sábado, 17 de abril de 2010

¿Los peruanos somos autoritarios?


“Hasta el momento no hay prueba histórica de que un gobierno autoritario sea más eficiente que otro no autoritario” (Alvin Toffler, “La tercera ola”)
Por: Francisco Miró Quesada Rada
Sábado 17 de Abril del 2010

Dice Alvin Toffler en su libro “La tercera ola”: “Una de las características más visibles del mundo fundado en el industrialismo es el mito de la eficacia autoritaria. Se cree, por lo general, que un gobierno autoritario y fuerte que funciona dentro de un sistema totalitario o democrático (formalmente hablando) es necesariamente eficaz. Pero hasta el momento no hay prueba histórica de que un gobierno autoritario sea más eficiente que otro no autoritario. Hay una serie de gobiernos autoritarios que son realmente ineficaces porque son incapaces de resolver las condiciones fundamentales básicas para la existencia humana”.
SOBRE LA PALABRA
Autoridad viene del latín auctor. La auctóritas romana es una expresión formal del poder. Autoridad significa poder revestido de formalidad jurídica. No es entonces imposición arbitraria. La autoridad democrática ejerce su poder dentro de los límites impuestos por el derecho, en otros términos que hace cumplir la ley y vela por su cumplimiento.
Queda claro que son dos cosas muy distintas. El autoritarismo se impone al derecho, elabora sus propias normas. En sectores de la población esta distinción es borrosa. Al respecto se puede aplicar la famosa frase del filósofo Thomas Hobbes, que en su “Leviatán” dice: “El rey da la ley pero una vez promulgada se somete a ella”.
En las democracias los parlamentos dan las leyes que deben aceptarse cuando estas leyes no violan el orden constitucional.
OPCIONESCuando un Congreso da una ley promulgada por el presidente siendo esta inconstitucional, los ciudadanos tenemos dos recursos: recurrir al Tribunal Constitucional para que declare su inconstitucionalidad o desobedecerla. La ley tiene un valor cuando no atenta contra el orden constitucional.
Aunque lo esencial del autoritarismo es la concentración absoluta o cuasi absoluta del poder y la imposición arbitraria de la voluntad, esta conducta se ha institucionalizado en términos políticos. Tiene varias modalidades. Las antiguas monarquías absolutas, dictaduras personalizadas, gobiernos militares y cívico-militares, finalmente dictaduras institucionalizadas tipo partido comunista, fascista o el PRI mexicano, antes de que ese país ingresara a la democracia. Hay matices entre totalitarismo y autoritarismo pero las dos formas son autocracias y el poder estará siempre concentrado.
EN NUESTRO PAÍSSe sostiene que una gran parte de peruanos y peruanas son autoritarios. No podemos generalizar, sobre todo cuando la mayoría se proclama a favor de la democracia.
Debemos distinguir entre una posición política autoritaria de la conducta autoritaria que se expresa en la vida cotidiana. Con conductas machistas, fundamentalistas, fanáticas, homofóbicas, racistas, excluyentes y marginadoras que se encarnan en el maltrato verbal y en la violencia que sufren las mujeres, los niños, los adolescentes, las personas con discapacidad, entre otros.
LA DOMINACIÓN
Una de las características del comportamiento autoritario es la dominación. Esta consiste en la imposición arbitraria y asimétrica que ejerce una persona o un grupo de personas sobre otra persona o grupo de personas.
Algunos psicoanalistas sostienen que detrás de este tipo de conducta hay una predisposición sádica. El sádico siente placer infligiendo dolor al prójimo, la voluntad autoritaria no admite al otro, niega su libertad como fuente de desarrollo de la conducta, su objetivo es el sometimiento del otro, sin ninguna concesión y rechaza prepotentemente el diálogo como la crítica de sus decisiones.
POR LA LIBERTAD
Frente a esta conducta autoritaria tenemos dos opciones: rebelarnos o someternos. Si nos rebelamos, se producirá un conflicto entre el dominador y el que no quiere ser dominado, esto pasa en todo tipo de relación y por supuesto en la política. Si nos sometemos, aceptamos la imposición de una conducta violenta. Por eso el principal “aliado” de la dominación es la sumisión. Cuando esta sumisión es patológica estamos en un típico caso de masoquismo. Aquella persona que siente placer con el propio dolor.
Los conflictos familiares, generacionales, culturales y políticos se producen por esa contradicción entre dominador-dominado.
¿Se pueden encontrar, además de las influencias sociales, aspectos biológicos de la dominación? El tema es discutible, pero existen personas con una gran voluntad de dominio; en cambio, hay conductas no dominantes, que no tienen voluntad de poder y que el poder no les interesa. Solo quieren ser libres.