miércoles, 9 de diciembre de 2009

Los mejores graduados Por Manuel Burga

Los mejores graduados
01/10/2009
Por Manuel Burga (ex- rector UNMSM)

El jueves 24 pasado la ANR, con la intención de promover la investigación universitaria en nuestro país, premió ante un concurrido auditorio a los ganadores del III Concurso Nacional de Tesis de Posgrado de Maestría y Doctorado 2009: un diploma y un cheque para los ganadores. Se inscribieron 58 candidatos en el Concurso; 38 a nivel de maestría y 20 de doctorado. Graduados que habían defendido sus tesis en los últimos tres años, por tanto este número debe representar un escaso 10% de las tesis realmente defendidas en este período. Todas ellas, o casi todas, deben pertenecer, por su calidad, al tercio superior; una buena razón para presentarlas a un concurso nacional.
34 son graduados en universidades públicas y 24 en privadas. Estas cifras desiguales se emparejaron con los resultados. Entre los 10 ganadores, 5 proceden de públicas; 3 de San Marcos, 1 de la UNI y 1 de la UNALM y 5 de privadas; 3 de la PUCP y 2 de la UPCH. Las universidades que tienen la mayoría de premiados, UNMSM, PUCP y UPCH, como confirmando las estadísticas que ya se conocen, ocupan los tres primeros puestos en el primer Ranking Universitario Peruano del 2006. Llama poderosamente la atención la edad promedio de los ganadores al momento de graduarse: 45.2 años. Si no consideramos al ganador de 80 años, la edad promedio baja a 41. 3 años; lo que sin embargo sigue siendo un promedio verdaderamente alto para graduados de posgrado. 5 graduados se ubican entre los 27 y 39 años y 4 entre los 51 y 54. Estos promedios, probablemente inusuales en América Latina, nos revelan que es más frecuente graduarse en el Perú cuando se ha logrado conseguir una estabilidad como docente en la universidad, no como solía ser antes, para iniciar la carrera.
La presencia de la mujer en la universidad peruana, como en el mundo en general, es cada vez más notable. En la UNMSM el número de mujeres postulantes suele superar al de hombres, pero esta relación se invierte luego del examen de admisión.
Igualmente, al final de los estudios de pregrado se gradúan más hombres que mujeres, por las dificultades que son fáciles de imaginar. Sin embargo, los resultados de este Concurso Nacional nos permiten descubrir algo nuevo: 6 de los 10 ganadores son mujeres. Ellas han ganado en las tres áreas, Ciencias, Humanidades y Tecnología, lo que podría significar que las desventajas que arrastran de la secundaria, incluso de los mismos estudios universitarios, los superan después.
El porcentaje de graduados en los programas de posgrado de las universidades peruanas es muy bajo actualmente.
Probablemente el más bajo en América Latina y en las últimas cinco décadas en nuestro país. Este indicador está estrechamente vinculado a la calidad de nuestra educación superior, donde encontramos universidades públicas con porcentajes de docentes con doctorado verdaderamente bajos. En los países desarrollados se inicia una carrera docente en la universidad con el doctorado, aquí no se exige este grado porque de hacerlo nos quedamos casi sin docentes universitarios.
¿Podríamos imaginar como bajaría la edad promedio de los graduados y cómo aumentaría el porcentaje de maestros y doctores en las universidades peruanas si contáramos con programas de becas como en Brasil, Chile y México? Así como se habla de la ausencia del Estado en diversos lugares y regiones del país, es igualmente lamentable constatar esta ausencia a nivel de los programas de graduación en la educación superior peruana. Sin embargo, contra viento y marea, los docentes universitarios peruanos que investigan y se gradúan, mujeres y hombres, con sus propios recursos, constituyen una luz de esperanza para la educación superior peruana en el futuro

