domingo, 28 de febrero de 2010

DEBEMOS PREPARARNOS PARA LO PEOR... Por Milagros Leiva

Experto en sismos advierte en voz alta: "Debemos prepararnos para lo peor"
El presidente del Instituto Geofísico del Perú, Ronald Woodman, lanza alerta. En nuestro país sucederán más terremotos. Hay que prevenir.
Domingo 28 de febrero de 2010 - 07:53 am


Dormía en Paracas cuando ocurrió el terremoto en Chile . Leal a su vocación científica se pasó el sábado analizando el tsunami en la costa peruana.
Preocupado. Ronald Woodman atiende a nuestro llamado a la distancia y pide a los peruanos ser conscientes de nuestra vulnerabilidad.
Usted ha dicho varias veces que los tsunamis sí se pueden predecir, pero los terremotos no.Los terremotos nos sorprenden siempre. El tsunami es el trueno después del relámpago. Cuando ocurre un sismo las ondas se propagan a miles de metros por segundo y casi de forma inmediata los sismógrafos detectan la magnitud, profundidad y epicentro. Si está en el fondo marino y tiene suficiente magnitud podemos dar una alerta.

¿Y cómo va nuestro sistema de alerta de tsunamis?
No funciona.
Cuando ocurre un sismo como el que acaba de suceder en Chile o en Pisco las comunicaciones telefónicas colapsan y nuestro sistema sismográfico depende de la red telefónica. Esa fue la lección de Pisco.
Pero usted pidió un millón de dólares para renovar el sistema.
¿Por qué no le dan el dinero?
Pregúntele al Gobierno.
Esa es mi queja constante. Nunca nos dicen por qué. Hemos presentado el famoso SNIP que nos exigieron y eso llevó tiempo; se demoraron cinco meses en respondernos que sí era viable, pero hasta ahora no vemos el dinero. En el 2009 la Comisión de Presupuesto del Congreso entendió la importancia de este sistema de alerta y autorizó al Ministerio de Economía y Finanzas a transferir los fondos que requería el Instituto Geofísico del Perú para implementar la alarma del tsunami, pasó todo el 2009 y no dieron el dinero y no sé por qué. No dan razones.
El presidente García ha pedido a los peruanos saber el estado de la residencia en la que viven para evitar desgracias.
¿No debería preocuparse también de instalar este sistema de alerta?
Pienso lo mismo. Si el tsunami que ocurrió en Pisco hubiera ocurrido en el Callao habrían muerto miles de personas y estas se podrían salvar con una alerta temprana. Lima ya tuvo tsunami y puede volver a ocurrir. Cuando ocurre un tsunami en Pisco y los que viven en el Callao se preguntan si pasará lo mismo es cuando entra a tallar el sistema de alarma satelital que no tenemos.
En 1746 hubo un terremoto que destruyó Lima y originó un tsunami que arrasó La Punta y el Callao.
¿Volverá a suceder?
Es una regla: todo lo que sucede geológicamente vuelve a suceder. Vamos a tener un tsunami con la misma intensidad que tuvimos en el pasado, lo único que nos favorece es que cuanto más grave es la situación, menos frecuente es. Sismos como los que acaban de suceder en Chile ocurren una vez cada doscientos años.
Pero la gente relaciona. Primero Haití, luego Chile, ¿qué viene?Uno debe pensar en la misma zona. En Haití hacía doscientos años que no ocurría y no tuvieron cultura sísmica para prevenir.
¿Usted diría que el sismo de Pisco fue un terremotito?
Sí. La magnitud fue de 7,9 y compárelo con el 9 de Sumatra o con el 8,8 de Chile.
Pasar de ocho a nueve no es un 10% más fuerte, es una escala logarítmica decir: 9 significa treinta veces más fuertes que 8.
¿El terremoto de 1746 en qué escala estuvo?
No tengo el mapa frente a mí, pero debió ser un 8,5. Ya pasaron 264 años y podría ocurrir uno más fuerte o igual de fuerte. Todavía no ha sucedido lo peor.
Los limeños viven con esa idea en la cabeza incluso mencionan a Santa Rosa y que el mar llegará a la Plaza de Armas.No hablemos de religión, por favor; pero sí le digo que no hay razones para que el tsunami llegue a la Plaza de Armas. Pasará por La Punta y el Callao, de todas maneras. El tsunami que ocurrió en el 2007 al sur de Paracas fue muy similar al que sufrió el Callao en 1746. El mar llegó diez metros más arriba de su nivel normal, imagínese diez metros encima de las casas de La Punta, seis metros son dos pisos. Imagine todo el Callao bajo ese nivel de agua que llega en quince minutos…
¿Intenta atemorizarnos?
Es que es horrible, sería demasiado terrible. Debemos estar preparados para lo peor. En Sumatra murieron 250 mil personas por el tsunami y esas muertes se produjeron porque las autoridades locales no quisieron escuchar a los científicos que pedían un sistema de alarma. Miles de personas se hubieran podido salvar, pero no fue así. Lo que sucedió en Sumatra está pasando en el Perú. No nos hacen caso, no escuchan.
¿Qué le genera esa actitud?
Mucha frustración. Imagino que tres millones de soles no son suficientes para que la ministra Aráoz esté enterada y tome la decisión. Lo único que le pido al señor presidente es que vea que quien está tomando la decisión de no dar el dinero tenga un argumento contundente. El Instituto Geofísico del Perú orienta al Estado y al Gobierno sobre la toma de decisiones en términos de fenómenos geofísicos y debe ser escuchado. Si no quieren creernos que consulten a otra instancia, pero hagan algo. Chile tuvo un sismo el año pasado y por eso incrementó su presupuesto en 60 millones de dólares para mejorar su sistema de alerta; nosotros rogamos por un millón.
¿Tendremos más problemas por el terremoto de Chile?
Tuvimos un tsunami débil. El peligro ya pasó. Siempre que se produzca un sismo hay que pensar que las dos primeras horas siempre son las críticas y hay que estar alerta. Mi recomendación es siempre la misma: si se produce un terremoto y el mar se retira, hay que ganar altura.
¿Y cómo sabemos cuándo es terremoto y no temblor?
Si puedes correr es temblor, si no puedes caminar es terremoto.
Conclusión: los peruanos vivimos en una tierra que tiembla en cualquier momento.Así es. Y mejor asumirlo que negarlo. Ha temblado en el pasado y en el futuro pasará lo mismo.

