domingo, 21 de marzo de 2010

DENUNCIAN CONSTITUCIONALMENTE A UGARTE EN EL PARLAMENTO



PÍLDORA DE EMERGENCIA

DENUNCIAN CONSTITUCIONALMENTE A UGARTE EN EL PARLAMENTO
Congresista Fabiola Morales interpuso la demanda por desacato a fallo del TC

Domingo 21 de Marzo del 2010


La congresista Fabiola Morales interpuso ante el Congreso, el viernes pasado, una denuncia constitucional contra el ministro de Salud Óscar Ugarte por desobedecer la sentencia del Tribunal Constitucional que ordenaba suspender la distribución gratuita de la píldora del día siguiente.
Morales señaló que Ugarte ha infringido el inciso 2 del artículo 139 de la Constitución Política, que señala que “Ninguna autoridad puede [...] dejar sin efecto resoluciones que han pasado en autoridad de cosa juzgada [...] ni modificar sentencias ni retardar ejecución”.
“Consentir la conducta del ministro de Salud sentaría un nefasto precedente que permitiría que cualquier persona, interpretando a su antojo los fundamentos de una sentencia pueda eximirse de lo que esta le ordena, lo que significaría el fin de la autoridad, de las resoluciones judiciales y la quiebra del Estado de derecho”, enfatizó la parlamentaria.
Morales expresó su preocupación por la manera como se ha tratado una asunto tan delicado en materia jurídica. “No podemos pasar por agua tibia un hecho tan grave. La Constitución señala por donde el señor ministro debió ir, y es que cualquier cambio en lo ordenado por el TC tendría que estar contenido en una nueva sentencia ante un nuevo proceso. De lo contrario es simplemente desobedecer un mandato”, dijo.
La parlamentaria sostuvo que el ministro de Salud, al emitir una resolución que se contrapone a un mandato del TC, expone al jefe del Estado a una denuncia por infracción constitucional, pues el artículo 118 de la Constitución señala que corresponde al presidente “cumplir y hacer cumplir la Constitución y los tratados, leyes y demás disposiciones legales”.
ANTECEDENTESEl 22 de octubre del 2009 el TC emitió una sentencia por la cual ordenaba al Ministerio de Salud abstenerse de desarrollar como política pública la distribución gratuita en todo el país de la denominada píldora del día siguiente.
El 8 de marzo pasado el ministro de Salud, Óscar Ugarte, habló sobre nuevas pruebas, con base en versiones de la OMS, de que la píldora no sería abortiva, por lo que reanudó la distribución del anticonceptivo oral.

¿SANA ? ENVIDIA

La Argentina que yo quiero - 12-Mar-10 - Editorialhttp://laargentinaqueyoquiero.blogspot.com/2010/03/chile-2010.html
Chile 2010: ¿SANA? ENVIDIA
por Raquel E. Consigli y Horacio Martínez Paz

