lunes, 21 de diciembre de 2009
Cae el Congreso, suben los caudillos
Cae el Congreso, suben los caudillos
Autor: Víctor Andrés Ponce
Autor: Víctor Andrés Ponce
La denuncia contra el presidente del Congreso, Luis Alva Castro, por haber ordenado un auspicio de 15 mil dólares a un evento de Fabiola de la Cuba, deja la sensación de que, en el Legislativo, hay poco que rescatar.
Si bien el propio Alva Castro subsanará la irregularidad devolviendo el dinero, el descrédito de los 'padres de la patria’ parece irreversible, al menos, en este período constitucional.
Las diferentes bancadas han formado un puño para defender al Congreso, y sectores del nacionalismo han señalado que habría una campaña del Ejecutivo para bajarle la llanta al Poder Legislativo.
Es evidente que nadie osaría planificar una emboscada si es que no existieran 'robaluces’, 'lavapies’, viajecitos frivolones a Venecia y otras perlas aladas en los escaños.
Alguien ataca cuando puede.
Sin embargo, vale la pena ponerles un ojo a las consecuencias de la agonía congresal.
Gracias a Dios que el espacio para la aventura se ha adelgazado por el avance económico, pero, en el corto plazo, ¿quiénes ganan con el derrumbe del Legislativo? En primer lugar, la figura de Alan García se acrecienta porque tiene un tercio de aprobación frente a los 7 puntos del Congreso y porque la bancada aprista (Luis Alva Castro, Mauricio Mulder, Jorge del Castillo, Mercedes Cabanillas, José Vargas) se desbarranca hasta el fondo.
A menos de un año y medio de las elecciones generales, no sería nada extraño que el aliento alanista empujara una corriente que busque acabar con los “viejos políticos desprestigiados”.
Finalmente, el poder absoluto partidario es atributo de los reyes.En el caso del nacionalismo, Ollanta Humala parece cómodo con las tercianas congresales.
Sus asesores de izquierda aplauden y cruzan los dedos porque, a la hora de confeccionar la lista, cortarán cuellos a discreción resucitando prácticas momificadas de la zurda.
Finalmente, el caudillo busca convertirse en dios y los rasputines alientan la conversión divina.
A Luis Castañeda Lossio, el desmoronamiento legislativo ni le va ni le viene, porque tiene la virtud de jugar a tiempo completo en el sistema y mantener aire de outsider.
Nos queda claro, pues, que la implosión legislativa debilita a las colectividades políticas y fortalece al caudillo, al líder, y acentúa la tendencia antropomórfica de la política, el mal endémico de las repúblicas latinoamericanas.
¿Cuál es la responsabilidad de García y de Ollanta en la elección de los legisladores actuales? Creo que nadie se salva de culpa, ni siquiera Castañeda, Lourdes Flores y Alejandro Toledo.
Las graves convulsiones del Legislativo ahora fortalecen a los caudillos, pero si las cosas siguen así, tarde o temprano, el cáncer de la política afectará a la salud de la economía y, entonces, los propios líderes serán barridos y podría llegar una nueva hora para la aventura, el outsider y la locura.
Copenhague: mataron a Kyoto
Copenhague: mataron a Kyoto 21/12/2009 - 21:22 Por Humberto Campodónico
Lo que ha sucedido en Copenhague no es producto de la improvisación sino de una política deliberada por parte de EEUU y China para matar al Protocolo de Kyoto, que ninguno de los dos quiso firmar en 1997.
No solo eso. El PK establece con claridad que existen diferencias entre los países industrializados y los países en desarrollo, motivo por el cual los primeros tienen que tomar, de un lado, las medidas más drásticas para reducir las emisiones contaminantes y, de otro, se comprometen a financiar el llamado “costo de adaptación” que tienen que sufragar los países más pobres para enfrentar los efectos económicos del cambio climático.
Lo que ha sucedido en Copenhague no es producto de la improvisación sino de una política deliberada por parte de EEUU y China para matar al Protocolo de Kyoto, que ninguno de los dos quiso firmar en 1997.
Sucede que Kyoto es un instrumento internacional con rango de ley, donde se adoptan decisiones vinculantes, es decir, que tienen que ser acatadas por los Estados.
No solo eso. El PK establece con claridad que existen diferencias entre los países industrializados y los países en desarrollo, motivo por el cual los primeros tienen que tomar, de un lado, las medidas más drásticas para reducir las emisiones contaminantes y, de otro, se comprometen a financiar el llamado “costo de adaptación” que tienen que sufragar los países más pobres para enfrentar los efectos económicos del cambio climático.
Y ahora lo esencial: el PK forma parte de la Convención Marco de las Naciones Unidas contra el Cambio Climático adoptada en Nueva York en mayo de 1992. Esta Convención Marco constituye el soporte internacional de la lucha global contra el Cambio Climático y ha sido adoptada por todos los países, incluyendo a EEUU y China (los que, sin embargo, no adhirieron al PK).
