martes, 2 de febrero de 2010

Aldo Mariátegui : Disciplina, compañeros!


LIMA Los líos internos del APRA para determinar quién será el próximo candidato presidencial, y quién controlará la estratégica secretaría general en un año electoral, se están poniendo color de hormiga, aunque no creo que llegue al tenaz enfrentamiento de comienzos de los 80, donde la pugna entre "armandistas" (seguidores de Villanueva) y "andresistas" (seguidores de Townsend) fue tan feroz que acabó en un cisma público tras varias pateaduras e insultos (fue célebre la frase "¡Que se vayan esos viejos podridos!", del extinto armandista Fernando León de Vivero), con Townsend fundando el efímero "Movimiento de Bases Hayistas", que no tuvo mayor éxito al reconciliarse los históricos Prialé y Luis Alberto Sánchez con Villanueva.Ése fue un gran error del APRA, pues una candidatura de Townsend le hubiera hecho mucho más pelea a Belaunde. A Villanueva le hizo mucho daño su izquierdismo, su fama de "búfalo" y el estar casado con una fina dama chilena al poco tiempo del centenario de la Guerra del Pacífico. Y Townsend debió quedarse en el APRA para pelearla tras la debacle de Villanueva en las elecciones. Le dejó fácil el camino a Alan.Años atrás se decía que Manuel El Cachorro Seoane, un político de polendas, estuvo a punto de intentar defenestrar al mismísimo Haya, apoyándose en el rechazo que generó el pacto del "líder máximo" con su otrora perseguidor Odría para tratar de resolver el impasse electoral de 1962 y evitar el inminente golpe de Estado de los generales Pérez Godoy y Lindley, acuerdo que luego prosiguió a nivel parlamentario durante el primer belaundismo. Pero su muerte prematura en 1963 canceló esta especulación. Como en el caso de Townsend, muchos dicen que Seoane hubiera tenido más posibilidades que Haya para derrotar a Belaunde en 1962 o 1963.Aquí tenemos enfrentados las corrientes de Mulder, Del Castillo y los "cuarentones" (Quezada, Barreda, etc.), siendo estos últimos patrocinados por Alan dentro de un plan de mediano plazo para relevar generacionalmente al partido y que sus calichines queden bajo su batuta de otoñal patriarca. El resto (Cabanillas, Gonzales Posada, Sipán) no tiene peso para esta contienda, aunque LAC es una carta presidencial latente (por eso hace poco le filtraron varias metidas de pata).Posiblemente Alan planea ganar las elecciones del 2016 y de allí manejar al APRA hasta que Dios lo recoja. Me parece que está imitando a Víctor Paz Estenssoro, ese histórico líder boliviano que dominó al MNR (primo del APRA) por décadas (desde 1942 hasta 1990) y que fue varias veces presidente de esa nación (12 años y pico). Tal como Alan, se reconvirtió a la más estricta ortodoxia económica. Fue referente fundamental en la política boliviana hasta su plácida muerte, acaecida en su soleado fundo de Tarija a los 94 años.Es casi un lugar común la especulación de que Alan quiere un candidato aprista y un candidato alanista para los comicios del 2011, tal como sucedió en 1990 con LAC y Fujimori, sólo que este último "le salió rana". Eso le posibilitaría intentar regresar el 2016 y ser el Presidente del bicentenario en el 2021. Dentro de esa hipótesis, no vería con buenos ojos una postulación de su ex escudero Del Castillo, dentro de esa particular relación amor/odio que se tienen, muy similar a la que practicaban los laboristas Tony Blair y Gordon Brown. Y Mulder no le es muy dúctil, como sí esta muchachada, amén de que puede resultarle muy "zurdo" para su gusto. Además, sería bueno saber a quién está apoyando el siempre poderoso Agustín Mantilla tras bambalinas...

