martes, 3 de noviembre de 2009

¿Es García 50 puntos peor que Castañeda?

¿Es García 50 puntos peor que Castañeda?
30/10/2009

Por: Augusto Álvarez Rodrich

Uno de los resultados más interesantes de las encuestas es la aprobación tan diferente que alcanzan en la opinión pública el presidente Alan García y el alcalde Luis Castañeda, lo cual lleva a plantear más de una hipótesis alrededor del ‘éxito’ en la política peruana.
El desempeño de un presidente tiene un ámbito de influencia a nivel nacional, mientras que el de un alcalde está restringido al espacio para el que ha sido elegido. Esto no solo tiene implicancias relevantes para el análisis sino, para empezar, con la zona de comparación, la cual debiera ser Lima para ponerlos en la misma balanza regional.
Pues lo que tenemos en la capital es que ahí el presidente García tiene su tasa más alta en el país, lo cual constituye una expresión de que Lima viene siendo la principal beneficiada del progreso de estos años en relación a las provincias. Pero dicha aprobación tiene, incluso en la capital, fuertes dificultades para superar la barrera del tercio, y parece difícil que lo vaya a conseguir al menos hasta poco antes de dejar el cargo en julio de 2011, como ocurrió con el ex presidente Alejandro Toledo.
De otro lado, la trayectoria de la aprobación del alcalde Castañeda es espectacular y sorprendente, tanto por las tasas –que suelen ser superiores al 80 por ciento de la población– como por el hecho de que, en mi opinión, al menos, la calidad de su gestión no lo justificaría, especialmente por algunos elementos que con frecuencia la población no alcanza a percibir, como esquivar responsabilidades cruciales en asuntos como la seguridad o las vinculadas a la región Lima, cuya presidencia corresponde al alcalde de la ciudad, pero el actual se esfuerza por evadirlas con el mayor desparpajo.
Sin embargo, debe reconocerse que las obras hechas por Castañeda en las zonas Norte y Sur de Lima son importantes y están sustentando su elevada aprobación. Su apuesta es que esta se refuerce con las inauguraciones que ocurrirán en la zona central durante el estratégico año electoral del 2010. Pero aún aceptando que su gestión municipal tenga factores atractivos para la población, no parecería que el desempeño de Castañeda sea cincuenta puntos porcentuales mejor que el de García.
Parte de la explicación puede radicar en sus estilos personales, uno muy hablantín y el otro casi mudo, pero quizá lo más importante para explicar la enorme distancia que tienen García y Castañeda en la opinión pública sea la diferencia en la percepción del ciudadano sobre lo que se espera de ambos cargos, siendo el examen del presidente, sin duda, mucho más exigente que el de un alcalde.

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