viernes, 2 de abril de 2010

El Perú ocupa tercer lugar en corrupción (SOBORNO A POLICIAS )

SOBORNOS A POLICÍAS

El Perú ocupa tercer lugar en corrupción

Estamos detrás de México y Bolivia en sondeo incluido en un informe de OEA y PNUD

Viernes 2 de Abril del 2010

El Perú es el tercer país en Latinoamérica donde los ciudadanos pagan más sobornos a los policías, según se indica en un documento elaborado por la Organización de Estados Americanos (OEA) y el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).

De acuerdo con este documento, reseñado por el diario mexicano “Excélsior” en su edición del miércoles, 18,8% de peruanos aseguró en una encuesta haber sido instado a pagar sobornos a policías. Ese porcentaje solo es superado por el de México (22,8%) y el de Bolivia (20,5%).
Al Perú le siguen Paraguay (11,6%), República Dominicana (10,7%) y Haití (10,2%).
Los datos aparecieron en el libro “Democracia de ciudadanía: una agenda para la construcción de ciudadanía en América Latina”, publicado por la OEA y el PNUD el año pasado. Dichos datos fueron tomados del “Informe global sobre corrupción”, editado por Transparencia Internacional en el 2008.
Al respecto, el general PNP (r) Rómulo Zevallos opinó que la corrupción no se combate con campañas como las que ha lanzado recientemente el Ministerio del Interior. “La corrupción se combate con el buen ejemplo y poniendo a la cabeza de las instituciones a gente decente y capaz".
Las instituciones no están bien lideradas”, afirmó.
EL DATO
Denuncias telefónicas
El Ministerio del Interior ha implementado una línea telefónica gratuita para denunciar casos de corrupción: 0800-16016 0800-16016.
De lunes a sábado atiende de 8 a.m. a 8 p.m.

¿Cuándo un diario suele ser interesante?

Por: Francisco Miró Quesada C*
Viernes 2 de Abril del 2010

Las palabras “interés” e “interesante” se pueden emplear de varias maneras. Me limito a las siguientes: “interés” puede ser la cantidad que paga un banco a la persona que ha hecho un depósito a plazo fijo que depende de la cantidad de dinero que haya depositado. El interés varía según se trate de cuenta corriente, de fondos mutuos, etc. La palabra “interés” se utiliza asimismo, cuando alguien está interesado en ingresar a una institución. Por ejemplo, A le dice a B: Tengo interés en ingresar a la Academia de la Lengua o a la Academia de Historia. El vocablo “interesante” se usa cuando una cosa o una persona despierta el interés de otra. Por ejemplo, el libro escrito por tal autor me parece interesante. O cuando una mujer dice a otra: El hombre que me presentaste ayer, me ha dado la impresión de ser interesante.
¿Cuáles son las cualidades que un diario debe tener para parecer interesante? La respuesta no es fácil, pues el interés que siente una persona por un diario depende de su personalidad, de su cultura y de sus costumbres. Un diario dedicado a la chismografía puede parecer muy interesante a alguien que sea una persona chismosa, a quien le encante ocuparse de lo que hacen los demás y en transmitir a todos sus amigos y amigas los chismes más recientes. También alguien que no piensa sino en el deporte puede ser fuertemente atraído por un diario dedicado, casi de manera completa, a este tipo de actividad humana.
Hay muchas personas que tienen un gusto variado, a quienes interesa la política, las cuestiones jurídicas, la literatura, el arte en todas sus manifestaciones desde la poesía hasta el cinema que, cuando es bueno, debe considerarse como una manifestación artística. Y además de todo debe incluir lo cómico, información sobre los fenómenos naturales, sus bellezas y sus peligros y hasta el deporte. Un diario que incluya en sus páginas los temas mencionados parecerá interesante a muchísimos hombres y mujeres, que serán sin duda varios miles.
Pero no es menester que la persona que lee un diario con las cualidades señaladas se interese por todos los temas que presenta en sus páginas. Hay hombres, bastante más que mujeres, que tienen un interés muy grande por la política. Leerán la sección Editorial y los artículos que versan sobre el tema. En general, el interés del diario consiste en ofrecer una gama muy amplia de información, que siempre contenga algo que interese a algún lector. Pero la mayoría de los lectores no tiene un interés tan unilateral. Casi siempre los hombres y las mujeres que lo leen buscan varios temas diferentes. Y hasta hay algunos, de mentalidad universal, que leen íntegramente el contenido del periódico.
Lo cómico interesa también a muchos lectores potenciales. Por eso, un diario debe tener tiras cómicas. Pero, además, debería tener columnistas de gran capacidad humorística, lo que es realmente difícil. Hasta donde llega mi información no conozco ningún diario que sea tan completo.
Mas un diario pertenece a una sociedad determinada y, en consecuencia, no puede prescindir de ocuparse de lo que sucede en ella. Para hacerlo debe, antes que nada, ser independiente y veraz. Solo de esta manera podrá denunciar los múltiples actos de corrupción que se llevan a cabo en los diferentes poderes del Estado. Mas no solo en este nivel, sino en otros de menor jerarquía, como en los gobiernos regionales, las municipalidades, desde la metropolitana, hasta las de menor jerarquía, como las distritales. Y también debe denunciar la corrupción en el mundo empresarial, que desgraciadamente, es mucho más frecuente de lo que podría suponerse. Pero con esto no terminan las cosas. Pues existe el crimen organizado, como el que se maneja desde las cárceles, por mafiosos que establecen contacto con sus cómplices aún libres para realizar asesinatos o secuestros. Lo que muestra a las claras la corrupción existente en el Instituto Nacional Penitenciario.
Existen, además, los narcoterroristas. Un diario que contenga información seria y confiable sobre todos los puntos que he descrito, puede considerarse de verdad interesante.