En realidad fue envidia, lisa y llana, la que sentimos ante el cambio de mando en la presidencia de Chile. Ya nos habíamos sorprendido hace cuatro años cuando Julio Lagos entregaba la banda presidencial a Michelle Bachelet, aunque, en el fondo, se traspasaban la banda dos representantes del mismo partido. En aquel momento, marzo de 2006, nos sorprendió la sobriedad del acto y la ausencia total de estridencias de cualquier tipo.
Ayer se sumaba un nuevo condimento, porque el relevo presidencial se verificaba entre una presidente de izquierda y uno de derecha. Sin embargo, no sólo reinaron el orden, la sobriedad y el respeto, sino que el mismo auditorio, reunido en forma espontánea en las calles de Santiago, aplaudió a rabiar, y por igual, a la presidente saliente y al mandatario entrante.
No hubo bombos, gritos, insultos o papelitos. Tampoco señoras reclamando supuestos hijos desaparecidos. No se vieron piqueteros en las calles y plazas adyacentes, cortando la circulación y blandiendo muñecos inflables y carteles de las así llamadas "organizaciones sociales".
Michelle Bachelet se retiró con el 84% de imagen positiva entre su pueblo, aun después del terremoto de fines de febrero. A pesar de haber sufrido en carne propia y en la de su padre al severísimo régimen de Augusto Pinochet, jamás intentó denostar, diezmar o destruir a las fuerzas armadas de su país, ganándose el aprecio de los militares que ayer le brindaron una emotiva despedida. Tampoco se le ocurrió a la presidente saliente en los cuatro años que duró su gestión, como tampoco a los gobiernos de centro izquierda que la precedieron, tocar un ápice de la política económica que trazó el general junto a su entonces ministro de economía, Hernán Büchi.
Del otro lado de la cordillera se puede ser de izquierda o derecha, pero se es esencialmente chileno, y ambas tendencias, que en realidad difieren en matices, trabajan codo a codo por la grandeza de Chile, respetando a rajatabla sus instituciones y sus leyes.
De este lado de los Andes sucede todo lo contrario. Lo que hemos vivido desde fines de 1983 hasta la fecha es una permanente actitud de revancha, venganza, división y confrontación con todos los sectores y todas las instituciones sociales, (iglesia, escuela, fuerzas armadas, parlamento, justicia, etc.), elevada a la enésima potencia desde que el actual matrimonio presidencial ocupara la Casa Rosada en mayo de 2003.
La parquedad del acto en el país trasandino contrastó con lo que aquí experimentamos cotidianamente a través de la gestión K, como se pudo observar, por ejemplo, en la moderación en el vestuario de las mujeres en el poder. Tanto la presidente saliente como la primera dama entrante y las nuevas ministras y esposas de ministros y funcionarios se mostraron a tono con la realidad nacional, en significativo contraste con quien ejerce la primera magistratura en Argentina.
Tal vez otro rasgo diferenciador importantísimo fue la mesura y el optimismo de Sebastián Piñera en su primer discurso público como presidente, inaugurando una gestión que debe enfrentar un duro desafío debido a la reciente catástrofe natural. Por varias veces invocó a Dios, en su calidad de hombre profundamente creyente, y exaltó la familia y la vida como ejes rectores de la política que piensa llevar adelante con sus colaboradores, un gabinete de lujo integrado por 22 miembros, 13 de los cuales ostentan maestrías en sus respectivas áreas de estudio y trabajo, mientras que otros 6 son doctores, al tiempo que él mismo es magister y doctor en Economía por la Universidad de Harvard.
Este dato tampoco es menor, porque, comparado con la realidad argentina, desnuda la tremenda frivolidad, la evidente indigencia de ideas y la contudente falta de preparación, responsabilidad, capacidad y honradez que caracterizan a la actual gestión de gobierno en nuestro país.

¿Quién pone la plata?

