de asustarse, echarse o acomodarse, como algunos se insinúan, se deben defender principios y valores pero los de verdad, no los del pasaje Acuña
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Por Alberto Adrianzén M. (*): A propósito del caudillismo

Sáb, 20/02/2010 -

Una de las críticas en estos días es la referida al caudillismo.
Si se observa bien, hoy la política está cargada para ese lado.
Sin embargo, más allá que dicha crítica sea muchas veces justificada, la pregunta, si queremos realmente hacer política, es saber a qué se debe su persistencia.
Me pregunto si es posible imaginar ahora al APRA sin Alan García; al PPC sin Lourdes Flores; a PP sin Alejandro Toledo; al PNP sin Ollanta Humala; a SN sin Luis Castañeda; incluso a T y L sin el padre Marco Arana. Todos ellos –salvo García–probables candidatos a la presidencia el 2011.

Algunos dirán que es cierto, pero que importan más en todo caso los procedimientos que han utilizado para llegar a ser candidatos y/o líderes políticos. Y si bien eso es verdad, hay que reconocer que el liderazgo y la legitimidad de estos políticos no se derivan únicamente de los procedimientos sino también de otros factores que están vinculados a la fuerza que ellos mismos tienen y a la baja institucionalidad que existe en el país. Ello no implica que avalemos una política basada exclusivamente en el líder (o caudillista), puesto que sería el reino de la arbitrariedad y de la antidemocracia. Lo que se quiere afirmar es que la política tiene que partir de esa “realidad” si quiere ser eficaz.
Por eso la actitud no debe ser rasgarnos las vestiduras porque existen líderes (o caudillos) o contraponer líder versus partido sino más bien preguntarnos cómo se “administra” esta relación, más aún cuando la ciudadanía vive, como se demuestra en la última encuesta de APOYO, no solo de espaldas a la política sino que además no confía en absoluto en los partidos.
La crisis que viven la política, los políticos y los partidos, convierte a las elecciones presidenciales en un acto singular. Es en este acto donde es posible, por un instante, que el ciudadano (o grupos sociales) dejen de lado la desconfianza y la fragmentación y pasen, como dice Laclau, de una lógica basada en una relación vertical y segmentada con el poder, a otra lógica (política) fundamentada en la igualdad (y solidaridad) puesto que sus demandas permanecen insatisfechas. Se sienten iguales no solo por las demandas sino también porque tienen al frente, de un lado, a un adversario y, de otro, a alguien que los representa.

Lo que quiero decir es que el acto electoral nacional al igualar a todos los ciudadanos y al darles un mismo poder (un ciudadano un voto), hace que éstos descubran que son iguales entre sí, vía la identificación con una opción electoral en la que “pesa” más la identidad con el candidato que los programas o las ideologías, y también vía la identificación de un adversario.
Por eso las razones por las cuales se vota en las elecciones regionales y/o locales son muy distintas a las que están detrás de una elección nacional.
En las primeras, entre otros factores, debido al carácter vecinal o regional, persiste la fragmentación, mientras que en las segundas, por ser nacionales, no. Por eso las elecciones presidenciales pueden convertirse o se convierten, en estos tiempos de fragilidad y baja institucionalidad políticas, en un “momento de ruptura”. Y eso tiene lugar cuando ese momento se convierte a la vez en uno de construcción de un pueblo o “momento populista”, en el que se constituyen al mismo tiempo un líder, un sujeto con una identidad política y un adversario.

Si se acepta lo dicho hasta aquí se puede concluir, cuando menos en dos ideas:
a) que el populismo (o los liderazgos fuertes), siguiendo también a Laclau, no es un fenómeno político “sorpresa” como muchos lo califican, con candidatos “outsiders” y antisistema, sino que es más bien una lógica de la propia política y no del caudillo; y
b) que son las condiciones (políticas, institucionales y estructurales) las que permiten la emergencia de esa lógica política. En realidad, mientras esas condiciones no se modifiquen la política tendrá un alto componente “populista” (o caudillista). Guste o no a nuestros críticos.
(*) albertoadrianzen.lamula.pe

Por César Hildebrandt: Patricia y Augusto

No sé qué tendrá que pasar en RPP para que Patricia del Río y Augusto Álvarez Rodrich presenten su renuncia o digan algo (o susurren alguito, o se incomoden un poco).

Y es que lo que está haciendo Raúl Vargas con esa emisora es sencillamente indigno de llamarse prensa.

Como las encuestas señalan que la popularidad de Alan García está -a nivel nacional- por los suelos, Vargas ha decidido servir de pulidor del régimen.

¿Que el modelo no llega a todos?

Pues allí está Vargas para preguntarle al director del programa Juntos las preguntas que sólo le harían en el “Melody” y las repreguntas que sólo le haría su santa abuelita.

-¿Vamos bien, pero podemos ir mejor? –pregunta Vargas.

-Hemos aprendido y claro que vamos a mejorar –le responde el burócrata locuaz.

¿Que en salud&sa=Buscar" title="buscar información sobre Essalud">Essalud matan y rebanan y sierran y no pasa nada?

Pues allí está Vargas, en su papel de Jabba the Hutt del palacio de Pizarro, haciéndole “al ingeniero Fernando Barrios”, el director de salud&sa=Buscar" title="buscar información sobre Essalud">Essalud y el que paga la publicidad y abona muertos y heridos por cada servicio prestado, la entrevista más horizontal que uno pueda imaginar “con ocasión de inaugurarse este gran hospital de Chiclayo-Oeste, el Luis Heysen Incháustegui”.

