miércoles, 10 de marzo de 2010

El vergonzoso indulto a Crousillat .....Por Augusto Álvarez

El vergonzoso indulto a Crousillat
Mié, 10/03/2010

Es imposible creer que Alan García no sabía lo que hacía.

El indulto a José Enrique Crousillat será recordado, junto con los petroaudios del gabinete Del Castillo, como uno de los mayores escándalos del segundo gobierno aprista, pero más que por la liberación bochornosa, por la desfachatez con que Alan García ha pretendido encubrir su participación decisiva en esta cuchipanda asquerosa.

Cuando la trampa de Crousillat para ‘recuperar’ América TV se caía por carecer de indicios y de un sustento jurídico mínimos, el presidente García apareció ayer mismo para pretender limpiarse diciendo, en relación con el indulto, que “uno comienza a sentir un poco que ha sido burlado”.
El burlado, sin embargo, no es el presidente sino el país por el comportamiento sinuoso de un jefe de Estado que no tiene cómo defender la hipótesis increíble de que ha sido engañado en su pretensión de “actuar con buena voluntad”.
Antes del indulto, García fue requerido varias veces sobre el tema por la prensa y siempre ofreció esas respuestas típicas en él cuando quiere hacerse el ‘graciosito’ para ocultar lo que trama. Tuvo, por tanto, tiempo de sobra para pensar lo que estuvo planeando desde hace por lo menos un par de años.
Cuando, en diciembre pasado, firmó el indulto y fue criticado por algunos medios, García defendió a capa y espada su indulto en innumerables oportunidades, pero fue más allá y, con arrogancia, pasó al ataque al sostener que sus críticos “tienen miedo de que Crousillat diga lo que sabe de Montesinos”. No satisfecho con eso, alentó en público la amenaza de la “recuperación de América TV.
Lo que García no previó es la soberbia del broadcaster del ‘Doc’ después de obtener el indulto dorado: sin motivo, sin pagar la reparación, con los S/.69 millones que robó como botín, y sin el menor atisbo de arrepentimiento.

Al salir de la cárcel sin siquiera fingir una dolencia, y exhibirse en playas y restaurantes, Crousillat –paradigma de ese tipo de peruano despreciable que cree que todo lo puede– pretendió burlarse del país al que estafó con el financiamiento podrido del fujimontesinismo, incluyendo a quien lo indultó, quien ha sido el principal desnudado ante el país en esta farsa.

Habría que ser muy ingenuo para creer que García no sabía lo que hacía, que fue engañado, y que no ha estado metido en el plan para amenazar a la libertad de expresión, con la complicidad de un ex ministro impresentable que ya ha traficado en varios gobiernos, y usando como caballo de Troya al broadcaster del ‘Doc’, quien seguramente en este momento ya se debe haber escapado del país. Esta será una de las mayores vergüenzas de Alan García

El destape Crousillat Por: César Lévano

Las declaraciones de Alan García sobre el indulto que concedió a José Enrique Crousillat crean el sorprendente caso de García contra García.
El presidente dio a entender que pudo haber sido objeto de burla.
El único en capacidad de hacerlo es Aurelio Pastor, ministro de Justicia, quien preparó el expediente respectivo y posiblemente reclutó los informes médicos.
Ayer en el Congreso, Pastor tuvo el cuajo de decir que él no podía dudar de los informes médicos que condujeron al indulto.
No precisó si, a la luz de la actividad física intensa que realiza Crousillat, no le habían surgido dudas sobre esos informes. No dedujo tampoco que la falsedad de los certificados de salud se debió a presiones políticas.
Dijo ayer el primer mandatario: “está bien tener buena voluntad y ser humanitario, pero hay que demostrar que uno no ha sido sorprendido”.
A él le toca demostrarlo. No lo puede hacer. Porque lo más probable es que la operación indulto haya sido ideada por él mismo, y que ahora busque dar marcha atrás en vista de la descarada actitud del enfermito, que estaba por entregar el alma al Creador y ahora resulta activo y desafiante.
Tan patente ha sido la farsa, que García debe de haber calculado que iba a producir mayor descrédito para su régimen. Además, el intento de Crousillat de recuperar el mando en el Canal 4, intento sin duda estimulado desde Palacio, estaba a punto de fracasar.
Entre otras cosas, porque se han divulgado pruebas de que el indultado no era accionista mayoritario de Canal 4. Sólo tuvo tres por ciento de las acciones, pero ya las había cedido a sus hijas.Por otro lado, ayer se conocieron pruebas de que Crousillat no es un menesteroso que por falta de dinero no paga la reparación civil que adeuda al Estado.
Posee en Miami una residencia evaluada en ocho millones de dólares. Nadie va a creer, por otra parte, que ya ha dilapidado los 69 millones de dólares que le pagó Vladimiro Montesinos en 1999 por colocar a Canal 4 en la línea del fujimorismo.
Hoy, cuando la alianza aprofujimorista es pública y notoria, ese acto de corrupción sería más bien un acto precursor y un certificado de buena conducta.
El retorno de Crousillat al Canal 4 brindaría, además, un refuerzo en la campaña electoral de Jorge del Castillo.
Pero no todo marchaba sobre ruedas. Las acciones judiciales de Crousillat contra el Grupo El Comercio y el Grupo La República podían suscitar oposiciones inoportunas, ahora que la carrera electoral ha comenzado.
Es posible, por todo eso, que García revise el caso y estudie la anulación del indulto.
Otro resultado debería ser la renuncia de Aurelio Pastor al Ministerio de Justicia.
Entretanto, el “resucitado” Crousillat estará pensando en cómo salir del atolladero. Mejor dicho, cómo salir del país.