Republivca 21.03,2010ç

¿Qué ocurre cuando nuestras agrupaciones políticas omiten o manipulan información sobre sus fuentes de financiamiento en tiempos electorales? Nada. Nuestra Ley de Partidos es tan débil en materia de sanciones y los organismos electorales en el país hacen tan poco por promover reformas jurídicas que los próximos comicios corren el riesgo de ser un festín de maletas ocultas llenas de billetes y declaraciones financieras adulteradas.Por Ghiovani HinojosaEs como si nuestra democracia sufriera el indeseable mal de amores. Cada vez que pretende asentarse sobre la estabilidad política –o emocional– de un sistema de partidos sólido, los dirigentes de las agrupaciones hacen lo posible por sacarle la vuelta. Una de las formas más claras de este comportamiento infiel es el ocultamiento y la manipulación de información sobre los ingresos y egresos partidarios, sobre todo en contextos electorales. Ahora que se avecinan cinco comicios –municipales, regionales de primera vuelta, regionales de segunda vuelta, generales de primera vuelta y generales de segunda vuelta–, podemos caer en la misma espiral de oscurantismo financiero que exhibieron las Nuevas Elecciones Municipales del 2009, cuando incluso organizaciones políticas paradigmáticas como el Apra y el Partido Popular Cristiano mostraron una grave falta de transparencia económica.Candidatos y partidos, cada uno por su lado“Recibimos cero soles y gastamos cero soles”. Ese fue el mensaje que, con inauditos cuadros estadísticos, le dieron a la Gerencia de Supervisión de Fondos Partidarios de la Organización Nacional de Procesos Electorales (ONPE) el Partido Aprista Peruano, Acción Popular y Unión por el Perú en alusión a los gastos de campaña de las Elecciones Municipales de noviembre pasado, en las que se reemplazó a cerca de 90 alcaldes y regidores revocados. En cuanto a las alcaldías distritales, el primero postuló a 54 candidatos, 20 de los cuales resultaron electos; el segundo, propuso a 20, y obtuvo 8 triunfos; y el tercero, lanzó al ruedo político a 21, y ganó en 2 casos. Así, se trata de agrupaciones exitosas que, como es previsible, exhibieron un gran despliegue publicitario al interior del país. Otros 10 partidos, entre ellos Alianza para el Progreso, el Partido Nacionalista Peruano, el PPC y Perú Posible, ni siquiera se tomaron la molestia de responder la solicitud de información del ente electoral. Las dos únicas organizaciones que declararon gastos fueron Cambio 90 y Fonavistas del Perú.Como no es lógico pensar que los partidos ganadores hayan difundido sus propuestas y discursos sin desembolsar un quinto, la ONPE pidió información directamente a los candidatos. De este modo, supo, por ejemplo, que la actual alcaldesa aprista del distrito de Veintisiete de Noviembre, en Huaral (Lima), Lilian Pascual Mattos, sacó de su bolsillo 30 mil soles que invirtió en su campaña; Walter Chávez Altamirano, burgomaestre electo por Alianza para el Progreso en Bellavista, Jaén (Cajamarca), gastó 18 mil soles en la misma circunstancia; y el alcalde acciopopulista del distrito de Paracas, en Pisco (Ica), Pascual Yauricasa Tornero, invirtió 8,800 soles para llegar al poder. Es legítimo que los candidatos financien sus propias campañas, pero únicamente a través de la tesorería del partido. Solo así se someterían al control estatal. Demostrada la omisión inicial de información, ¿no es justo aplicar sanciones que inhiban a las agrupaciones políticas de declarar datos falsos? Aquí surge un doble problema inicial: la débil capacidad sancionadora y fiscalizadora que le concede la Ley de Partidos Políticos (2003) a la ONPE y la complacencia con la que esta entidad parece observar sus propias limitaciones.¿No corresponde una multa en este caso?, le preguntamos a Alfonso Chan, encargado de la Gerencia de Supervisión de Fondos Partidarios. “De repente no al partido, sino al candidato. Pero esto último no está contemplado en la ley”, responde. Así, los partidos que manejan su economía electoral de forma enmarañada gozan de cierto ambiente de impunidad. En el caso citado, la ONPE solo les llamó la atención y les recomendó que subsanen la omisión en su próxima entrega de informes. Esta excesiva tolerancia, por otro lado, contrasta con la precariedad organizativa de los propios partidos. Por ejemplo, Franklin Chávez Montenegro, tesorero nacional titular del Apra, consultado por esta revista, se muestra desinformado sobre las omisiones económicas de su partido. “La ONPE canaliza toda nuestra información financiera. Si ellos le han dicho eso (lo de los ingresos y gastos no declarados el 2009), me imagino que debe ser así”, dice inseguro.El abogado Máximo Gallo, ex gerente de Fondos Partidarios de la ONPE, precisa que esta institución podría hacer más en materia de sanciones. “Cuando los partidos entregan información dan una declaración jurada (de veracidad de los datos). O sea, si ellos proveen una cifra que se comprueba que es falsa, se está ante un delito. Así, la entidad electoral, si bien no puede sancionarlos, debe denunciarlos penalmente. Si se trató de un error de digitación o de una omisión intencionada, eso lo tendría que determinar un juez”, explica.Ley permisiva y tramposaLos cuestionamientos centrales a la mentada Ley de Partidos Políticos en cuanto a las finanzas partidarias son tres. Primero, las causas de sanción previstas en el artículo 36 se limitan a tres (no presentar contabilidad detallada anual o semestral en los plazos establecidos; recibir ingresos de fuente prohibida u omitir –o