¿Y cuándo podrán los científicos predecir los terremotos?
Con lo que acabo de decir están todos alertados. Si construye su casa con la tecnología antisísmica puede estar seguro de que la casa no se caerá. Uno tiene que tomar decisiones sin necesidad de fechas. Tenemos que prevenir en todo el territorio peruano.
En California se espera un gran terremoto en los próximos treinta años.
¿En ese tiempo qué pasará en el Perú?
No tenemos la precisión de los californianos, pero sí puedo decirle que usted y sus hijos estarán sometidos en Lima a un sismo muy grande, definitivamente. Eso va a suceder. Y lo que tiene que hacer es vivir en una casa segura. Ojalá y toda la población entienda esto.
¿Lima va a desaparecer?
Se necesita un estudio de vulnerabilidad.
¿Cuántas casas y edificios se han construido de manera antisísmica?
Si hoy sucediera en Lima un terremoto como el que acaba de producirse en Chile sería desastroso. En Pisco hubo un sismo de menor intensidad. ¿Con un terremoto de 8,8 cuántas casas se vendrían abajo? ¿Los hospitales se mantendrían en pie? ¿Se darían abasto? ¿Y los colegios? En el Congreso hay preocupación, pero falta acción.

Hablando del Congreso, me enteré de que usted estuvo el viernes en la Comisión de Defensa para hablar justamente de tsunamis.
¿Es verdad que todos los congresistas participantes al final desaparecieron?
Lamentablemente es verdad.
Él último que quedó presidía la mesa, pero estaba leyendo otras cosas que no tenían nada que ver. Necesitamos más apoyo
¿Pero no estuvo presente el vicepresidente Giampietri?
Estuvo, hizo su discurso de inauguración, pero se tuvo que ir porque tenía cosas más importantes que hacer. Cuando terminé mi charla ya nadie prestaba atención. Fue una pena.
En el Ministerio de Economía no le hacen caso, en el Congreso se duermen y desaparecen, ¿quién nos salvará?
La prensa, si ustedes insisten quizá nos hagan caso a los científicos. Los peruanos tenemos que presionar. No nos queda otra.

