sábado, 27 de marzo de 2010

El valor de renunciar Por: Augusto Álvarez R.

El valor de renunciar
Sáb, 27/03/2010 - 22:31

Las batallas pendientes de la ministra Mercedes Aráoz.
PIURA.- Cantar valses en Palacio en la noche del año nuevo no fue el mejor debut en el MEF al inicio de un año electoral en el que se debe dar señales de independencia, pero, desde entonces, Mercedes Aráoz ha mostrado convicción de no tener intención de convertir su ministerio en anexo del comando de campaña aprista.
El proyecto de Olmos es la última escaramuza del MEF y ha sido una nueva oportunidad para que la ministra Aráoz muestre disposición a irse del gabinete si el gobierno se pone bruto en la intención de apartarse del interés común y la sensatez.
Olmos no ha sido la única batalla de Aráoz en este verano caliente. Estuvo, también, la del bono militar-policial que peleó y perdió. Tendrá, sin embargo, más oportunidades por delante pues no hay duda de que las cosas se pondrán peor en breve. Están, por ejemplo, los paros que se anuncian en Ancash, Lambayeque, La Libertad y Arequipa para que el gobierno –es decir, ‘el MEF’– apruebe proyectos con el espíritu de fin de fiesta que a veces parece querer imponer el presidente cuando habla de hacerlos “de cualquier manera” y “pese a quien le pese”.
En cada conflicto, Aráoz ha mostrado vocación de estar en ‘el lado bueno’. Y hará bien en ponerse más dura pues cuando el presidente García despidió a Luis Carranza y la nombró a ella en el MEF, quedó la sensación de que lo hacía para facilitar la insinuación que hizo en el discurso de fiestas patrias de julio de 2009: acelerar el gasto y la inversión con criterio político.
Entonces, allegados suyos –Jorge del Castillo, Javier Velásquez, Hugo Otero– proclamaron que el gobierno entraba a una “segunda etapa” donde el énfasis sería “la distribución” y se estaría “más cerca de la gente”. Eso implicaba la intención de cambiar la imagen del gobierno de lejanía con la población pobre, y para eso fue que se cambió de ministro en el MEF.
Cuando casi sacan a Aráoz del gabinete, al final del premierato Simon, un fotógrafo indiscreto registró el blackberry de Aráoz con el texto de que ella quería dejar el cargo como “campeona”. Pues –hablo por experiencia– ser despedido por defender principios éticos es una manera de campeonar. Y sería mucho más valorado después del papelón de Aurelio Pastor.
Además, detrás de esos proyectos públicos con mucho lobby y poco fundamento suele haber –como decía hace poco el presidente García cuando hablaba del TC y el cemento– “mucho dinero, miles de millones de por medio”.
Ahora que Lourdes Flores pretende trazar una línea entre la decencia y la corrupción en la campaña electoral, sería ideal que la ministra Aráoz hiciera lo mismo en la gestión pública y, por supuesto, se ponga –como no dudo que lo hará, pues conozco su decencia– en el lado correcto, aunque ello implique dejar el gabinete