martes, 30 de marzo de 2010

Sainete......................Por: Mariella Balbi

Martes 30 de Marzo del 2010

Nadie pecaría de exagerado si considera que el maloliente caso de Business Track le sigue los pasos a los “vladivideos” y a los actos aledaños de la corrupción fujimontesinista.
Estos últimos tuvieron una presencia cotidiana durante diez años.
El estilo era unas veces más soterrado, otras bastante evidente, aunque poco podíamos probar y luego explotó lo que ya conocemos y que nunca debimos vivir.
Nos torció como sociedad, en la práctica nos convertimos en una republiqueta gansteril.
Mundialmente obtuvimos un récord indeseable.
De hecho Business Track se gestó en las postrimerías del gobierno de Fujimori, su hechura y sello son inconfundibles.
Tuvo (¿tiene?) espiados a ministros, jueces, fiscales, parlamentarios, periodistas, empresarios y empresas, uniformados, personal de contraloría. Siempre que se habla de fechorías en el Perú la lista es larga.
Este hijo mayor del fujimontesinismo no fue descubierto porque la lucha anticorrupción en el gobierno actual sea contundente.
El destape se atribuye a Palacio de Gobierno, a los líos entre empresas, al descuido de algunos implicados en la corrupción.
Los “petroaudios” fueron la punta del iceberg de Business Track, pero el continente que hay debajo es sumamente preocupante.
Ahora resulta que se “pericotearon” o sepultaron algunos archivos importantes.
Y todo es tan confuso que parece que se quiere así. Encima, signo de los tiempos modernos, el sainete está plagado de términos informáticos y de la alta tecnología.
Los abogados de los involucrados se adscriben a la denuncia de desaparición de material, aprovechando eso para favorecer a sus defendidos.
La prensa, que destapó el tema, respaldó lo expresado por la fiscalía, que habla de robo puro y duro. La Dinandro confirma la versión del fiscal y tiene un acta de incautación del material para demostrarlo. El Poder Judicial (PJ) asegura y reasegura que todo está intocado, que nada se manipuló, añadiendo que si se alteraron los USB, los originales están. La comisión del Congreso que investigó a Business Track ha hecho mutis por el foro. Súmele a esta indigesta representación que la comisión de ética nombrada por el PJ encontró desbalance patrimonial a varios vocales supremos.
Lo que queremos saber, afectados y no afectados, es por qué difieren tan diametralmente la denuncia del fiscal con la posición del PJ. La jueza Martínez tiene que decir algo para transmitirnos confianza y seguridad de que la mugre no llegó a su despacho. La fiscalía y el Poder Judicial se amparan en la reserva del proceso que finaliza el 14 de abril. Esperemos que luego de esta fecha todo será transparente y que sepamos con certeza quién mandó a “chuponear” a medio Perú, cuánto pagaron y hasta dónde llegó Business Track. Grotesco como un sainete, pero lamentablemente real.