La supuesta pandemia de gripe AH1N1, que aterrorizó al mundo, no habría sido sino un “bluf” incitado por los lobbies de grandes laboratorios a fin de promocionar sus medicamentos y vacunas contra esa enfermedad.
Quien levanta el dedo acusador es el Dr. Wolfgang Wodard, médico epidemiólogo y presidente de la Comisión de Salud del Consejo de Europa, quien ha obtenido luz verde al seno de su institución para realizar una investigación sobre el papel que jugaron los laboratorios en la campaña de pánico generada alrededor del virus y el rol que cumplieron los estados y la propia Organización Mundial de la Salud (OMS) en esta alarma colectiva.
Con conocimiento de causa el médico alemán señala que desde la primera voz de alerta proveniente de México se sorprendió de que la OMS declarara “pandemia del siglo” a una gripe que apenas había alcanzado a mil personas en todo el planeta, que tenía las mismas características de cualquier influenza estacional y solo causó la décima parte de decesos de la gripe que usted y yo padecemos cada año.
La alerta extrema se fundó en el hecho de que el virus era nuevo, pero esa es justamente la característica de la gripe: que cada año aparece una nueva cepa diferente. Otra fuente de sospecha para el epidemiólogo era que la OMS recomendaba dos inyecciones de vacuna —algo insólito en la prevención de la gripe— y que se utilizaran vacunas con patentes particulares en vez de añadir a las vacunas preexistentes partículas antivirales específicas del nuevo virus AH1N1, como se suele hacer. El resultado es que se utilizaron vacunas cuya eficacia e inocuidad no fueron comprobadas. Y ahora numerosos países desarrollados se encuentran con un excedente de estas vacunas, de las que tratan de desembarazarse vendiéndolas a otros países.
Las acusaciones del Dr. Wodard son muy serias y hasta llevan nombre y apellido. Señala, entre otros, a Klaus Stöhr, jefe del Departamento Epidemiológico de la OMS en épocas de la gripe aviar (la anterior pandemia anunciada por la OMS) que se convirtió entretanto en un alto ejecutivo de la empresa Novartis. Similares vínculos existirían entre Glaxo o Baxter, por ejemplo, y miembros influyentes de la OMS.
La comisión investigará también la actitud de institutos de investigación como el Robert Koch de Alemania y el Pasteur de Francia, que no cumplieron el rol de advertir a las autoridades sobre la inutilidad de adquirir esas vacunas. Solo en Alemania se invirtieron 700 millones de euros en ese tipo de medicamentos.
En el Perú algunas voces como la del conocido Dr. Elmer Huerta alertaron sobre lo excesivo de la alarma desatada por la gripe AH1N1, que en EE.UU. y el mundo había producido muchos menos decesos que la gripe estacional, pero fueron pocos quienes lo escucharon.
Lo que sí debería causar alarma en países como el nuestro es el número de infectados por malaria o paludismo, una enfermedad endémica de estas tierras: 200 millones de personas la contraen anualmente y se calcula que dos millones mueren cada año en el mundo por falta de una vacuna para prevenir este mal.
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¿¿¿ CORRUPCION GLOBAL ???