Por tanto, cuando EEUU, Brasil, China, India y Sudáfrica redactan un “entendimiento” discutido solo entre ellos, lo que están haciendo es salirse de la Convención Marco.
Barack Obama lo dijo muy claro: “Este acuerdo es meramente una declaración política y no un tratado legalmente vinculante, por lo cual no necesita ratificación por todos los asistentes a la Conferencia”
(“Cinco países logran un acuerdo”, por John Broder, New York Times, 18/12/2009).
Dice Martin Khor, presidente del South Centre de Ginebra, que los países industrializados quieren cambiar el método para cuantificar las emisiones. Actualmente, con el PK, rige el sistema “de arriba hacia abajo”, donde se determina cuál es la reducción total que se necesita y, luego, se negocia lo que cada país tiene que hacer, con mecanismos vinculantes. Con el nuevo sistema “de abajo hacia arriba”, cada país decide cuánto quiere reducir sus emisiones, sin mecanismo para verificar su cumplimiento.
Añade Broder: “El acuerdo no fija ninguna meta para concluir un tratado internacional vinculante, lo que hace incierta la implementación de su contenido. Seguramente pasarán muchos meses de negociaciones adicionales, tal vez años, antes que pueda tomar una forma que pueda ser monitoreada internacionalmente” (ídem).
Es fácil, ahora sí, entender por qué, después de más de 4 años de negociaciones y varias conferencias ministeriales previas a la Cumbre de Copenhague, no pudo llegarse a ningún acuerdo. Han pesado más, de un lado, los intereses económicos que lucran con el “american way of life” y, de otro, la voluntad de los principales países emergentes de que “nadie” les diga que cómo y cuánto tienen que cambiar su modelo de crecimiento (ver “Copenhague: lejos del final del camino”, www.cristaldemira.com, 7/12/09).
Así, el caos (generado ex profeso) de los últimos días en Copenhague se ha convertido en un pretexto más para matar a Kyoto: “es imposible negociar sobre el cambio climático con tantos países juntos”.
Dicho esto, los países firmantes del “acuerdo” –y la Unión Europea– de todas maneras tienen que adoptar algún tipo de medidas (que serán analizadas en un próximo artículo). Y están tratando que otros países en desarrollo se adhieran al “acuerdo” para terminar definitivamente con la Convención Marco y el PK.
¿Y ahora qué viene? Formalmente habrá otra Cumbre –bajo la Convención Marco de Naciones Unidas– en México, en noviembre del 2010. Pero la Convención Marco y la adopción de un nuevo protocolo ya han muerto por la voluntad de un puñado de países de negarse a combatir el cambio climático con un sistema de “gobernanza global”.
A menos que, como en el poema de Vallejo, el planeta, rodeado de todos los hombres y mujeres de la tierra que le piden que no muera, se incorpore y se eche a andar.
El concepto del marketing . Luis A. López T.
El concepto del marketing
21/12/2009 Por Luis Aldo López Tassara
Considerando que estamos en pleno siglo XXI y teniendo en cuenta la marcada evolución de los mercados, el refinamiento y la exquisitez de los gustos, podemos concluir que el consumidor se ha convertido sin lugar a dudas en el centro de atención de las empresas; por lo tanto, podemos afirmar que no se vende lo que se fabrica, sino que se fabrica lo que se vende.
21/12/2009 Por Luis Aldo López Tassara
El marketing es un conjunto de técnicas que tienen como objetivo principal lograr desarrollar las ventas de un producto o de un servicio mediante el estudio del consumidor, la identificación de sus necesidades y la búsqueda de su satisfacción.
Considerando que estamos en pleno siglo XXI y teniendo en cuenta la marcada evolución de los mercados, el refinamiento y la exquisitez de los gustos, podemos concluir que el consumidor se ha convertido sin lugar a dudas en el centro de atención de las empresas; por lo tanto, podemos afirmar que no se vende lo que se fabrica, sino que se fabrica lo que se vende.
Si tomamos en cuenta el escenario descrito en el párrafo anterior y pensando como micro o pequeño empresario, nos tenemos que hacer la siguiente pregunta: ¿De qué medios dispone el fabricante (emprendedor) para conseguir sus objetivos? Si es que tomamos en cuenta las actuales condiciones que exige el mercado en el que se desarrollan las actividades los emprendedores, resulta determinante tener nociones básicas de lo que implica la realización de una investigación de mercado, saber cómo planificar, organizar y ejecutar una campaña publicitaria. Además de tener claro en qué momento promocionar nuestros productos y servicios.
El término marketing ha sido traducido al castellano y se le conoce como mercadeo, mercadotecnia y mercadología.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)