sábado, 27 de marzo de 2010

BTR, algo más que un fantasma Por: Juan Paredes Castro

BTR, algo más que un fantasma
Por: Juan Paredes Castro
Sábado 27 de Marzo del 2010
Como en el Perú nos instalamos a menudo bajo el prisma del mundo al revés, no tiene que sorprendernos el hecho de que hayan sido robados o borrados los archivos del caso BTR.
¿Y por qué no tendría que sorprendernos?
Por la sencilla razón de que son los procesos judiciales y parlamentarios en curso, relacionados con la violación del secreto de las comunicaciones, los que parecen borrados o robados de los despachos donde deberían ser investigados.
Nadie se explica hasta ahora cómo desde la aparatosa captura de los prominentes miembros de Business Track (BTR), incluidos sus equipos, aparatos y archivos, no haya pasado nada.
¿Es que aquella captura, en un escenario policial reservado a las grandes mafias, cumplió la misión de simplemente desconectar a Business Track de todo y poner a “buen recaudo” a sus cabecillas, operadores y gestores?
Si la jueza María Martínez hubiera dejado que la fiscalía cumpliera con su obligación investigadora, en momentos en que este organismo disponía de todos los elementos tecnológicos para analizar pruebas, evidencias y testimonios de primer orden, hoy estaríamos ante resultados distintos. Mucho más adelante que el punto muerto de hoy.
El denominador común que más trasciende aquí es que no hay investigación posible a la cual atenerse, ni fiscal ni parlamentaria; que tampoco podemos esperar demasiado de la acción judicial; y que los controles de daño de parte del Gobierno sobre las estructuras de inteligencia del Estado son imperceptibles.
Roguemos que las evidencias borradas sean recuperadas y que las otras robadas aparezcan. Donde el ruego de quien sea no puede hacer nada es respecto de la naturaleza de los procesos que comprenden a BTR, que no parece que existieran, como si los hubiera tragado la tierra.
Ni por el lado de la Justicia ni por el lado del Legislativo existe la menor voluntad de sentar autoridad allí donde con el mayor descaro se interceptan los teléfonos fijos y celulares y los correos electrónicos.
Estamos ante un delito que ha pasado a formar parte del aceptado inventario nacional.

El valor de renunciar Por: Augusto Álvarez R.

El valor de renunciar
Sáb, 27/03/2010 - 22:31

Las batallas pendientes de la ministra Mercedes Aráoz.
PIURA.- Cantar valses en Palacio en la noche del año nuevo no fue el mejor debut en el MEF al inicio de un año electoral en el que se debe dar señales de independencia, pero, desde entonces, Mercedes Aráoz ha mostrado convicción de no tener intención de convertir su ministerio en anexo del comando de campaña aprista.
El proyecto de Olmos es la última escaramuza del MEF y ha sido una nueva oportunidad para que la ministra Aráoz muestre disposición a irse del gabinete si el gobierno se pone bruto en la intención de apartarse del interés común y la sensatez.
Olmos no ha sido la única batalla de Aráoz en este verano caliente. Estuvo, también, la del bono militar-policial que peleó y perdió. Tendrá, sin embargo, más oportunidades por delante pues no hay duda de que las cosas se pondrán peor en breve. Están, por ejemplo, los paros que se anuncian en Ancash, Lambayeque, La Libertad y Arequipa para que el gobierno –es decir, ‘el MEF’– apruebe proyectos con el espíritu de fin de fiesta que a veces parece querer imponer el presidente cuando habla de hacerlos “de cualquier manera” y “pese a quien le pese”.
En cada conflicto, Aráoz ha mostrado vocación de estar en ‘el lado bueno’. Y hará bien en ponerse más dura pues cuando el presidente García despidió a Luis Carranza y la nombró a ella en el MEF, quedó la sensación de que lo hacía para facilitar la insinuación que hizo en el discurso de fiestas patrias de julio de 2009: acelerar el gasto y la inversión con criterio político.
Entonces, allegados suyos –Jorge del Castillo, Javier Velásquez, Hugo Otero– proclamaron que el gobierno entraba a una “segunda etapa” donde el énfasis sería “la distribución” y se estaría “más cerca de la gente”. Eso implicaba la intención de cambiar la imagen del gobierno de lejanía con la población pobre, y para eso fue que se cambió de ministro en el MEF.
Cuando casi sacan a Aráoz del gabinete, al final del premierato Simon, un fotógrafo indiscreto registró el blackberry de Aráoz con el texto de que ella quería dejar el cargo como “campeona”. Pues –hablo por experiencia– ser despedido por defender principios éticos es una manera de campeonar. Y sería mucho más valorado después del papelón de Aurelio Pastor.
Además, detrás de esos proyectos públicos con mucho lobby y poco fundamento suele haber –como decía hace poco el presidente García cuando hablaba del TC y el cemento– “mucho dinero, miles de millones de por medio”.
Ahora que Lourdes Flores pretende trazar una línea entre la decencia y la corrupción en la campaña electoral, sería ideal que la ministra Aráoz hiciera lo mismo en la gestión pública y, por supuesto, se ponga –como no dudo que lo hará, pues conozco su decencia– en el lado correcto, aunque ello implique dejar el gabinete

