El salvataje financiero a los bancos y la puesta en marcha de los Planes Estímulo en EEUU, Europa y Japón pudo salvar al capitalismo global del abismo (por lo menos hasta ahora) al que se dirigía a fines del 2008.
Pero por eso mismo, una de las discusiones más importantes en esos países hoy en día gira alrededor de la siguiente pregunta: quién o quiénes van a pagar esa enorme factura.
Normalmente, la reactivación económica que viene después de la recesión se encarga de resolver el problema. Pero ahora no es ese el caso. Se pronostica que en el “área euro” el crecimiento en el 2010 será de solo 1.4% del PBI y en EEUU y Japón 2.8 y 1.5% del PBI. Y en todos ellos el desempleo permanecerá alto.
Así las cosas, en EEUU el déficit fiscal será 10% del PBI en el 2009, más de US$ 1.4 billones y se mantendrá alto en el 2010. Esto ha preocupada a Obama, quien acaba de ansiar el congelamiento de gastos, aunque no los militares. Su anunciada reforma de la salud también va a tener problemas. En Europa, la regla aprobada por la Unión Europea en el Tratado de Maastricht en los años 90 es que el déficit fiscal no puede superar el 3% del PBI (los países se demoraron varios años para llegar a su cumplimiento). Pero ahora con la crisis económica, el déficit fiscal de la UE es 6.9% del PBI.
El Reino Unido bate el récord con un déficit fiscal de 14.2% del PBI. ¿Cómo hacer para regresar al 3% de Maastricht? Allí está el problema porque todo indica que en el 2010 el nivel de déficit será el mismo porque no se van a poder retirar los planes estímulo.
En Alemania, el gobierno de Angela Merkel se ha comprometido constitucionalmente a regresar a la regla de Maastricht en el 2015.
En Francia (donde la deuda gubernamental ya llega al 82% de PBI), Sarkozy ha dicho que es indispensable reducir el déficit de 8.4% del PBI y que está pensando en imitar a Alemania.
Pero los países que tienen más problemas son Portugal, Irlanda, Grecia y España (que han sido denominados “pigs”, cerdos, por sus siglas en inglés), donde los déficits fiscales superan el 10% del PBI.
En Grecia ha habido fuertes protestas callejeras y se anunció que el gobierno le pidió al gobierno chino que le compre US$ 25,000 millones.
Si bien esa “bola” fue desmentida, muchos analistas dicen que los problemas de los países periféricos pueden llevar a la crisis del euro. El Bundesbank de Alemania ronca en el Banco Central Europeo y los alemanes le tienen fobia a la inflación, por lo que las tasas de interés del euro son altas, algo que los “pigs” no pueden soportar.
Se dice, incluso, que puede haber un retroceso general en los logros integracionistas de la UE.
Cuando se revisan los planes para reducir los déficits fiscales casi todo apunta al “recorte del gasto”: reforma del sistema de pensiones, reducción de las “ayudas sociales”, recorte de sueldos a los empleados públicos. Aunque también se habla ya de moratoria en el pago de la deuda, externa e interna, lo que suena conocido.
Se aprecia entonces, que cuando los banqueros requieren dinero “para salvar el sistema”, éste sale rápido de la galera del mago. Pero cuando hay que pagar la factura, son los trabajadores y la clase media los que pagan el pato. ¿Suena familiar?