28.12.09
Los inolvidables
Por Javier Diez Canseco
Por Javier Diez Canseco
Simbolizar una virtud, un defecto, un valor o una conducta execrable en una persona es difícil, ciertamente arbitrario y unilateral. Pero, hay momentos y personajes que se nos quedan en la retina.
Si usted piensa en quién sería el mejor representante de los “aprendices de pendejeretes” este 2009, ¿no escogería a Francis Allison, “cara’e bebe no sé nada”, en esa memorable escena del aeropuerto norteamericano con los billetes embolsicados sin declarar?
Declarar no es lo suyo: ya lo había demostrado cuando olvidó su asesoría a Business Track.
¿Y, entre los “pendejeretes mayores” no es infaltable la figura del ilustre congresista Edgar Núñez negando a una de sus hijas por gordita, anunciando que le pasará pensión y cortándosela después? ¿O tartamudeando cuando le destapan ser socio de Alas Peruanas?
¿El matón del año? ¿El más varonil e imperativo? Sin duda: Rafael Rey y su adusto gesto cuando, refiriéndose al impresentable y tramposo indulto de Alan García a José Francisco Crousillat, nos ordena: “¡No hay nada que discutir. Se acepta y punto!”. ¡Qué miedo! Le sacó varios cuerpos de ventaja a su colega Giampietri, campeón permanente en la categoría.
Y hablando del “indulto billetario” Alan se lleva una de las categorías con más competidores: la del Hipócrita mayor.
Después de leer los tres informes médicos del INPE (2008-2009), determinando que “encontramos (al reo) en el gimnasio” subiendo escaleras raudamente...” y que debe “retornar inmediatamente a su establecimiento penitenciario de origen”, la actuación humanitaria de García obtiene el galardón. ¡No es una decisión fácil!
Cualquiera no le gana a Alva Castro, con su carta sin numeración y de último momento, pidiendo le descuenten los 15,000 dólares del Parlamento que unilateralmente donó al espectáculo de Fabiola de la Cuba.
¿La Caradura del año? Mercedes Aráoz, la flamante Ministra de Economía. ¿La recuerdan defendiendo a capa y espada los inconstitucionales e inconsultos Decretos Legislativos contra los pueblos amazónicos, mintiendo sobre cómo amenazaban el TLC con EEUU? ¿La vieron empujando a una represión violenta y cruenta? Pues no solo se quedó en el cargo, sino que pasó a manejar la Caja (MEF) para Alan.
Verdad que su predecesor Carranza perdió solo por nariz, porque antes de irse ha condecorado a dos ministros estrella de la cleptocracia fujimorista: Jorge Camet y Efraín Goldenberg.
Pero no puedo borrar de mi mente, en esta categoría, la figura de César Nakazaki, el abogado del hermano siamés de Montesinos y de varios de sus socios.
¿Símbolo máximo del lobbismo? Pues don Fidel Ramírez, ilustrísimo Rector de Alas Peruanas que envía jueces a París a disertar sobre... Vallejo, con todo pagado.
Hablando de lo cual, ¿quién es la imagen de los “piquichones”? Yo propongo a Javier Velásquez Quesquén, fiel escudero y servidor de su majestad.
¿Quién simboliza a los impresentables, la vergüenza? Pues, la verdad, esa se la lleva el Congreso, como cuerpo ¿no le da vergüenza ajena?
Pero tenemos también otros símbolos.
¿Valentía e Independencia? Pues pensaría en Beatriz Merino y el equipo de la Defensoría.
¿Dignidad? No dudo: los pueblos amazónicos y Alberto Pizango, que han librado una lucha extraordinaria por ser respetados y consultados por el país y la Amazonía.
¿Símbolo del incomprable? El ácido César Hildebrandt.
¿Identidad irrenunciable? Pues Magaly Solier.
¿Solidaridad? Más allá de su extraordinaria cocina, pensando en su afán de oportunidades para todos y su reacción ante la inequidad, se me aparece Gastón Acurio.
¿Y del Esfuerzo? No lo dudo: los hermanos Daysi y Jorge Cori, eximios ajedrecistas, y sus padres; aunque no olvido a Kina Malpartida y Sofía Mulanovich.
La Selección y Chemo solo simbolizan: fracaso y falta de garra.
En el mundo, dos figuras.
El famoso Obama: frustración.
Y Aminatu Haidar, la pequeña gigante que lucha por la autodeterminación del pueblo del Sahara Occidental: encarna la Esperanza