(*) Director general

La Iglesia Católica y la democracia

La Iglesia Católica y la democracia
Por: Beatriz Merino Defensora del Pueblo
Viernes 2 de Abril del 2010
Maquiavelo nos propuso hace ya cinco siglos entender el funcionamiento de la política por sí misma, separada de los fundamentos morales y religiosos de su tiempo. Más que desconocer la importancia de la religión, el florentino recorría el largo camino de la separación entre el Estado y la Iglesia.
Tres siglos después, el francés Alexis de Tocqueville —un atento observador de la realidad democrática que se estaba construyendo en Estados Unidos de Norteamérica y del mundo posterior a la Revolución Francesa— reflexionaba sobre la lucha contra los privilegios y pronosticaba el avance inexorable de las sociedades igualitarias.
En ese contexto, en contraste con la visión tradicional que percibía en la Iglesia una institución hostil a la igualdad, Tocqueville expresó su desacuerdo. “Nada hay en el cristianismo esencialmente contrario al espíritu de estas sociedades, y muchas cosas le son favorables”, sostenía.
Desde luego, se requería eliminar las prácticas aristocráticas de la Iglesia, pero eso no implicaba convertir en “irreligiosas” dichas sociedades. Aún más, refiriéndose a la experiencia estadounidense, afirmaba que allí no existía una sola doctrina religiosa que se mostrase como enemiga de las instituciones democráticas y republicanas.
Apenas seis años atrás, el reconocido filósofo alemán Jürgen Habermas y el entonces cardenal Joseph Ratzinger, hoy Benedicto XVI, sostuvieron una conversación sobre los fundamentos morales del Estado Liberal. En su diálogo se buscaba entender cómo era posible mantener cohesionadas sociedades plurales y secularizadas como las contemporáneas. Ambos coincidieron en que siempre será necesaria la solidaridad de todos, sean creyentes o no creyentes. En razón de ello, adoptar una política laica no implicaba tirar por la borda los lenguajes religiosos, sino alentar el aprendizaje mutuo entre la razón y la fe.
Todo lo anterior nos debe llevar a comprender que las confesiones religiosas reconocidas por el Estado, y la Iglesia Católica en particular, no constituyen un obstáculo ni un impedimento para la afirmación de un Estado laico y democrático. Resultan, en cambio, un elemento indispensable para conferirle sostenibilidad y cohesión a una democracia tolerante y plural. La apuesta por la solidaridad y por el aprecio hacia el prójimo son valores cruciales que todas las democracias necesitan para subsistir.
No obstante, para que lo anterior funcione, es imprescindible afianzar el diálogo entre los valores religiosos y las prácticas democráticas. Demanda reconocer los límites de ambas esferas, pero también su interdependencia. Es evidente que la democracia no puede vivir solo de la razón; necesita llegar al corazón de las personas.
Debemos, entonces, moderar las voces que llaman a retirar el apoyo a la Iglesia Católica en nombre de la construcción de una sociedad laica y moderna. Nuestra Constitución y mi convicción personal me llevarán siempre a defender la libertad en materia de creencias y la tolerancia como valor fundamental, dentro de los naturales límites del respeto irrestricto de los derechos fundamentales. Pero esto no me impide reconocer que una democracia requiere una institucionalidad religiosa fuerte, abierta e integrada a dicho proyecto, una institucionalidad que en nuestro país es mayoritariamente católica.
En consecuencia, no hay que desoír el consejo de Tocqueville: “Cuando una religión cualquiera ha echado raíces profundas en el seno de una democracia, guardaos de quebrantarla; tratad más bien de conservarla cuidadosamente”.
Ojalá que todos, creyentes o no, lo comprendamos