ANTE EL RIESGO: RAZÓN O INTUICIÓN ???

Ante el riesgo, ¿razón o intuición?
Aprender a tomar decisiones Frente a una situación desconocida o cargada de emoción, la mayoría de las personas dejan de razonar y tienen reacciones instintivas que no son beneficiosas.

Dr. Bond MNature 2009;461:1189-1192

Un grupo de niños de 8 años juega en el aula con cubos de colores que se ajustan entre sí. Ésta podría ser una escena de juego en casi cualquier escuela del mundo. Pero en ésta, en Stuttgart, Alemania, en realidad los alumnos están recibiendo su primera lección sobre razonamiento probabilístico. Los cubos representan los atributos de los niños – cubos rojos para las niñas y azules para los varones; un cubo amarillo adosado a uno rojo para las niñas que usan anteojos, un cubo verde unido a uno azul para los varones que no usan anteojos. Los alumnos tienen así una representación simbólica de sus compañeros como grupo. Al juntar los cubos en diversos recipientes- el de las niñas y el de los varones, el de los que usan anteojos y el de los que no los usan- se comienzan a dar cuenta de las probabilidades, en este caso de que un niño use o no anteojos. Es un juego que no es del todo juego -sin embargo los niños están interesados.
Se trata de un experimento diseñado en 2005 por Elke Kurz-Milcke del Institute of Mathematics and Computing en Ludwigsburg, Alemania, con la idea de que lo mejor es aprender lo más temprano posible. Enseñar a niños a ocuparse de frecuencias y probabilidades los ayuda a prepararse para las complejidades e incertidumbres del mundo actual y puede contribuir a que tomen decisiones acertadas durante el resto de sus vidas.
Gerd Gigerenzer, psicólogo del Max Planck Institute for Human Development en Berlín acuerda con esto “A comienzos del siglo XXI, casi todos los que viven en una sociedad industrial saben leer y escribir, pero no saben cómo comprender la información sobre los riesgos e incertidumbres en nuestro mundo tecnológico” señala. A principios de 2009, Gigerenzer inauguró el Harding Center for Risk Literacy en el Max Planck Institute para tratar de corregir esta situación. Gigerenzer y su equipo de cinco científicos tienen un doble objetivo.
El primero es investigar cómo las personas perciben el riesgo y el segundo es mejorar las aptitudes estadísticas y de toma de decisiones a través de programas educativos. Gigerenzer está convencido de que se puede enseñar a las personas a mejorar sus aptitudes para la toma de decisiones.
Sin embargo, estas ideas son polémicas. “Hay una gran división entre los investigadores,” manifiesta Dan Kahan, quien estudia la percepción del riesgo en la Yale Law School en New Haven, Connecticut. Señala que muchos especialistas, sobre la base de las investigaciones existentes, creen que la población nunca será capaz de tomar la mejor decisión basada sobre la información científica disponible.Por lo tanto, opina, “la toma de decisiones de riesgo se debe concentrar más en instituciones alejadas de la política” que deben orientar a la población al presentar la información de manera más adecuada.

Ambas partes, sin embargo, acuerdan en que la toma de decisiones incorrecta es generalizada y afecta el bienestar general. Frente a una situación desconocida o cargada de emoción, la mayoría de las personas dejan de razonar y tienen reacciones instintivas que no son beneficiosas. Recordemos los temores tan difundidos en los últimos 10 años en Gran Bretaña y los Estados Unidos sobre el posible vínculo entre el autismo y la vacuna triple viral. A pesar de la falta de datos sólidos sobre esa asociación, muchos padres prefirieron no vacunar a sus hijos, lo que llevó al aumento de los casos de sarampión que podría ser mortal.
También en las cuestiones ambientales hay opiniones exageradas sobre ciertos riesgos. Por ejemplo, los temores persistentes sobre los peligros de las cosechas modificadas genéticamente en Europa, a pesar de estudios que muestran que los riesgos son considerablemente menores de lo que se cree.
Aún aquellos de los que cabría esperar mayores conocimientos, como los médicos, los periodistas médicos o los financistas, con frecuencia caen en las mismas trampas que los demás. En un experimento, Gigerenzer pidió a 160 ginecólogos que interpretaran estadísticas básicas sobre las probabilidades de que una mujer padeciera cáncer de mama cuando su mamografía era patológica. Sólo el 21% respondió correctamente.
El problema, según muchos investigadores en neurociencia cognitiva y psicología, es que se emplean dos sistemas cerebrales para tomar decisiones.
Uno es instintivo - opera desde el inconsciente y a menudo es manejado por las emociones.
El otro es conciente y racional.
El primer sistema es automático, rápido y muy eficaz en situaciones tales como caminar en una calle con mucha gente, lo que exige integrar información compleja de manera casi instantánea y ejecutar acciones muy practicadas.
El segundo sistema es más útil en situaciones novedosas, tales como decidir sobre un plan de ahorro, lo que exige un análisis deliberativo.
Desafortunadamente, el primer sistema se suele imponer, aún cuando la deliberación podría haber sido más útil.

