LIMA Las encuestas ya señalan -estando a casi 18 meses de las elecciones generales- un primer grupo de cinco candidatos que ya han encontrado una sólida posición de respaldo ciudadano a nivel nacional:
Luis Castañeda,
Lourdes Flores,
Keiko Fujimori,
Ollanta Humala y
Alejandro Toledo (en orden alfabético).
A ellos se sumarán el candidato del Partido Aprista (puede ser uno de los ya nombrados) y un probable outsider:
(quizás el para entonces ex sacerdote Marco Arana).
Los otros candidatos que no dan fuego, llámense
-Yehude Simon,
-Edwin Donayre o
-PPK, deberían centrar sus esfuerzos en las elecciones regionales.
¿No sería acaso Kuczynski un excelente presidente regional de Lima?.
Entre el grupo de cinco que ya se estableció, es marcado el respaldo que reciben tanto Keiko Fujimori como Luis Castañeda. Ambos representan versiones autoritarias y caudillistas, con movimientos políticos basados en una persona.
En el caso del fujimorismo es claro que mantienen un importante respaldo en provincias, de acuerdo con la última encuesta de CPI, y también consistentemente una mayor aprobación en los sectores socioeconómicos E y D, lo que permite vislumbrar que esta candidatura se mantendrá sólida hasta el final.En el caso de Castañeda, es obvio que su debilidad está en provincias, donde ha ido ganando presencia al instalar hospitales en varias capitales de regiones, y sus repetidas visitas proselitistas, pero aún queda la duda si será suficiente. Lo cierto es que al estar su organización política basada en su gestión, no existen otras personalidades que destaquen y llamen la atención ciudadana. Su reto es presentar para las elecciones del próximo año una estructura partidaria a nivel nacional o simplemente esperar el siguiente proceso electoral general.
Pero la encuesta de CPI presenta también un alto rechazo de la ciudadanía a la posibilidad de alianzas electorales. Eso no debe sorprender. Nuestro sistema y nuestra clase política refuerzan todos los días la idea de la necesidad de un caudillo. Como ya decía Víctor Andrés Belaunde a inicios del siglo pasado, elegimos un virrey pero sin juicio de residencia. Y así será también en las próximas elecciones ??
Carlos Valdivia. Correo