jueves, 4 de marzo de 2010

El sex appeal de la anticorrupción Por Augusto Alvarez

Jue, 04/03/2010 La muy sana ilusión de que la decencia jala votos.


Lourdes Flores reapareció con el fin de reforzar la idea de que su candidatura municipal será una cruzada a favor de la decencia (ella) contra la incorrección (Alex Kouri), en lo que sería la primera vez en mucho tiempo que se lanza una campaña con la bandera de la anticorrupción. Eso está muy bien, pero… ¿le interesa realmente al elector?
Su convocatoria ha tenido diferentes reacciones. Entendiblemente, la más hostil, pues contra él va dirigido el misil, fue la de Kouri, quien será su principal rival en la lid municipal y ha dicho que, en todo caso, se suma al propósito. Otros, como Ollanta Humala, no se han quedado atrás y ha dicho que sí le interesa la lucha contra la corrupción pero que no cree que el PPC sea el mejor aliado para eso y que, mejor, busca algún acuerdo con Susana Villarán, a quien sí considera “una opción honesta”.
Pedro Pablo Kuczynski, por su parte, ha declarado su apoyo a Flores en su pretensión de ser alcaldesa de Lima pues “tiene un gran nivel político y ha luchado por la democracia en el pasado”, mientras que el ex presidente del Congreso Henry Pease ha destacado su entusiasmo y ofrecido su respaldo por una candidatura como la lanzada por la presidenta del PPC.
El ex parlamentario Enrique Bernales también expresa su coincidencia con Flores: “La lucha que ha planteado es acertadísima (…) Toda la campaña, no solo la municipal de Lima, sino también la del 2011, debe tener como significado, como lema, la lucha contra la corrupción”.
Ante tanta buena intención, una pregunta que flota en el aire es si realmente esta batalla le interesa al ciudadano y constituye una buena tarjeta de presentación electoral.
Lo más probable es que, en principio, el ciudadano promedio sea una persona bien intencionada que quiere respaldar una causa noble e importante como la anticorrupción. Sin embargo, seguramente existen otros factores que también pesan en la decisión del ciudadano, como la capacidad de representarlo y de identificarse con su visión, así como la eficiencia que proyecte. No es muy claro qué pesa más en la decisión final.
La reiterada elección de Kouri en el Callao; el respaldo popular a la gestión municipal de Luis Castañeda a pesar de las severas denuncias de corrupción; el sólido segundo puesto de Keiko Fujimori en la campaña presidencial; el triunfo electoral de Alan García en el año 2006; o la derrota contundente de Valentín Paniagua en el mismo proceso, aportan evidencia empírica de que la lucha por la decencia y las credenciales de una trayectoria sin sombras no son cartel suficiente para ganar una elección. El roba pero hace obra puede seguir teniendo, lamentablemente, atractivo electoral.