Nicolás Lynch : No “el mercado” sino este mercado

Una de las pocas respuestas en el terreno de las ideas al Manifiesto publicado hace un par de semanas en apoyo a la candidatura de Ollanta Humala ha sido la de Augusto Álvarez Rodrich. Bien por él, que se separa de la “guerra de calumnias” desatada por varios grandes medios de comunicación. Álvarez Rodrich se ha referido a la contradicción que supuestamente cualquier izquierda establecería entre mercado y democracia, la que, según él, una vez más, se expresa en el Manifiesto señalado.
Allí nuestra discrepancia.
Lo que se plantea no es una contradicción intrínseca entre mercado y democracia, sino entre este mercado, desarrollado por el neoliberalismo, que tiene características oligopólicas, donde solo unos pocos y muy grandes pueden hacer negocios, y el resto de los peruanos. Es decir, este mercado, que se desarrolla económica y políticamente a partir del golpe del cinco de abril de 1992, es contrario intrínsecamente a la democracia.
Esto es así porque se trata de un mercado que se desarrolla sin derechos y sin autoridad pública que establezca las limitaciones necesarias para que pueda crecer sin que su lógica de la ganancia engulla a la lógica de la participación y de las urnas. El mercado crea, en el mejor de los casos, consumidores pero no ciudadanos. Estos se desarrollan en la sociedad civil, que es la escuela de los derechos, y en la política democrática que permite elegir y vigilar a los gobernantes.
No por gusto en condiciones de dictadura Fujimori y Montesinos y luego, en precaria democracia, Toledo y García, se han preocupado por eliminar los derechos laborales, penalizar la movilización social y acusar de terrorista a cualquier organización que se atreva a defender derechos casi de cualquier tipo.
De igual forma, se han preocupado también por limitar, hasta casi desaparecer, la autoridad pública indispensable para regular el mercado y la actividad económica en general. De allí su retórica antiestatista, que no se refiere tanto al monstruo burocrático como a la autoridad que aplica reglas en nombre de todos.

Por ello, hay necesidad de reestablecer y profundizar los derechos, arrebatados por la dictadura y negados por la democracia, que por ello es precaria, y la autoridad que permita hacerlos efectivos. De esta manera podremos tener lo que Augusto nos dice que le gusta: un capitalismo democrático. Capitalismo que la derecha en el Perú es incapaz de construir.

