El presidente Alan García –con la ayuda de su escudero Rafael Rey– quiere responder la crítica por el relevo de Luis Carranza en el MEF desviándola hacia una discusión de género cuando la preocupación real es que se le esté saliendo el ‘Hulk económico’ que lleva dentro y convierta el tramo final de su segundo gobierno en farra con serpentina y cotillón, tal como lo fue toda su primera administración.
Para Rey “son profundamente injustas y machistas” las críticas de que una mujer en el MEF significará descontrol del gasto. Y García añadió ayer: “Me parece enojoso, primitivo, que haya personas que digan que porque un cargo tan importante es ocupado por una mujer, una mujer es siempre irresponsable, es torpe, es bruta (...). Más que machismo, es cobardía”.
No he escuchado a nadie decir eso aunque podría haber más de un troglodita que lo diga o piense. Pero sería una paparruchada poner el debate en ese plano cuando lo preocupante de la decisión presidencial de botar a Carranza es que sea la señal del relajamiento de la disciplina económica.
Repetiré lo dicho acá el miércoles: Mercedes Aráoz es una profesional valiosa, honesta, capaz y con experiencia suficiente para ejercer el complejo cargo del MEF. Y el hecho de ser mujer ni le resta (como quisiera un primitivo) ni le suma (como desearía un feminismo trasnochado). La preocupación –y García lo sabe– radica en que la ministra Aráoz no le sepa decir no.
En una entrevista durante la campaña electoral, le pregunté al candidato García sobre el perfil que tendría el titular del MEF, y él, consciente del recelo que generaba por haber producido el más grave daño a la economía nacional, durante los ochenta, respondió que sería alguien con capacidad de decirle ‘No’.
Ya como presidente, García señaló que en su gobierno no se contradecía al ministro de Economía. Lo que entonces no dijo fue que sí se le podía botar –una obvia prerrogativa suya–, que fue lo que efectivamente hizo con Carranza previendo lo que este iba a hacer ante su exoneración tributaria.
Es evidente que el recelo por lo que pueda hacer García en economía se ha reducido mucho por su comportamiento responsable en lo que va del gobierno actual, pero este no es cero y se ha reactivado con la salida abrupta de Carranza del MEF en un contexto en el que han surgido varias señales preocupantes como decir que el SNIP es “una excusa para quitarle los derechos al pueblo” o que una exoneración de impuestos es “el fin de la esclavitud tributaria”. Hulk dixit.
¿Aráoz coincide con esos exabruptos? Ella deberá ser consciente de que, para ser buena ministra de Economía, tendrá que dejar de ser la ministra preferida del gabinete. Merece, por supuesto, el beneficio de la duda, pero no un cheque en blanco. Y eso no tiene nada que ver con que sea mujer.