El retorno de Odría

EL RETORNO DE ODRIA Por: Dr. Sinesio López . PUCP.

Vie, 02/04/2010

En el Perú, la política y los políticos no dejan de sorprendernos. Odría gana batallas después de muerto. Su famosa consigna “hechos y no palabras” es hoy por hoy una guía para la acción.

Algunos políticos han sacado al vulgar dictador del fango del crimen y el robo y lo han elevado al eminente sitial de filósofo de la praxis. Fujimori, García, Castañeda, Kouri son los más connotados odriístas del momento.
El discípulo más aprovechado de todos es, qué duda cabe, García.
Escuchémoslo: “Otros en la tribuna de los devaneos y vanidades, otros en el globo inflado de sus propias frases… nosotros con obras, con trabajo concreto”.
Castañeda, el más conocido mudo de la política peruana, habla con obras.
Kouri dice que sus obras hablan por él. No quiere hablar de otra cosa. De sus malas juntas con Montesinos, por ejemplo.
La mayoría de las autoridades (presidentes regionales, alcaldes) piensan que el último tramo de su mandato es el tiempo de las obras.
¿Qué expresa y qué oculta la llamada “filosofía de las obras”?
Francamente hay de todo.
En unos casos, se busca alcanzar fines legítimos a través de las obras: atender una demanda ciudadana, satisfacer una necesidad sentida, buscar una reelección legítima.

En otros, los fines son más discutibles: se trata de ocultar con migajas expresadas en obras el gobierno efectivo para los ricos.
En la mayoría de los casos, por desgracia, ella busca fines abiertamente perversos: tras las obras se esconden la coima, el robo, los negociados, la corrupción en suma.

Este fue el sentido primigenio de la consigna odriísta que la oposición democrática criticó en su momento.
Se podría afirmar que los “faenones” (a lo Químper) son aquellas obras que logran combinar todos los fines señalados. Es probable, sin embargo, que la corrupción más significativa (la de lluvia de millones) no se halle en lo que generalmente se llama “las obras” sino en la decisión y aplicación de las políticas públicas, particularmente de las políticas económicas.

Hay otros dos fines también perversos que “la filosofía de las obras” persigue.
En primer lugar, ella busca consolidar la cultura política permisiva con la corrupción que existe en el Perú y en AL, especialmente en las clases populares. Esa cultura se expresa en la conocida frase frecuente y resignadamente repetida: “Con tal que haga obra, no importa que robe”.