La orfandad del posgrado Por : Manuel Burga

Jue, 04/03/2010 - 00:00

Algo similar dijo Michael Porter para el sistema educativo peruano y lo mismo se puede decir para la educación superior pública y especialmente para el posgrado universitario. Esta es la triste realidad. Es decir que al llegar a la cúspide de un sistema educativo, a la anhelada meta que persiguen los gobiernos y los individuos que quieren ser maestros y doctores, se descubre que no existe ningún programa estratégico.
Los resultados de esta ausencia del Estado: San Marcos, por ejemplo, debe tener 29 mil estudiantes en pregrado y 6 mil en el posgrado, del cual deben egresar anualmente 600 y no se gradúan ni el 5% de los egresados, en los dos años siguientes.
En la universidad pública el pregrado es gratuito, cuando se tenía entre 18 y 23 años, y se podía recurrir al apoyo familiar y no era necesario investigar para aprobar los cursos. Ahora, en el posgrado, entre los 27 y los 35 años, cuando ya no hay ayuda familiar, sino más bien obligaciones familiares, no hay quién apoye estos estudios, sea en San Marcos y en cualquier otra pública. En algunas privadas, el posgrado es el gran negocio, pero también en las públicas, en las cuales sirve para pagar algo más a sus docentes de más calidad.
Muchos universitarios, en los 60, tuvimos la suerte de gozar de una beca de estudios en el extranjero y culminar una tesis doctoral que pronto pudimos convertir en libro. Ahora ese tipo de becas se han reducido a su mínima expresión, e incluso ha desaparecido.
Los perjudicados son países como el nuestro, que no tienen programas públicos de reemplazo. El gobierno peruano, en un gesto sin institucionalidad, pero con fotografías en Palacio, entregó 111 becas el 2009, que algunas autoridades universitarias, sin vergüenza alguna, entregaron a sus estudiantes políticos, que los sostienen.
Existe, desde el 2008, contrariamente, el Sistema Bicentenario Becas Chile que “tiene como objetivo fundamental la definición de una política de largo plazo de formación de capital humano avanzado en el extranjero”. Es un proyecto de grandes dimensiones que ofrece 2000 becas anuales, bien pertrechadas, para profesionales chilenos que deciden hacer sus maestrías y doctorados en el extranjero. Su meta es contar, en un plazo de 10 años, “con más de 30,000 maestros y doctores formados en el exterior”.
Esto podría parecer un evento coyuntural, pero no lo es. Un breve artículo de Adolfo Melfi, ex rector de la USP de Sao Paulo, y de Shozo Motoyama, profesor de la misma U., “La educación superior en Brasil”, que se publicará en España, en un libro colectivo, ilustra a cabalidad este proceso.
Nos indican que la inversión brasileña en educación se inició en los 60 y que ahora tienen un posgrado con un enorme respaldo estatal. Brasil es un país de 190 millones de habitantes, pero sus becas de posgrado simplemente nos dejan sin aliento: “En 2008, el sistema recibió de las agencias federales (CAPES y CNPQ) 57,785 becas, siendo 33,518 para los programas de maestría y 24,267 para los de doctorado” (Melfi y Motoyama).
¿Qué ha sucedido en nuestro país donde el Ministerio de Educación está informalmente albergado en alguna parte y en Brasil ocupa el mismo edificio –diseñado por Oscar Niemeyer– desde 1946? Este hecho ya sería emblemático de la ruina de nuestro sistema educativo público. ¿Por qué se abandonó a la educación pública en los años 70 y 80? No hay respuestas convincentes.
Lo cierto es que hoy, ante la escasa inversión pública, la educación privada ha crecido anómalamente, no para suplir esta ausencia, sino más bien para hacer negocio del infortunio y demoler los ahora escasos centros de excelencia educativa, en las universidades públicas y privadas.