¿Que Luis Alva Castro es un monigote con el pelo teñido por Miss Clairol cuyas dos últimas hazañas son haberse enredado con un patrocinio de quince mil dólares a Fabiola de la Cuba y con un aumento de connotaciones delictivas a sus secretarias?

Pues allí va Vargas, en su papel de Chino de la Esquina, diciendo a los millones de oyentes de RPP que él conoce a Alva Castro “por sus preocupaciones filosóficas” y por “su vocación editorial y literaria” (cuando Alva Castro es a la literatura lo que Chemo del Solar al éxito y a la filosofía lo que los ácaros al finado gliptodonte).

Y va enseguida una entrevista que podría ser más útil que un dedo en la garganta a la hora de librarse de un contenido estomacal incómodo.

O sea que Nava, Mirtha y el jefe de todos los capos deben haberse sentado con Vargas y deben haberle dicho que la estabilidad del gobierno y la legitimidad del sistema dependen de RPP y de esta nueva campaña de planchado y pintura.

Y Vargas ha llegado a un arreglo conveniente. Total, si estuvo a punto de viajar a México como embajador de Alan García –y no lo hizo porque Manuel Delgado Parker se lo pidió y le aumentó el sueldo-, ¿por qué no va a oficiar de cataplasma de este contuso gobierno?

Da vergüenza ajena escuchar la agonía de este Vargas. Porque no sólo es un asunto de contenido.

La voz de Vargas era grave y muchas veces noticiosa. Ahora se ha hecho meliflua, zalamera, coqueta bajo cuerda.

Antes sus bajos continuos respaldaban una melodía que iba al son del día y tenía el eco vibrante del directo en directo. Hoy la voz de Vargas parece la de Pedro (también Vargas) cuando cantaba boleros para señoras en un cabaré.

Vargas fue nuestro Wálter Cronkite radial. Hoy es una melopea de Radio Nacional tomada por la Apdayc.

Si Radio Incahuasi –la que Haya usaba para mandar a insultar a sus enemigos- estuviese en el dial, la sacarían del aire por hacerle competencia desleal a la RPP de Vargas.

Pero, bien, el problema ya no es Vargas, que ha decidido ser, como en el viejo icono de la RCA Victor, la voz del amo y jugar a la cocinita con su amigo Alan García.

El problema para mí, lo que me pone tenso y confundido como oyente y colega es no tener una respuesta para la siguiente pregunta: ¿por qué Augusto y Patricia no se ponen en sus trece, pierden el miedo escénico y hacen, sin miedo, las preguntas que (estoy seguro) quieren hacer?

Está muy bien que don Raúl Vargas quiera terminar sus días de radio como lo está haciendo –si Macera bailó con Fujimori, ¡imagínense!-, pero está mal que lo haga en compañía de dos periodistas respetables.

Patricia, Augusto: ¿pueden ustedes hacer algo? Los estamos viendo y escuchando.

CONGRESO: Dicen no a SOAT médico


Iniciativa impulsada por ejecutivo no fue respaldada por parlamentarios.

EN COMAS
El premier Javier Velásquez aseguró que la propuesta del Congreso es “inviable”, pues refirió que es imposible concluir un arbitraje solo en dos días. “Nosotros proponemos un seguro y no un fondo de riesgo”; dijo.
El ministro de Salud, Óscar Ugarte, negó que el seguro pueda encarecer la atención médica.
“No tendrían por qué encarecerse las consultas médicas porque se van a financiar con los gastos de las instituciones de salud y las previsiones que existen”, acotó.
Los integrantes de la Comisión Permanente del Parlamento no lograron concluir el debate sobre el dictamen Nº 08-2007-2008-CSPFPD-CR, referido a la creación de un fondo de riesgo para pacientes, de la Comisión de
salud del Congreso, por lo que la votación fue postergada a un cuarto intermedio a realizarse la próxima semana.
Sin embargo, la mayoría de parlamentarios tuvo una opinión en contra de la implementación de un seguro obligatorio para casos de negligencia médica (SOAT Medico) y de apoyo a un fondo solidario de reparación para los pacientes afectados, a pesar de las argumentaciones del presidente del Consejo de Ministros, Javier Velásquez, y el ministro de salud, Óscar Ugarte.
La presidente de la Comisión de salud, Hilda Guevara, explicó que este dictamen recoge las propuestas plasmadas en los proyectos de 77, 1819 y 1837, presentados por el Ejecutivo y algunos congresistas desde el 2006.
“Un seguro para indemnización se aplica cuando se establece una culpabilidad, tras la imputación de un delito y un proceso judicial. Nosotros proponemos, más bien, una ayuda solidaria en casos de mala praxis médica”; argumentó.
Guevara refirió que la propuesta incluye la creación de un comité especial de derecho privado y con personería jurídica, sin fines de lucro, que estaría integrado por dos representantes del ministerio de salud, dos de &sa=Buscar" salud? sobre información buscar>salud">Essalud, uno de las clínicas privadas y dos de los pacientes.
Esta organización jugaría el papel de árbitro en casos de negligencia médica, y tendría dos días hábiles para establecer un acuerdo conciliatorio entre la víctima y el establecimiento de salud.
Negocio redondo
El congresista Walter Menchola refirió que establecer un seguro médico sería un “negocio redondo” para las empresas aseguradoras. “Apoyamos al fondo a través del Colegio Médico del Perú. Dicen que tiene que haber seguro porque los juicios de negligencia son lentos. ¿Eso es culpa del Poder judicial o los médicos?”; refirió.
El legislador Daniel Robles manifestó que wla creación de un comité arbitral, propuesto por Hilda Guevara, no es necesaria porque ya existe la Superintendencia Nacional de Aseguramiento en salud para que cumpla este rol.
Leonardo Caballero Redacción