Es por ello que muchos investigadores piensan que es muy difícil intentar mejorar la toma de decisiones a través de la educación, donde predomina el sistema racional.

Dos de los escépticos más sobresalientes son Richard Thaler y Cass Sunstein, conocido economista el primero y profesor de Harvard y director de la Oficina de Información y Asuntos Normativos de la Casa Blanca el segundo. El libro de Thaler y Sunstein “Un pequeño empujón” (Nudge, 2008) insta a los gobiernos y las instituciones a dirigir las opciones de las personas de manera que mejoren sus vidas – enfoque al que ellos llaman “paternalismo libertario”.

Algunos ejemplos son incorporar automáticamente a las personas a los programas de donación de órganos a menos que opten específicamente por negarse; programas para disminuir el embarazo adolescente en los que las niñas reciben un dólar por cada día en que no se embarazan. En general, la idea de este enfoque es brindar incentivos y presentar la información de manera que aumente las probabilidades de que las personas tomen decisiones con buen criterio.

Gigerenzer está de acuerdo en mejorar la forma de presentar la información, por ejemplo mostrar las estadísticas de salud de manera más clara para el médico y para el paciente. Pero no acuerda con los que emplean exclusivamente el enfoque de Thaler y Sunstein, que no confía en la capacidad de las personas para aprender y razonar por sí mismas. Algunos, señala, atribuyen todas las decisiones incorrectas a procesos mentales que las personas no pueden controlar. Sostiene que numerosos indicios indican que se puede aprender a rediseñar la mente- o al menos aprender ardides cognitivos que contribuyan a que se puedan reconocer y compensar sus tendencias.

En la década de 1980, por ejemplo, Richard Nisbett y colegas, de la Universidad de Michigan en Ann Arbor, descubrieron que media hora de entrenamiento en razonamiento estadístico mejoraba significativamente la capacidad de racionalizar los problemas cotidianos.

Daniel Kahneman de la universidad de Princeton y ganador del premio Nobel en economía por su trabajo de vanguardia sobre la psicología de la toma de decisiones, apoya de manera cautelosa el optimismo de Gigerenzer sobre la educación. “La intuición rige la toma de decisiones,” indica Kahneman.Sin embargo, señala que es posible mejorar el pensamiento crítico a fin de poder detectar mejor cuándo se podría cometer un error, para prevenirlo o corregirlo.

Investigadores hallaron que uno de los ardides cognitivos más eficaces es estudiar el problema desde la perspectiva de un extraño; considerar lo contrario de cualquier decisión que se esté por tomar y sopesar múltiples opciones simultáneamente en lugar de aceptar o rechazar una a la vez .Jonathan Baron, de la Universidad de Pennsylvania, y otros investigadores hallaron que algunas personas logran esto mucho mejor que otras. Una clave sobre el origen de las diferencias surge de las matemáticas. Las personas con aptitudes de razonamiento numérico pueden interpretar mejor los datos sobre situaciones de la vida real, como el funcionamiento y la calidad de los hospitales y los seguros de salud.

Ellen Peters, de Decision Research en Oregon, señala que aquéllos que emplean los números más eficazmente para la toma de decisiones lo hacen porque otorgan importancia emocional a los números y consideran que de alguna manera representan la realidad –lo que se conoce como “significado afectivo”.