Carta de un general Por césar Hildebrandt

El 20 de febrero de este año el mayor general de la Fuerza Aérea Peruana Carlos Ordóñez Velázquez le dirigió una segunda carta al presidente de la república Alan García. No conozco el contenido de LA PRIMERA, pero el de esta segunda misiva podría llegar a ser histórico. He considerado que vale la pena ceder hoy esta página a la valentía inusual de un hombre de armas retirado. He aquí un resumen de la carta.
Sr. presidente:
Hace unos días le dirigí una carta abierta en la que le hacía ver -en forma sencilla- que a pesar de ser el Jefe Supremo de las FFAA y PNP, tal como lo establece la Constitución, sus afirmaciones sobre el reajuste de salarios del personal de las FF.AA. y de la Policía Nacional habían ido cambiando errática y demagógicamente.Lamentablemente, no me equivoqué, pues, con su proceder, usted sigue desdiciéndose de los planes y promesas hechas cuando se encontraba en campaña electoral.Esta bonificación que ha dispuesto para las FF.AA. y la PNP, mediante el Decreto de Urgencia Nº 014-2010, es solamente un minúsculo paliativo, sobre todo para el personal subalterno. Además, como dispone el artículo 4º del dispositivo arriba citado, dicho bono será financiado con cargo a los presupuestos de Defensa y del Interior, sin demandar recursos adicionales al Tesoro Público.Si esto es así, le pregunto: ¿Por qué al anunciar su otorgamiento dijo usted que había dispuesto su entrega “después de un minucioso estudio del presupuesto nacional y de las obras públicas… habiendo hecho reserva de recursos y postergando algunas inversiones”? Yo se lo puedo decir: Lo hizo utilizando el arte de la demagogia y del engaño. Un discurso que pretende hacerle creer al pueblo que se están postergando obras como carreteras, postas médicas, escuelas, etc., y todo por darles un bono a los militares, no es más que una vieja táctica suya, la de enfrentar a unos con otros para obtener réditos políticos. Pero el pueblo no es tonto, presidente. El pueblo peruano se ha dado cuenta de esta burda maniobra y está apoyando a sus Fuerzas Armadas y a su policía.Además, presidente, esto ha sido tomado por la inmensa mayoría de los miembros de las Fuerzas Armadas como una burla y como un signo inequívoco del profundo desprecio ancestral que tiene usted por las Fuerzas Armadas y la Policía. Es decir, además de mantener diezmada la capacidad operativa de las Fuerzas Armadas, ahora afrenta usted la moral del personal militar. ¡Craso error, señor García! Tener equipamiento inadecuado e inoperativo ya es malo, pero ahondar esta situación burlándose del personal, no tiene nombre. Usted no se da cuenta, pero esto le va a reventar en la cara.Lo peor que ha hecho usted es crear diferencias donde no las hay. Al disponer que el bono llamado: “Compensación por Defensa, seguridad Nacional y Orden Interno”, se entregue (por única vez) sólo al personal en situación de actividad a partir del grado de Comandante hasta el de Suboficial de Tercera (o equivalentes) y al personal lisiado o discapacitado en combate, así como a las viudas, no hace sino confirmar su absoluta ignorancia de lo que es la naturaleza de la labor militar. O acaso, ¿usted cree que el personal en retiro no tiene iguales o mayores necesidades que el personal en actividad? ¿Por qué hace usted esa diferencia?No puede usted negar que su propósito es crear desunión y enfrentamiento entre sus miembros. Pero, no se equivoque: el personal en situación militar de retiro nunca va a ver mal que a sus compañeros en actividad se les entregue ese bono, aunque sea una ínfima cantidad. Lo que sí vemos mal, pero muy mal, es su accionar, señor presidente, el que haga usted esas distinciones. Diferencias que no pueden ni deben presentarse. Sino veamos:-El personal en retiro ha dado también su cuota de sacrificio en su momento. Muchos de ellos han sido vencedores en Falso Paquisha, mientras usted estaba bien acomodado en su curul.-Muchos de ellos también combatieron en la Guerra del Cenepa, en inferioridad de condiciones, entre otros motivos – y cito el libro “Pájaros de alto vuelo”, de Carlos Malpica, – por la venta, bajo oscuras condiciones, de doce (12) aviones Mirage 2000 y todo su armamento. Dicha venta fue anunciada por usted al tomar el mando en 1985.-El personal que se encuentra en retiro actualmente, también es aquél que peleó y GANÓ en la lucha contra el terrorismo en los momentos más duros de la demencial arremetida del senderismo entre 1980 y 1995. ¿Pero mientras tanto, qué hacía usted, señor presidente? Se lo vuelvo a recordar: usted destrozaba la economía nacional y llevaba al país, del 85 al 90, a la inflación más grande de su historia.Por otro lado, es indudable que el personal que sufrió mutilaciones y las viudas de aquellos que resultaron muertos en combate requieren de una atención de parte del Estado en agradecimiento a su enorme sacrificio. Eso no está en discusión. El problema está en la discriminación que usted hace.En ese sentido, yo le pregunto, presidente García: Aquellos que no tuvieron la “suerte” de perder una pierna, un brazo, un ojo (o ambos), o los que no murieron en combate, ¿deben ser ignorados acaso? ¿Se trata de un castigo para aquellos que, ganando una guerra, regresaron a casa ilesos?Usted se ha olvidado del principio constitucional que dice que pueden expedirse leyes especiales porque así lo exige la naturaleza de las cosas, pero no por razón de la diferencia de personas.Por eso, esta disposición del Ejecutivo, contrariamente a lo calculado por usted, no va a ser aplaudida por el personal en actividad y menos por los lisiados y las viudas, pues, además de tratarse de un “caramelito” que se diluirá rápidamente, ellos saben que se está cometiendo una injusticia con sus camaradas de armas.Por otro lado, ha anunciado usted que se va a conformar una comisión encargada de estudiar y proponer la reestructuración del sistema remunerativo y de pensiones de las