adulterar– declaraciones económicas; y acreditar la existencia de aportaciones individuales mayores a 216 mil soles al año). Así se deja afuera la posibilidad de sancionar, por ejemplo, a los candidatos que contratan publicidad electoral directamente con los medios de comunicación –los tesoreros son los únicos facultados para hacerlo–, y a aquellos partidos cuya propaganda aparece más de 5 minutos diarios en cada televisora o radioemisora durante las elecciones generales, algo prohibido expresamente por la norma.Segundo, el artículo 31 reduce la tarea controladora de la ONPE a verificar que la información financiera presentada por las organizaciones políticas no incluya alguna de las tres fuentes prohibidas de financiamiento. De este modo, se deja desarmada a esta institución frente a la maña de algunos partidos que “licúan” donaciones que reciben de partidos políticos del exterior. Un ejemplo de esto, recuerda Gallo, ocurrió cuando el Partido Aprista el 2005 consignó una donación de cerca de 3 millones de soles de la Internacional Socialista como cientos de miles de pequeñas “aportaciones” de uno, dos y tres soles de sus militantes.Tercero, la sanción contemplada en el numeral 1 del artículo 36 contra las agrupaciones que no presentan su contabilidad detallada es la pérdida del derecho al financiamiento público directo (dinero que debe entregar el Gobierno a los partidos que tienen representantes en el Congreso), una medida que debió empezar a ejecutarse el 2007 y que hasta la fecha no se cumple. Un signo vívido de nuestra pobre institucionalidad: la peor sanción prevista por la ley para las agrupaciones políticas poco transparentes es retirarles un beneficio que nadie tiene.¿Y el gobierno? Bien, gracias“El gobierno peruano fue el primero en incumplir la Ley de Partidos por una decisión política”, rememora Máximo Gallo. Y es que el sistema de financiamiento público directo de los partidos dispuesto por el artículo 29 está totalmente abandonado hoy. La ONPE ha incluido como parte de su propuesta de presupuesto anual un monto destinado a este fin desde el 2007, pero este ha venido siendo rechazado sostenidamente por los legisladores de la Comisión de Presupuesto del Congreso. “El propio Parlamento que primero decidió que debía haber financiamiento público luego dijo no, porque era impopular”, recuerda Gallo.“En el fondo –explica el abogado Carlo Magno Salcedo– las dirigencias partidarias no están interesadas en el financiamiento público, ya que esto vendría acompañado de mayores niveles de fiscalización de las finanzas partidarias por parte del Estado”. Lo peor de todo esto es que si se compara el dinero que el gobierno debería dar a los partidos con presencia congresal –un total de 9.9 millones de soles anuales para capacitación, investigación y gastos regulares (por ejemplo, UPP y el Apra deberían recibir 2 millones de soles al año)– con los montos que invirtió en la publicidad o franja electoral en la primera y segunda vuelta el 2006 –23 millones de soles–, se advierte un desfase que refleja que el gobierno actual está más interesado en las campañas electorales que en fortalecer el sistema de partidos.Los comicios regionales y locales están a la vuelta de la esquina. Esta es una nueva oportunidad para reformar la ley y arrancar de cero. Si la ONPE y el Jurado Nacional de Elecciones mantienen una actitud acrítica frente a la informalidad financiera de los agrupaciones, la prensa y la ciudadanía deberíamos poner en evidencia la precariedad de nuestra democracia. Nuestra sanción moral podría ser tal vez más efectiva que la Ley de Partidos. Un funcionario electoral permisivo Alfonso Chan LeónGerente de Supervisión de Fondos Partidarios de la Onpe–¿Cuántas sanciones ha aplicado su oficina a los partidos políticos por falta de transparencia financiera hasta la fecha?–Ninguna. No ha habido ninguna causal de sanción desde la creación de la gerencia.–¿El hecho de que el Apra, Acción Popular y Unión por el Perú hayan declarado que no recibieron ni gastaron ni un sol en la campaña de las Nuevas Elecciones Municipales no merece una multa?–No, un punto que debemos enfatizar es que existe una costumbre a nivel de candidatos desde el 2006, sobre todo fuera de la capital, de recaudar y gastar fondos sin informar a sus partidos. Se trata de una falta de coordinación.–¿No está siendo complaciente frente a la informalidad partidaria?–No lo creo.–¿Usted ha hecho esfuerzos por impulsar una reforma de la Ley de Partidos en el Congreso?–La Onpe, a través de sus coordinadores parlamentarios, está haciendo las gestiones necesarias para incorporar lo que sea necesario con el fin de perfeccionar la legislación.–¿En qué estado están esas gestiones?–Francamente, no lo sé.El dinero fujimoristaFuerza 2011, el bastión electoral de Keiko Fujimori, acaba de lograr su inscripción como partido político en el JNE. Ojalá que esta agrupación rompa la tradición fujimorista de no presentar información financiera en la ONPE (Sí Cumple no ha ofrecido datos económicos desde el 2006 y Nueva Mayoría tiene faltas financieras desde el 2008). Una fuente del partido naranja nos confirma que el empresario Germán Kruger Espantoso, dueño de una cadena de grifos y directivo del Icpna, además de financista de Alberto Fujimori en Chile, sigue pagando el alquiler del local de campaña de Paseo Colón y algunos gastos de “merchandising”. Ahora que las pintas y afiches del fujimorismo se multiplican en los barrios, se espera que actúen con un mínimo de transparencia al declarar sus aportaciones privadas.