Esto es lo que su colega Paul Slovic denomina “aprender a sentir los números”. Es partidario de enseñar a los niños a manejar los números dentro de un contexto, desde que aprenden a contar. Por ejemplo, los docentes deberían describir el número 10 como algo tangible –como ser 10 cucuruchos de helado – de modo que los niños puedan recordar el número en relación con el mundo real.
La meta de Gigerenzer es que estas ideas formen parte de la educación integral. Gran parte de su trabajo educativo está dirigido a los adultos que afrontan el riesgo en sus vidas profesionales. (médicos, periodistas y otros grupos de especialistas). “Tenemos toda una sociedad, incluidos los jueces y los médicos, que no está recibiendo preparación para el mundo tecnológico moderno que abarca muchas clases de riesgos,” manifiesta.

La clave, dice, es que las escuelas enseñen problemas estadísticos del mundo real - por ejemplo, calcular las probabilidades de que alguien con prueba de VIH positiva tenga realmente el virus o comparar los peligros de ir en moto en diferentes países. “Nuestro objetivo es que la estadística no se enseñe como una disciplina matemática, sino como una disciplina de resolución de problemas,” dice Gigerenzer.

Gigerenzer ha tenido cierto éxito: en muchos estados alemanes actualmente es obligatorio comenzar a enseñar análisis de datos y probabilidades desde el primer año y la idea también se está instalando en los Estados Unidos. “Sin embargo”-señala Gigerenzer, en casi todo el mundo se enseñan las matemáticas de la certeza, no de la incertidumbre.

Al final, es probable que tanto el enfoque educativo como el “pequeño empujoncito” sean importantes, ya que cuando se trata de tener mejores criterios, la gente- y las sociedades - necesitan toda la ayuda posible.
“Socialmente, puede ser más útil el “empujoncito”, pero las personas y las instituciones también quieren pensar con más claridad,” opina Max Bazerman, de Harvard.
Sunstein actualmente es asesor del presidente de los EE. UU. Barack Obama, con lo que su enfoque parece estar ganando capital político.
La reforma del sistema educativo será más difícil.
Sin embargo, los niños de ocho años de la clase de Stuttgart que mencionamos, al finalizar la escuela estarán bien preparados para afrontar las incertidumbres del mundo moderno.

AMOR ES...............Por: J. Bruce

Dom, 28/02/2010 - 05:00

¿Recuerdan esas imágenes de unas parejas de muñequitos que exaltaban el amor en su versión más idealizada y cursi?
Por ejemplo, aquella tomada de Love Story, la lacrimógena película de 1970 basada en un best seller de Erich Segal.
La frase “Amor es nunca tener que pedir perdón” dio lugar a una de las más famosas pinturas de esos personajes, una aterradora celebración del kitsch.
Pues bien, esos recuerdos acudieron a mi mente con ocasión de una conferencia que acepté dictar en el Centro Cultural Británico, la cual titulé precisamente así: Amor es.
Esperaba conjurar los espectros del ridículo, en el que se puede caer estrepitosamente cuando se aborda uno de los tópicos más elusivos de nuestra educación sentimental. Quería ponerme a cubierto recurriendo a la polisemia, la inmanejable ambigüedad de una palabra que ha sido ultrajada por hordas de comentaristas en todas las épocas.
La otra tentación era la de caer en un discurso precavido y escéptico, en donde el riesgoso afecto es desacreditado y reducido ora a un avatar de la evolución, ora a un feroz argumento comercial: “hay cosas que el dinero no puede comprar, etcétera”.
Lo cierto es que en nuestra sociedad de la farándula –sería pretencioso llamar a la nuestra “sociedad del espectáculo”, como lo hacía Guy Débord– el amor es sometido a una manipulación mediática obsesiva. En su libro Amores líquidos, Zigmunt Bauman apunta que hoy ningún producto es de uso extendido; todos terminan en la pila de desechos apenas sale al mercado la versión mejorada: “¿Por qué las relaciones de pareja serían la excepción?”.
A inicios del siglo XIX, Stendhal escribió un extenso ensayo llamado Del amor.
Ahí propone una clasificación, en donde el que parece imperar en nuestro tiempo se conoce como el amor de vanidad: “una duquesa nunca tiene más de treinta años para un burgués”. Con la penetración envidiable de los grandes novelistas, Stendhal se adelanta al concepto de narcisismo, ese gran escollo en el reconocimiento del otro, en la capacidad de amarlo.
Por último, hay quienes, como Lacan, destierran el amor al limbo de la paradoja asintótica: Aimer, c’est donner ce qu’on n’a pas à quelqu’un qui n’en veut pas. Por razones que solo los exégetas lacanianos podrán explicar, esta frase, cuya traducción literal sería “Amar es dar lo que no se tiene a quien no lo quiere”, ha sido traducida por “Amar es dar lo que no se tiene a quien no es”. Es la cuestión del falo la que parece haber interferido entre las lenguas.
A pesar de su oscuridad, no he querido dejar de citar esta repetida fórmula del pensador francés, para subrayar la dificultad de abordar eso que hacía sentir amenazado a Borges: “Es el amor. Tendré que ocultarme o que huir”.
Concluyo como lo hice en el Británico, con una ocurrencia surgida cuando respondía la última pregunta del público: Al final, el amor es lo que resiste. Luego, cuando miramos hacia atrás, advertimos que esos lejanos puntos de luz, como si los contempláramos desde la cima de una montaña, acaso eran lo más cerca que nos encontramos de la felicidad.
PD: La naturaleza pone, paradójicamente, las cosas en su sitio. Solo se puede sentir tristeza y solidaridad con los chilenos

