El escándalo del chuponeo practicado por Business Track (BTR) se enreda, mejor dicho, lo enredan, cada vez más.
LA PRIMERA, así como otros diarios, han informado sobre el robo de archivos informáticos y del disco duro de una computadora incautados a Giselle Gianotti, ex gerenta de BTR, el 12 de enero de 2009.
El recorrido de ese material es nítido:La incautación fue practicada por la Policía; específicamente por la Dirección Nacional Antidrogas (Dirandro), cuyo jefe era entonces el general Miguel Hidalgo, gran amigo del presidente Alan García.
Hidalgo recibió desde Palacio el encargo de investigar el caso de los petroaudios. Estaba usurpando funciones, puesto que el caso entraba en la jurisdicción de la División de Delitos de Alta Tecnología y no tenía nada que ver con drogas. Lo incautado pasó luego a la Fiscalía Anticorrupción.
Finalmente, todo el material –mejor dicho, lo que quedaba del material–, pasó al despacho de la jueza María Martínez.Ahora se sabe que el 13 de mayo de 2009, hubo una audiencia en la cual los abogados de Gianotti se percataron de que el material ya no estaba lacrado. Esa revelación consta en un acta firmada por el fiscal y la jueza.Cuando la Policía pidió que se reconozca el código hash que se había asignado en enero a lo decomisado, se descubrió que el código ya no era el mismo.Algo más: El 12 de enero de 2009, la Policía copió una estructura de carpeta. El 13 de mayo se halló otra, que ilícitamente reemplaza a la original. LA PRIMERA publicó el domingo las dos estructuras. La original contiene 19 referencias a Rafael Rey. En la manipulada no figura el ministro.Para que esas falsificaciones se produjeran, fue necesario un robo previo. El cambiazo puede ser obra de policías bajo las órdenes del general Hidalgo, o de elementos cercanos a oficiales de la Armada.
Como LA PRIMERA informó el viernes último, el comandante (r) de la Marina Carlos D’allorso de la Peña, participante en la matanza de El Frontón, es el jefe de seguridad del Palacio de Justicia.
Es éste un caso en que ponen al gato de despensero. Resulta evidente que Alan García, Jorge del Castillo y otros jerarcas apristas están interesados en ocultar diálogos y mensajes relacionados con Rómulo León y quizá con otras faenas financieras y electorales.
García se queja de haber sido, también él, chuponeado.
¿Por qué no ordena que se investigue y revele ese chuponeo, sumamente grave puesto que atañe al jefe de Estado?
Estamos aquí ante una comedia de manipulaciones. Hay chuponeados que no quieren que se revele lo que hablaron, y chuponeadores que quieren negar chuponeos y para eso roban y borran pruebas. Todos ellos resultan beneficiados con el robo del disco duro y las dos USB de la señora Gianotti.El general Hidalgo sabe lo que hace