domingo, 9 de mayo de 2010

Licenciaturas apristas Por Augusto Álvarez


Dom, 09/05/2010

¿Qué va a hacer ahora Alan García con el Apra?


Estaba cantado que la resistencia de Omar Quezada en la secretaría general aprista tenía patas cortas pues no iba a durar mucho especialmente después del ultimátum que le lanzó Palacio de Gobierno, lo cual plantea la pregunta de qué quiere hacer Alan García con el partido mientras se viene imponiendo en esta crisis que todavía no acaba.
En el Apra se resisten a hablar de ultimátum, pero eso fue lo que hizo Javier Velásquez Quesquén –convertido hoy en vocero de García– cuando informó del marcado desacuerdo del presidente con la decisión del Comité Ejecutivo Nacional (CEN) del partido de ratificar a Quezada en la secretaría general.
El premier manifestó el viernes por la mañana que si dicha decisión se mantenía, el presidente se apartaba del partido. Si eso no es ultimátum, pues se le parece bastante. En la noche, en la ceremonia por el aniversario aprista, Quezada tuvo una expresión ambigua: “Por mí sí. Si quieren que me aleje de la dirección de partido, lo hago. Todo por nuestro partido”.
O sea, ‘podría irme pero todavía no me voy.’ Entonces, el CEN, puesto contra la pared para escoger entre García y Quezada, ‘interpretó’ lo dicho por este y decidió “aceptar su pedido de licencia”, aunque lo apropiado sería decir que lo licenció.
Ahora la secretaría general aprista es compartida formalmente por Wilber Bendezú y Javier Morán, pero en los hechos el ganador interno de la crisis –porque en lo externo todos pierden– es el presidente García, lo cual plantea la pregunta de qué podría hacer con este ahora que lo controla.
Sin embargo, parece claro que el problema principal del Apra no es la situación judicial de Jorge del Castillo y Quezada y que, por tanto, la crisis no se resuelve con la licenciatura indefinida de ambos. Esto solo es una expresión del problema.
Porque si bien el Apra es la principal agrupación política peruana, también es cierto que es una carcocha que necesita modernizarse para cumplir la misión de un partido político en una democracia que funciona: además de saber ganar elecciones, tener capacidad de entender los problemas del país, de plantear soluciones y de representar a la población con el fin de actuar como intermediario de las demandas sociales existentes en todo el territorio para darle una respuesta articulada y consistente con una propuesta con sentido integral y nacional.
Ya se verá en el futuro qué quiere hacer García con el partido ahora que ganó el pulseo con Del Castillo y Quezada. Y, también, cómo enfrenta los coletazos de una crisis interna que, sin duda, todavía no termina y que también pretenderá salpicarlo a él, pues seguramente a eso apunta la queja del abogado de Rómulo León con su denuncia de que han desaparecido del CPU incautado a su cliente cien emails de Mirtha Cunza, la secretaria del presidente.