Algunos políticos han sacado al vulgar dictador del fango del crimen y el robo y lo han elevado al eminente sitial de filósofo de la praxis. Fujimori, García, Castañeda, Kouri son los más connotados odriístas del momento.
En otros, los fines son más discutibles: se trata de ocultar con migajas expresadas en obras el gobierno efectivo para los ricos.
Este fue el sentido primigenio de la consigna odriísta que la oposición democrática criticó en su momento.
Hay otros dos fines también perversos que “la filosofía de las obras” persigue.
Los políticos corruptos la conocen por las encuestas y por propia experiencia, se apoyan en ella y coinciden con ella.
Son perversamente populares. A ellos no les importan la ética, ni la transparencia, ni la decencia. Lo que les importa es la eficacia y la eficiencia. Por eso creen que pueden ganar si contraponen la eficiencia con la decencia. Se pueden llevar un chasco si se demuestra que la eficiencia y la decencia pueden (y deben) ir juntas. En resumen, “la filosofía de las obras” es esencialmente corrupta.
En segundo lugar, ella busca liquidar la política de la palabra, del discurso, del debate público y “del uso público de la razón” (como decía Kant).
Los políticos corruptos “olvidan” que la palabra y el discurso son herramientas de acción, son formas de organizar voluntades colectivas, son instrumentos para hacer una historia propiamente humana.
La acción (obra) y el discurso son los componentes fundamentales de la política desde el mundo clásico (griego y romano) hasta la democracia moderna.
Si se les separa, se castra a la política, especialmente a la política democrática.
En el fondo, la “filosofía de los hechos” es vergonzantemente autoritaria.
Se trata de aplastar con la fuerza de los hechos el consenso político difícilmente alcanzado. Ella es autoritaria y corrupta. Como el odriísmo y como el fujimorismo.
Colocándome en un plano puramente normativo la política, especialmente la política democrática, tiene que unificar decencia y docencia, transparencia y eficiencia, acción y discursos, hechos y palabras.
Movimiento Médico Peruano-MMP