FF.AA. y de la Policía Nacional; sin embargo, vemos que esa comisión está integrada por los representantes de la Presidencia del Consejo de Ministros, del ministerio de Economía y Finanzas, del ministerio del Interior y del ministerio de Defensa, es decir, por un equipo de personas dependientes todas del Ejecutivo, además de una Secretaría Técnica encargada a una persona de reconocido prestigio. Esperemos que no se trate de algún prestigioso miembro del partido del pueblo.En este punto debo resaltar lo siguiente: Cuando paralizaron los gremios de transportes, las comisiones de alto nivel del gobierno se reunieron con ellos y llegaron a un acuerdo. Cuando el turno le correspondió al gremio de construcción civil, igualmente, y en forma reactiva, han tenido que llegar a acuerdos con sus directivos. Y así lo han hecho con todos los gremios y con las comunidades campesinas y nativas de la selva, logrando inclusive derogar leyes o decretos legislativos que consideraban nocivos o injustos para sus intereses.La pregunta lógica sería: ¿Por qué no conforman esta comisión también los directamente afectados? La respuesta cae por su propio peso: porque los militares y policías no pueden hacer huelga, ni hacer paros, ni tomar carreteras ni otras medidas de fuerza. Es por eso que este gobierno abusivo mira despectivamente a los miembros de las fuerzas del orden y no los considera para asuntos tan trascendentales como este. En lo que respecta al Sistema de Pensiones, su novel ministra de economía ha afirmado que se trata de un “sistema quebrado”, mencionando la posibilidad de cambiar la administración previsional de la Caja de Pensiones Militar Policial, por una Administradora de Fondo de Pensiones (AFP). Por ese motivo me veo en la necesidad de aclararle a usted y a su ministra aspectos que, al parecer, no son de su conocimiento o donde ambos están pésimamente asesorados, lo cual, al tratarse de una segunda administración, en su caso, señor, es imperdonable.¿Por qué el sistema de pensiones debe funcionar como lo establece la ley 19846 y no a través de una AFP, tal como lo ha propuesto la ministra Aráoz?La ministra debería saber que la Tasa de Siniestralidad para el caso de personal de las fuerzas del orden se encuentra, en el último quinquenio, en una cifra de alrededor del 27%. Esa tasa de siniestralidad es producto de la naturaleza de las operaciones militares y policiales, un régimen y modalidad de trabajo diferente a otros regímenes públicos o privados. Con dicha tasa ninguna AFP podría sostener un sistema de carácter solidario, es decir un sistema de reparto y capitalización colectiva como lo es la CPMP y como lo son los sistemas pensionarios del personal militar tanto de los países de la región como de países de otras latitudes cuyos gobernantes sí entienden el tema.El sistema de AFP’s no es solidario. Funciona a través de una Cuenta de Capitalización Individual (CCI), por lo cual un suboficial u oficial que, en sus primeros grados, sufra un siniestro o muera en acto o con ocasión del servicio, tendría una CCI muy baja que no permitiría cubrir sus requerimientos o los de su familia.Como segundo punto es necesario hacer saber a la opinión pública el porqué de la actual situación caótica de la CPMP; situación que es de su conocimiento, pero que por falta de decisión o por cálculo político permanece en ese estado:Al comenzar este sistema, en enero de 1973, la Tasa de Aporte era del 6%, correspondiéndole 3% al miembro aportante y 3% al Estado. Esta tasa debía haberse actualizado conforme iba ingresando más personal al sistema y de acuerdo a estudios actuariales que debían formularse cada cinco (05) años.En el año 1979, y después del estudio actuarial respectivo, se incrementó la tasa de aporte al 12%, correspondiéndole 6% al aportante y 6% al Estado. A partir de ese año comenzaron los problemas, pues el aporte correspondiente del Estado dejó de pagarse por inexplicables razones (o por desidia o indiferencia de los sucesivos gobiernos).A la fecha, la tasa de aporte debería estar (de acuerdo a cálculos actuariales) en el orden del 27 al 30%, lo cual no es novedad, pues diferentes países de la región tienen su sistema previsional militar en porcentajes similares, sino veamos: En Argentina, la tasa de aporte asciende a 36%, correspondiéndole 11% al miembro aportante y 25% al Estado.En Colombia, la tasa de aporte asciende a 27%, correspondiéndole 8% al miembro aportante y 19% al Estado.En Venezuela, la tasa de aporte asciende a 30%, correspondiéndole 5% al miembro aportante y 25% al Estado.Pero como usted puede decir que en Venezuela existe un gobierno cuasi militarizado, entonces le presento a continuación el enfoque de Chile, país que usted considera un ejemplo a seguir:En Chile, la tasa de aporte asciende a 26%, correspondiéndole 7% al miembro aportante y 19% al Estado. A esta situación debe agregarse que, sólo en el presente año, la Presidenta Bachelet ha aumentado los salarios del personal de sus Fuerzas Armadas y carabineros hasta en un 12,7% adicional. Y es que los gobernantes Chilenos son estadistas que consideran que sus Fuerzas Armadas son un seguro para su supervivencia como Estado y para proteger sus inversiones.Es bueno saber que el incumplimiento del aporte estatal que le corresponde según ley, ha causado que, al mes de enero del 2010, la deuda del Estado con la Caja ascienda a la suma de MIL TRESCIENTOS MILLONES CUATROCIENTOS CINCUENTA Y TRES MIL NUEVOS SOLES (S/.1,300´453,000.00, según datos de la Gerencia de Pensiones de la CPMP).Señor presidente, admítalo: tanto usted (en sus dos administraciones), como los otros presidentes en las dos últimas décadas, han incumplido el pago que están obligados a hacer y que, actualmente, es la principal causa del desfinanciamiento de La Caja. ¡Ordene usted el pago de la deuda, presidente!Presidente, está usted a tiempo de rectificarse.
Mayor General FAP
Carlos Ordóñez Velázquez
DNI: 43314159