No hagan olas--------Por Alvarez Rodrich

Dom, 28/02/2010 - 05:00

Cómo jugar en contra de la lucha anticorrupción.
En un contexto en el que se debería esperar del propio Estado, y por parte del sistema político, una rápida capacidad de indignación pero, principalmente, de reacción frente a las expresiones recientes de descomposición en el sector público que han buscado apropiarse ilícitamente de recursos o de influir en nombramientos irregulares, son decepcionantes algunas respuestas que, en lugar de apuntalar la lucha anticorrupción, quieren ponerle paños tibios.
Las reacciones son parte de un libreto conocido: matar al mensajero, es decir, irse contra el denunciante en lugar de responder el contenido de la denuncia; justificar la acusación como un intento de mellar una candidatura electoral; o ‘llamar a la reflexión’ a favor de la estabilidad y la gobernabilidad como excusa para evitar las denuncias a las autoridades públicas. Todas coinciden con la vocación encubridora del ‘no hagan olas’.
El viernes, por ejemplo, el presidente Alan García señaló, a propósito de la denuncia contra el alcalde Luis Castañeda por el turbio incidente alrededor de la deuda de Relima que le permitió una ganancia excepcionalmente fácil a la fantasmal Comunicore, que “hay que ver no solamente si hay verdad o no en la denuncia, sino cuál es el propósito de la denuncia”, ofreciendo una conclusión que es una verdadera vergüenza.
Es una actitud parecida a la de los distintos sectores que camuflan su intención de enjuagar todas las fechorías demostradas en el Consejo Nacional de la Magistratura (CNM) con argumentos tan absurdos como desprestigiar al fiscal Avelino Guillén o sostener que las denuncias contra dicha entidad son inventos y chantajes de “ONGs caviares”.
Y cuando se propone una solución radical –como la que se requiere– para renovar integralmente el CNM luego del papelón que ha protagonizado, tal como se ha planteado en esta columna o como ha sostenido el presidente de la Corte Suprema, entonces el premier Javier Velásquez Quesquén sostiene que “la reforma judicial no requiere medidas tan extremas”.
Lo mismo sucede cuando se conoce que el jefe de la chuponeadora Business Track, Elías Ponce Feijóo, tenía prácticamente una línea directa con figuras estelares de la política como el vicepresidente Luis Giampietri o los congresistas Mercedes Cabanillas y Carlos Raffo, y, entonces, el informe se manda al agua en la comisión formada para investigar este escándalo.
Sin duda, hay que reclamar que las denuncias no sean gratuitas sino bien examinadas y realizadas con responsabilidad. Pero es inaceptable la pretensión de desprestigiarlas con tanta facilidad. Cuando algunos reclaman una cruzada anticorrupción, y algunos políticos se lanzan a querer liderarla, es decepcionante escuchar mensajes de gente tan importante en el país que solicitan que ‘no se hagan olas’.