César Hildebrandt: VIENDO LA TELE

Hago de sapo, de buscador, de viajero inmóvil y me pongo a ver la tele del domingo por la noche.
Qué cosas.
Primero está “Cuarto Poder”, dominado por los romos, con su gerente boliviano y sus estrellas traídas del alto Perú de Eisha.
La verdad es que el reportaje sobre César Gutiérrez, aspirante a sinvergüenza, y la tal Lily Lemaster, con MBA en la materia, aportó chismografía y poco más. Nada sustancial ni de fondo. Y eso de obtener primicias de empleados de la embajada estadounidense –con horas extras en la de Israel de puro amor por la redundancia- como que ya fatiga. Eso de tener al juez Barreto o a la fiscal Zutanita como reporteros ciudadanos parece un poco holgazán.Después está el tono del señor Tola, que tiene la energía de la horchata y el énfasis comunicador de un físico cuántico que acaba de perder el premio Nobel. ¿Por qué no le pondrán ají en el teleprónter, vitaminas en la copiandanga, un spray de limón en la nariz?
Nadie discute que “Cuarto Poder” es lo más visible de la tele, pero el problema profesional que padece, de manera notoria, es que nadie califica los temas, analiza su importancia o corrige los textos.Un ejemplo espantoso de esos textos salvajes que a nadie preocupan y que cabalgan como ganado indio por la planicie es el señor Thorndike, alguien que alguna vez se insinuó como un reportero importante pero que ahora es un “Norky’s” hablado y con eructos.Su texto sobre Paracas, el domingo pasado, llegará a ser citado por los profesores de la de Lima como ejemplo de lo que jamás debe hacerse.Cegado por una labia casi narcótica, llama “prístinas” a las aguas de Paracas, “graciosos” a sus pingüinos, y “cautelosos” a sus lobos marinos (y cómo no van a ser cautelosos con los animales erguidos que por allí merodean).Para esta hechura de la antiescuela de “Cuarto Poder”, las conchas de abanico, por supuesto, “brillan imponentes” y, por supuesto también, potencian la función sexual (con comentario personal incluido). Y para terminar se lanza desde el sétimo piso del asilo retórico donde yace: “Nos vamos (de Paracas) con el atardecer en el alma reposada”. ¿Con el atardecer en el alma reposada? ¿No será con el alma “atardecida”?¿Y el doctor Guillotin?
En “Cuarto Poder” no hay corrector. Es un semanario televisivo liberal y sin censuras.Antes de Thorndike me he pasado un rato al canal del hombre que, nacido en Tel Aviv, recaudó en Lima 20 millones de soles por sufrir por nuestra libertad y
he visto a Lúcar haciéndole gracias y vendiendo indulgencias a César Gutiérrez y a su distante y huidiza mujer.La verdad es que antes Lúcar daba repeluz. Ahora da risa. Claro, al exculpar, a priori y de modo tajante, a Gutiérrez y a su dama de compañía, está cundiendo el mensaje que los Crousillat, sus amos perpetuos, quieren que cunda: nadie es corrupto, nadie merece críticas, nadie está bajo sospecha (a no ser que te llames Mauricio ni sé cuántos y hagas pizzas feas y seas un bufón involuntario; o que seas un medicucho del Sabogal, aunque jamás debes meterte con el hombre de la plata, el jefazo de Essalud, el que lobistea aquel humorista en planilla).
Paralizado, he seguido en el 2 y he visto un festín doméstico de veras perturbador.
He visto a José Barba diciendo que piensa en serio en Bayly como presidente de la República. Yo hasta ahora había tocado el tema Bayly con el buen humor que podría merecer, pero creo que es hora de decir algunas cosas.
Barba es un hombre inteligente, un amante del tabaco cubano, un bon vivant de éxito, un congresista que se hartó y un embajador que pudo hastiar con sus humos y su locuacidad.
Pero hasta ahora toda la trayectoria de Barba pertenecía a la primera división de la política. ¿Qué hace en el potrero de la nada?
Si su problema es no perder vigencia y aliar su sigla inscrita en la ONPE con alguna fuerza que lo devuelva a la notoriedad –para no envejecer en el anonimato y no escarbar álbumes amarillentos como consuelo- ¿qué hace con un Bayly que ayer escribió en su columna de “Perú 21” esta frase que es toda una doctrina moral y un programa de gobierno?:“Quiero ser presidente –escribe Bayly- y sueño con ser presidente y trabajaré como un poseso para intentar ser presidente y lo más curioso es que no tengo la más puta idea de por qué carajo quiero ser presidente, sólo siento que es algo que está en mi destino envenenado y que en esta hora decisiva no debo ser un cobarde y esquivar la cita con el destino malhadado...”Un asunto de estilo: ¿el destino es envenenado y malhadado en un solo y breve párrafo? Aparte de cacofónico, ¿qué quiere decir? ¿A qué parte del destino pertenece Barba en la vida de Bayly: al veneno o a esa negra fatalidad que parece siempre llamarlo? ¿Alguien dijo cantos de sirena? No sé si Bayly requiere de un lavado gástrico o de un suicidio. Lo que sí sé es que Barba va rumbo a ambas metas si sigue con esas juntas.Una pregunta a Barba: José, ¿la política arruinó tanto tus expectativas que debes llamar a estas proclamas (“no tengo puta idea de por qué quiero ser presidente”) “debate de ideas”, “aporte al diálogo”, “luz para la democracia”? ¿Tanto daño te hizo el Apra, José, como para que tuvieras la autoestima en el subsuelo J de un retail panameño?¿Por qué diablos no te presentas de una vez, con tus bártulos y tus ideas –que sí valen la pena- en vez de estar haciendo de padrino de alguien que llama “cabrones de mala entraña” a su papá, a sus hermanos y a su tío Bobby, a quien acusa, además de cabrón de mala entraña, de amarrete y maricón? ¿Ha imaginado Barba a qué mundo acaba de entrar con el estrépito de la farándula y la ceguera de aquellos a quienes los dioses quieren perder?Bueno, pero si Barba es cierta decencia confundida luego aparece Ghersi. Y a este sí no le creo ni los monosílabos ni la corbata ni la presuntísima existencia de su alma.
De modo que me paso al 5, donde Cayetana Aljovín hace enormes y triunfales esfuerzos por no existir. Periodismo suizo de hibernación a la espera de que alguna maña sentenciosa y judicial saque a Schutz de las alcantarillas desde donde da órdenes, órdenes subterráneas y con eco y con ruido de chapoteo de pies en aguas inmencionables.De modo que allí acaba mi fugaz paseo por la tele. Está tan buena la tele que la lectoría de periódicos debería haber crecido quinientos por ciento. ¿No lo ha hecho? ¡Qué tal problema! ¿O es que la tele y la gran prensa y la gran radio (y la gramputa, para citar a Ortiz) son la misma gran cosa?