Anuncian protestas contra Soat médico

Anuncian protestas contra Soat médico

La presidente de la Comisión de Salud del Congreso, Hilda Guevara, mostró su optimismo respecto a que los médicos cambien de postura y acepten aportar al FRS, sea individualmente o a través del CMP. “Tuvimos una reunión amical con los decanos médicos y están entendiendo que hay que devolver la confianza a la población”, dijo.

Los representantes del Colegio Médico del
Perú (CMP) y la Federación Médica Peruana (FMP) rechazaron la amenaza del presidente del Consejo de Ministros, Javier Velásquez, de imponer un decreto de urgencia con el objetivo de implementar un seguro para casos de negligencia médica, más conocido como “Soat médico”.
El decano del CMP, Ciro Maguiña, refirió que su institución ya tiene preparada una denuncia de inconstitucionalidad en caso de que el Ejecutivo pretenda imponer un seguro médico. “Si cumplen su amenaza, pediremos que ese decreto sea declarado inconstitucional por el Tribunal Constitucional porque tenemos iniciativa legislativa según la ley”, dijo a LA PRIMERA.
Maguiña descartó que los médicos hayan aceptado dar aportes económicos para la creación del Fondo de Riesgos de Servicios Sanitarios (FRS) a pedido de la Comisión de salud del Congreso, y aclaró que los decanos médicos han manifestado que cada médico, individualmente, puede realizar un aporte solidario a título personal, de manera voluntaria.
“A los colegios profesionales no nos pueden imponer un fondo porque somos autónomos. Es una posición de principio. Ratificamos nuestra postura de ‘no al Soat’.
Cada institución de salud sí puede asumir los gastos del daño emergente. También podría constituirse una comisión de efectos adversos y de ayuda social, pero los fondos del colegio son intangibles”, explicó.ç
Saldrán a marchar
El presidente del FMP, Leoncio Díaz, advirtió que los gremios médicos evaluarán realizar acciones de protesta si el Ejecutivo impone el seguro. “Es inaceptable viniendo de un parlamentario (Velásquez) que circunstancialmente es premier. Al Congreso no se le puede amenazar así. Ni siquiera el presidente de la república lo puede hacer”, expresó.
Refirió también que la responsabilidad mayor de los casos de negligencia proviene del Ejecutivo, por lo que imponer solventar un fondo a los médicos es “injusto”. “Nosotros pagamos impuestos como un ciudadano cualquiera. Aquí, no hay espíritu de cuerpo. La responsabilidad individual la determinará un juez”, acotó.