Los políticos corruptos la conocen por las encuestas y por propia experiencia, se apoyan en ella y coinciden con ella.

Son perversamente populares. A ellos no les importan la ética, ni la transparencia, ni la decencia. Lo que les importa es la eficacia y la eficiencia. Por eso creen que pueden ganar si contraponen la eficiencia con la decencia. Se pueden llevar un chasco si se demuestra que la eficiencia y la decencia pueden (y deben) ir juntas. En resumen, “la filosofía de las obras” es esencialmente corrupta.

En segundo lugar, ella busca liquidar la política de la palabra, del discurso, del debate público y “del uso público de la razón” (como decía Kant).

Los políticos corruptos “olvidan” que la palabra y el discurso son herramientas de acción, son formas de organizar voluntades colectivas, son instrumentos para hacer una historia propiamente humana.


La acción (obra) y el discurso son los componentes fundamentales de la política desde el mundo clásico (griego y romano) hasta la democracia moderna.

Si se les separa, se castra a la política, especialmente a la política democrática.

En el fondo, la “filosofía de los hechos” es vergonzantemente autoritaria.

Se trata de aplastar con la fuerza de los hechos el consenso político difícilmente alcanzado. Ella es autoritaria y corrupta. Como el odriísmo y como el fujimorismo.

Colocándome en un plano puramente normativo la política, especialmente la política democrática, tiene que unificar decencia y docencia, transparencia y eficiencia, acción y discursos, hechos y palabras.

Movimiento Médico Peruano-MMP

http://sapoperu2011.blogspot.com/

Justicia para la Policía! ....Mario Huamán Rivera .

http://sapoperu2011.blogspot.com/


¡Justicia para la Policía!

El 5 de abril integrantes en actividad y retiro de la Policía Nacional realizarán una jornada de protesta para exigir al gobierno aprista, el mejoramiento de las condiciones de trabajo para los más de 90 mil efectivos, quienes desde hace 20 años mantienen la misma escala salarial y una marcada diferenciación remunerativa con los miembros de otros institutos armados.
Asimismo, con esta justa acción de lucha exigen el respeto a las 8 horas de trabajo, la solución inmediata a la quebrada caja de pensiones militar-policial, bono extraordinario, atención en salud, una lucha frontal contra la corrupción y politización de la Policía, entre otras exigencias.
Cabe mencionar, que el gobierno de García no sólo ha precarizado las condiciones laborales de los millones de trabajadores en los diversos sectores de la producción y servicios sino que ha vulnerado los derechos de los efectivos policiales, a quienes se les obliga a enfrentar al pueblo organizado para mantener los privilegios de los grupos de poder que en alianza con el APRA impiden un verdadero desarrollo del país.
Como muestra de su autoritarismo, el gobierno quiere plantear soluciones desde arriba sin tomar en cuenta las propuestas de los afectados, quienes tienen el derecho de participar en dicho diálogo para evitar que intereses ajenos profundicen más el conflicto, en vez de solucionarlo.Consideramos necesario revisar la Ley de bonificación para incluir a los policías y militares en situación de retiro. El no hacerlo es una discriminación que deja entrever que al Presidente García no le interesa solucionar el problema de fondo, sino entregar paliativos para aminorar el impacto de los reclamos y mantener todo igual.Expresamos nuestra solidaridad con los policías detenidos por exigir públicamente solución a los problemas de la familia policial, como Richard Ortega, Edward casas y Abel Hallasi, quienes tuvieron la valentía de levantar la voz y hoy sufren las injustas consecuencias por pedir atención a las demandas. Exigimos la inmediata liberación de los dirigentes policiales.La CGTP respalda al Sindicato Único de la Policía Peruana y a las demás organizaciones que participarán en esta protesta pacífica. Será responsabilidad del Presidente García cualquier acto de violencia que ocurra el próximo lunes por su indiferencia frente al clamor popular de justicia social con trabajo digno, remuneraciones justas y pleno ejercicio de los derechos laborales.