jueves, 7 de enero de 2010

Alan Opinión y Mercado S.A

07/01/2010 Por Augusto Álvarez Rodrich

El riesgo de un presidente que miente con tanta franqueza.

Lo más peligroso del sainete alrededor de la supuesta encuesta aprista es la constatación –por la explicación tan contradictoria como disparatada– de que el presidente de la República miente para justificarse y cree que gobierna un país de tontos que aceptarán cualquier cosa que a él se le ocurra y repita la corte adulona que lo rodea.

“Hemos hecho una encuesta que llega a 27 mil personas, las encuestas normales se aplican a 1,200 personas”, dijo García el sábado.
Las críticas que justificadamente surgieron después de la revelación de su ‘anormal encuesta’ se dirigieron a indagar por lo absurdo de un universo tan exagerado, además de conocer quién hizo el sondeo, quién lo pagó –el Estado o un privado rompón–, y la legitimidad de que el gobierno pudiera usar recursos públicos para satisfacer una curiosidad privada.
La respuesta del gobierno empezó anteayer con una intervención radial del ex premier Jorge del Castillo con el tono de ‘mayormente desconozco’ y sazonada con insinuaciones sin duda inaceptables contra las encuestadoras, pero alcanzó su momento central ayer por la mañana cuando el presidente García volvió a las ondas radiales para justificar su encuesta.

Su explicación fue un firulete propio de Cantinflas que sería muy gracioso si no fuera el presidente de la República. Junto con las cada vez más frecuentes expresiones de intolerancia nerviosa que exhibe el jefe de Estado, señaló que la encuesta de 27 mil entrevistados la hizo “la Red Informática del Apra” sin costarle un centavo al Estado pues se usó la organización partidaria con 830 locales a nivel nacional. Va pa´la peña García.

Cualquier encuestador serio o un profesor de estadística básica podría explicar que lo que está sosteniendo el presidente carece de fundamento, con la excepción de la encuestadora Idice –tradicionalmente vinculada al Apra–, que ayer ofreció unas declaraciones tan confusas como contradictorias con la explicación dada por el presidente García.

Acá lo evidente es que el jefe de Estado mintió el sábado cuando soltó lo de su encuesta o mintió el martes cuando quiso explicarse.
O en las dos oportunidades. Ahora ya no es claro si la encuesta realmente existe, si el presidente estaba ‘faroleando’ con su universo de encuestados, o si se usaron recursos públicos como los de las encuestas regulares que aplica el Estado.

Lo único cierto es el peligro que representa un presidente con voluntad de mentir con tanta franqueza durante el tramo final de un gobierno al que en general le ha ido bien pero que puede desbarrancarse por su ambición política desmedida, y por la megalomanía de su líder, a quien nadie en su corte se atreve a decirle que el rey está desnudo.

Bailando de espaldas Dr. Manuel Burga (Ex-rector UNMSM)

07/01/2010

Muchos ya se han preguntado, de diversas maneras, sobre lo que nos ha dejado el 2009, no quiero ser redundante, pero tampoco dejar de señalar, desde mi perspectiva profesional como historiador, lo que me parece nos ha dejado como sedimentación que consolida el modelo peruano de reproducción del subdesarrollo que no se puede ocultar bailando y cantando de espaldas a esta realidad.

Basta analizar tres temas que son fundamentales para cualquier nación moderna.
Primero, lo que es evidente, la consolidación del modelo económico primario exportador, esta vez rejuvenecido por los TLC que consagran esa vieja vocación de nuestro país: de exportar oro, plata, cascarilla, guano, azúcar, caucho, petróleo, coca, metales, espárragos, mangos y dentro de muy poco gas de Camisea.
Esto evidentemente se ha reafirmado. Recorriendo la Panamericana, entre Chiclayo y Arequipa, podemos constatar que los campos de cultivo se han extendido sorprendentemente, se ha reducido el arenal.
Pero, ¿cuál es la diferencia con nuestras experiencias anteriores? Basta mirar a Brasil, Chile y México, para establecer nuestra reincidencia, ya que ellos han elegido otros caminos, más modernos, industrializados, quizá menos depredadores de sus recursos naturales.

Segundo: no es tan evidente la expansión y modernización de la red nacional de carreteras. La Panamericana tiene el mismo diseño de hace 50 años, casi con las mismas subidas y bajadas, pero ahora soportando un tráfico más intenso. Es cierto que hay autopistas que facilitan el tráfico, pero que no crean una nueva red nacional, ni siquiera interprovincial, y si salimos 200 kms fuera de Lima, ya no las encontramos y más bien estamos de nuevo ante carreteras que son verdaderas trampas mortales para conductores irresponsables o inexpertos. Ir a Chosica, por la Carretera Central, por ejemplo, nos devuelve literalmente al pasado de irracionalidad vial.

Finalmente, la educación.
Hablo solo de lo que conozco mejor, la educación superior universitaria, a través del análisis de sus situaciones extremas y paradigmáticas. Las universidades negocio, de un lado, como Alas Peruanas, producto de ese modelo primario exportador que rinde culto al mercado y a la ganancia, sin importarle cómo se logra y qué resultados finalmente pueda originar.
Estas son universidades de absorción de la demanda, donde ya no hay examen de admisión, ni noción de vacantes, simplemente todos ingresan, como expresión de un neoliberalismo en su máxima expresión, que podría destruir el modelo de la universidad latina occidental y que nos impone uno que literalmente se traga la demanda educativa y si para hacer eso es necesario corromper a congresistas y magistrados supremos, lo hace sin pudor alguno.

Por otro lado, la universidad pública, proveniente de ese viejo modelo latino europeo, agoniza literalmente como consecuencia de una paralización docente iniciada el 23 de setiembre del 2009 y que hasta ahora no tiene ningún viso de solución.
Los docentes de las universidades públicas de Lima, mientras el presidente bailaba frente a Palacio, por turnos, durante Navidad y Año Nuevo, desarrollaban una penosa vigilia en el atrio de San Francisco, frente al TC, el máximo guardián del respeto a la ley.

Los que trabajamos en estas instituciones sabemos muy bien que esta paralización no es anodina, ya que en ningún caso deja de producir desánimo, desconcierto y desmoralización entre docentes y estudiantes. Enormes instituciones, como San Marcos, la UNSA y la UNSAAC, con grandes comunidades universitarias y costosas infraestructuras para la investigación agronómica, veterinaria, humanística, médica, biológica, paralizadas y menospreciadas por funcionarios del MEF y el gobierno aprista que pretende devolverlas a la terrible década de los años 80 cuando fueron pasto de la anarquía y turbulencia.
Nuestro presidente, como en esa década, de nuevo parece cantar y bailar de espaldas a la realidad