Cuando el fin justifica los medios todo está perdido.....Por: Martha Miró Quesada.

LA PULCRITUD COMO BASE DE LA CIVILIZACIÓN
Cuando el fin justifica los medios todo está perdido
Sábado 27 de Marzo del 2010


Cuando todo vale y el fin justifica los medios la sociedad humana vuelve a la oscura y húmeda caverna prehistórica, alejándose del fuego vital de la civilización.
Solo la pulcritud y la coherencia de cada acto cotidiano —individual o colectivo, privado y político— garantizan la vigencia del Estado moderno de derecho y de todas las abstracciones sobre las que se sostiene: democracia, libertad, justicia, solidaridad, entre otras.
Hablar de ellas no es lo mismo que hablar de un rábano. Rábano es una palabra concreta que representa algo tangible que podemos ver, palpar, oler, saborear y hasta agarrar por las hojas. Nuestra sociedad, sin embargo, se sostiene en conceptos abstractos que la tornan frágil. La doble moral, los arreglos bajo la mesa y la turbidez, dinamitan la credibilidad de nuestras instituciones y del sistema en ámbitos diversos desde el Congreso a la economía pasando por los partidos políticos y de fútbol hasta llegar a la empresa privada, la medicina, las artes, la gastronomía o un campeonato de tabla hawaiana. Nada se salva cuando no hay confianza, verdad y coherencia. Cuando el fin justifica los medios todo está en riesgo y todos perdemos.
En las últimas semanas, por ejemplo, la reputación del juez español Baltasar Garzón ha rodado por los suelos. La prensa española le cuestiona una “intervención irregular de comunicaciones” y sostiene que sus defensores “olvidan que la justicia solo es justa cuando se atiene a unas reglas establecidas”. Ayer mismo un editorial del diario “ABC” explicaba “llegó a un punto en que (Garzón) se creyó investido del poder suficiente para crear las normas jurídicas que convenían a sus propósitos”.
Mientras tanto el chileno José Miguel Insulza fue reelegido secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), con el voto de nuestro país que ha descartado la reelección presidencial y que hace pocos días consideró saludable que la corte colombiana deniegue a Álvaro Uribe sus intenciones reeleccionistas.
Así un personaje (“cubanófilo”, según su compatriota el escritor Jorge Edwards) en cuyo país la reelección fue abolida justamente por las fuerzas de izquierda que él representa tiene a bien reacomodarse en su cargo. ¿Total? ¿La reelección está bien en la OEA y no en nuestros países? ¿Los presidentes no pueden ser reelegidos aunque el pueblo lo pida pero los congresistas sí pueden atornillarse por décadas en su curul? ¿El voto popular deviene en “sagrado” cuándo le sirve a quién? La incoherencia es delirante.

El Poder Judicial se pudre pero el presidente de la Corte Suprema es considerado un perfume de rosas andante mientras lo que es su responsabilidad hiede. A vista y paciencia de las autoridades se roban pruebas del “chuponeo” telefónico realizado por Business Track (BTR), y aquí no pasa ni pasará nada.
Una congresista dice no tener vínculo —salvo cinco hijos— con un fulano que macera hojas de coca en el perímetro de su chacra.
El presidente del Consejo de Ministros se enfrenta a la titular del Ministerio de Economía para que una firma brasileña se encargue “como sea y pese a quien le pese” de la irrigación de Olmos.
Y en las últimas semanas, un hirviente caldo de choros a la Conchán “sorprendió” al presidente Alan García Pérez, bañándolo de cuerpo entero. ¿Pulcritud decíamos? Vaya ingenuidad. Acá todo vale menos agarrar al rábano por las hojas.