Hombres de la Educación Por Manuel Burga


Hombres de la Educación Por Manuel Burga
Jue, 10/12/2009

¿Quiénes son? Luis Carranza Ugarte y Fidel Ramírez Prado, para sorpresa de muchos. Ensayaré una nueva reflexión sobre este tema, tan urgente como paradójico en nuestro país. Con tantas leyes, decretos que no se cumplen porque quizá están mal hechos, ambos, en este caso, no cumplen con los mandatos legales, ni judiciales. Lo que explica, en un caso, la paralización de las universidades públicas desde hace dos meses y medio, que nos hace recordar a noviembre de 2005 en que, luego de violentas movilizaciones callejeras, el 21 de diciembre, se promulgó el D.U. 033, autorizando el Programa de Homologación de los docentes de las universidades públicas.

Un programa que debía cumplirse en tres años, sin producir enormes egresos y que además podía presentarse como respuesta al largo incumplimiento del Artículo 53 de la ley universitaria que homologa las remuneraciones de los profesores universitarios con las correspondientes de los magistrados judiciales. En esa oportunidad, como rector de San Marcos, presidí la Comisión de la ANR para dialogar con los representantes del MEF y del Minedu, lo que me acercó a los detalles para entender cómo se decide la inversión pública en nuestro país, si de acuerdo a grandes políticas macroeconómicas, específicos planes estratégicos, a la discreción personal de autoridades o funcionarios o a las presiones de los demandantes.

El entonces presidente Toledo abrió el diálogo, y las conversaciones en el MEF se iniciaron con Waldo Mendoza, viceministro de Economía, quien acababa de reemplazar a Luis Carranza, teórico de que en “educación no hay inversión, sino simplemente gasto”. Quedaba en el MEF, como asesora importante, Marisol Guiulfo, continuadora de esa línea dura. Esto hizo muy difícil las negociaciones, porque solicitaban un retorno rápido, sea en calidad, eficiencia o pertinencia, que los rectores ni Fendup podían asegurar: era el trabajo de los legisladores. Luego preguntaban concretamente: “¿Cuántos doctores tienen?”. Para agregar: “Que ellos reciban prioritariamente la homologación”. Lo que hubiera dejado fuera al 80% de la docencia universitaria. Lo exigía M. Guiulfo, que no sé si ya tenía su licencia en Administración de Empresas de la UL.

Ahora ha regresado la línea dura al MEF con el Ministro Carranza. Sabemos que él es egresado de una universidad privada, la PUCP, pero también de una pública, la U. de Minnesota, una de las importantes universidades norteamericanas que ocupa un buen lugar entre las 500 mejores del mundo. Luego fue viceministro y después pasó al BBVA de España. Un técnico de buen nivel, no lo dudo, que puede ser un distinguido gerente del BBVA, pero cómo podríamos pedirle una racionalidad estratégica en el manejo de los fondos públicos y específicamente del “gasto” en educación, tan aparentemente sin retorno en el corto plazo.

Sabemos también que se han aprobado 34 normas legales que mandan el cumplimiento del programa de homologación, con la explícita intención de promover la universidad pública, pero no se cumplen, lo que nos pone ante una evidente acción de incumplimiento de la norma legal que altera el orden público. Ahora regreso al inicio. La U. Alas Peruanas, violentando cualquier dispositivo legal, multiplica ilegalmente sus filiales y con alguna razón podría decir que ha ampliado el acceso a la educación superior, como nadie lo ha hecho desde el Estado. Ni Alas Peruanas ni el MEF cumplen la ley. ¿Alguien nos podría decir la diferencia entre Fidel Ramírez y Luis Carranza, del MEF, en lo que a cumplimiento de la ley se refiere? ¿Por qué en un caso es ilícito y en el otro no? ¿Quizá la clave de nuestra deriva educativa se encuentra en esta paradoja? Parecemos desafortunadamente un país sin políticas ni instituciones, a merced de los individuos

Terra TV - Fútbol | Las atajadas de Raúl Fernández

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