Corazón de oro......Por: César Hildebrandt

El APRA ha tenido su primer éxito como partido rescatado del zulo en el que lo tenía, maniatado, el doctor Alan García.
El lunes por la noche, en el programa de Jaime de Althaus, el flamante secretario general aprista Jorge del Castillo dijo, para sorpresa de muchos, que él no estaba de acuerdo con el indulto concedido a José Enrique Crousillat y que le parecía que “el presidente García había sido sorprendido”.
Eso fue a las 9 y 52 de la noche.
Ayer por la mañana, en la cabina de RPP, Augusto Álvarez Rodrich le preguntó sobre el mismo tema a Omar Quezada, el secretario general alterno del aprismo. Quezada se demoró apenas un par de segundos en decir que él tampoco estaba de acuerdo con la gracia concedida a José Enrique Crousillat.
¡Vaya! ¡El APRA renacía y se atrevía a desafiar, con buenas maneras, al mismísimo Alan García! García entendió el mensaje y sacó la tabla donde está acostumbrado a surfear la ola del momento.
Y surfeó.
Cinco horas después de lo dicho por Quezada, dieciséis horas después de lo expresado por Del Castillo, García salió ante la prensa a decir que, en efecto, se sentía “un poco burlado” por lo del indulto, que él había querido ser generoso “con una persona de 77 años que parecía estar muy mal de salud” y que ahora, a la luz de las exhibiciones de Crousillat en las playas de Asia y en el restaurante “Costanera 700”, pediría que se revisara el expediente médico y solicitaría que el indultado en cuestión se someta a nuevos exámenes médicos en el Instituto del Corazón o en el Seguro Social.
Lo que por vergüenza no dijo García es que los exámenes médicos que acompañaron el expediente del indulto eran de parte y procedían de unos médicos secuaces de Crousillat.
Y lo que no recordó García, también por vergüenza, es que los médicos del INPE se opusieron hasta el último momento al indulto porque ellos sí habían examinado a Crousillat y se habían dado cuenta de la magnitud de la farsa y del origen forajido de aquellos certificados que lo describían como a un anciano agonizante.
De modo que García concedió ese indulto a pesar de la opinión de los médicos del INPE y de los consejos decentes de algunos apristas.
Como se sabe, la indecencia es hembra irresistible para algunos políticos de altas cualidades.
Lo que probablemente no imaginó García es que Crousillat iba a ser tan bruto como para exhibirse como un Charles Atlas en “Eisha” y como un comensal voraz, con cara de Carlitos Dogny, en “Costanera 700”.Y lo que tampoco pudo prever García era que Crousillat activaría tan pronto, tras su bronceada exhibición playera, la maquinaria que el doctor Jorge Castro Castro, su abogado y kamikaze adjunto, había armado pieza por pieza y pagaré por pagaré para obtener, como final feliz de una telenovela de Televisa, el retorno de la familia, con Lúcar a la cabeza, a América Televisión.Eso ya era demasiado. Era no sólo meterse con grupos de opinión poderosos sino intentar una devolución fraudulenta echando mano a audios editados, a retazos de verdad mezclados con yardas de mentiras y a personajes temblorosamente ambiguos como Eugenio Bertini (capaz de desdecirse en un par de segundos sin darse cuenta siquiera de su inconsistencia).
Llamar desheredado a José Enrique Crousillat es un chiste.
E insinuar de que fue víctima del gobierno de Toledo es algo que sólo a los sirvientes de Belmont, en el 11, y a Beto Ortiz, en el 2, se les puede ocurrir.
Y decir, como el lamentablemente defenestrado Ortiz llegó a decir, que “el director de El Comercio también trabajó para Crousillat” –confundiendo a propósito a Paco Miró Quesada con el director de la página web de “El Comercio”- era algo excesivo aun para los estándares laxos de “Enemigos íntimos”.
De modo que desautorizado por los secretarios generales del APRA, sorprendido en la incómoda compañía de Beto Ortiz y Canal 11, señalado como el liberador de Crousillat, García no tuvo más remedio que tragarse un sapo jurásico y digno de Spielberg, deglutirlo a duras penas ante la prensa y salir en reversa hasta los confines de palacio de gobierno a lamerse las heridas y a rabiar como un loco (y al llegar a palacio, enterarse, para remate, de que a su archienemigo Jorge del Castillo la fiscalía lo había liberado, ayer mismo, de cualquier responsabilidad penal en el caso de los petroaudios).
Es cierto que Toledo estuvo interesado en el destino de Canal 4. Y es probable que en ese interés se asomara lo personal y lo subalterno.Pero nadie duda de que la operación “compra de América Televisión” reunió todos los requisitos formales de ley y que fue producto de una durísima negociación encabezada por Gustavo Mohme Seminario.Es cierto que Mohme compró en siete millones y medio de dólares una deuda que ascendía a 18 y que, al final, con intereses, llegó a 22 millones de dólares. También es cierto que puso una cuota inicial de un millón y medio y que ha venido amortizando los otros seis millones de dólares a lo largo de estos últimos años.Pero eso no invalida la operación ni mucho menos.
Eso, en la peor de las hipótesis, le da al arreglo final una pincelada pintoresca de sentido de la oportunidad y demuestra lo difícil que fue para Mohme, navegando en un mar de tiburones “fraternos”, llegar a hacerse con el 31 por ciento de las acciones de Canal 4, habiendo estado a un tris de comprar el 100 por ciento de haber aceptado la colaboración de un poderoso socio extranjero.
En todo caso, quien menos puede cuestionar el salvataje financiero de América Televisión es José Enrique Crousillat, el hombre que se vendió en el SIN, que hizo de Laura Bozzo la garganta profunda del Fujimorismo y de la televisión peruana un ejemplo de lo inmundo.
Para obtener el indulto tramposo que el tramposo García le concedió, José Enrique Crousillat acudió a un alto directivo de Canal 7 y a una señora con mucha posibilidad de influencia en palacio. A ellos les encargó que mostraran los certificados de su “cardiopatía terminal” y que hicieran paciente antesala ante el despacho de Luis Nava.
Ayer, y por razones que no pasan por las de un cardiólogo, el señor Crousillat, el enfermo imaginario, ha cavado, políticamente hablando, su tumba. Mejor dicho, ha reincidido en enterrarse.