SIVAS A CHILE ... Por César Hildebrandt


Como si la naturaleza hubiese querido darle un mensaje brutal al nuevo presidente de Chile, esta es la hora de la solidaridad y de la tregua política en un país que se preparaba para asistir al festín de la derecha pinochetista y a la privatización de todo lo que quedara de rentable, comestible y vendible.Es la hora también de la solidaridad continental y mundial con el pueblo Chileno.Proféticamente, el viernes pasado, Heidi Grossmann, una reportera del programa “Día D”, me dijo, entrevistándome para un reportaje que quizá salga en dicho espacio, que alguna gente pensaba que yo odiaba a Chile.“Gente ignorante tiene que ser”, le respondí. Y añadí (y está allí la grabación para corroborarlo):“Admiro a Chile. Amo a Chile. Leía a Neruda, a Nicanor Parra, a Enrique Lihn, a Vicente Huidobro, a Enrique Teillier y aun a Gabriela Mistral, cuando no estaba de moda en mi generación leerlos. Chile es un país que ha hecho sus tareas básicas y tiene una identidad de la que no se avergüenza...”Dije algunas cosas más y terminé así:“La clase dominante peruana despilfarró al Perú. La clase dominante Chilena creó un país. Yo no estoy contra Chile. Estoy intensamente en contra de quienes, en el Perú, permitirían que se repitiera lo de 1879. Mi pelea ha sido para que el militarismo Chileno no vuelva a imponernos sus condiciones...”Pensaba en esas cosas cuando veía las imágenes de la destrucción en la región del Bío Bío y en Santiago.Mi primer viaje al extranjero –recordé- fue a Santiago de Chile, en plena época de Allende. Me fascinó la fuerza de ese pueblo, su dignidad a flor de piel, la reciedumbre de sus convicciones. Pinochet, más tarde, fue la encarnación viciosa y depravada de esa fuerza Chilena. Pinochet le recordó al Perú que Diego Portales era un patriarca, el Perú una presa y la tradición prusiana del paso de ganso una amenaza para sus vecinos. Pero fue Pinochet, no el pueblo Chileno. El pueblo Chileno fue, más bien, la ensangrentada víctima de esa hiena.De modo que está claro: el militarismo Chileno, y los partidos derechistas que lo alientan, son el escollo que el Perú tiene para intentar el olvido y la reconciliación con Chile. Olvido y reconciliación que no sólo son posibles sino que resultan, a la luz de estos tiempos, más necesarios que nunca. Fatalmente, ni olvido ni reconciliación dependen únicamente del Perú.Esta es la hora, sin embargo, de demostrar al mundo cuánto podemos ayudar a un pueblo próximo y afín en tantos sentidos.La ironía es que la mitad de Pisco sigue, tres años y medio después del terremoto, en el suelo, de modo que tampoco esperemos que Chile nos solicite un auxilio masivo. Sobre todo si todo esto ocurre a las pocas horas de un accidente aéreo criminal, causado por una nave de 30 años de antigüedad autorizada a volar por el archicorrompido ministerio de Transportes y Comunicaciones del Perú y en la que han muerto, junto a cuatro peruanos, tres turistas Chilenos que se atrevieron a sobrevolar nuestras líneas de Nazca.Chile es un país serio y aun en el dolor resulta un ejemplo de organización y eficacia. Dos horas después del terremoto, la señora Bachelet empezaba un recorrido por las zonas afectadas de Santiago y desplegaba a sus ministros en diferentes tareas coordinadas por un Comité de Emergencia reunido en pocos minutos.Es imposible determinar, a la hora en que escribo estas líneas, cuánto del PBI Chileno se llevará la reconstrucción.Lo que es cierto es que la arrogancia de Piñera y de su equipo friedmanita tendrá que esperar un poco. Levantar el sur costará mucho dinero. Pero, sobre todo, creará una atmósfera de compasión y empatía que resulta veneno puro para los planes de la derecha Chilena; planes que pasan, como casi siempre, por hacer del “sálvese quien pueda” un himno darwiniano y un lema nacional.El egoísmo esgrimido como extrema virtud –que esa es, en realidad, la idea-fuerza de todas las derechas- tendrá que esperar. El banquete de la desregulación se ha suspendido, casi al mismo tiempo que el festival de Viña del Mar. La embestida en contra de los trabajadores del Estado, a los que les esperaban despidos que “El Mercurio” llamaría “imprescindibles para la modernización”, también se ha cancelado por ahora.Un terremoto de visos cataclísmicos ha parado, por un tiempo, el tsunami indonesio que la derecha Chilena venía preparando