El 'convoy del Oeste' de la política peruana

El 'convoy del Oeste' de la política peruana
Por: Juan Paredes Castro
Domingo 6 de Junio del 2010

Una vez más, por esto o por aquello, resurge la pregunta inevitable: ¿Qué hacer con el Congreso? O la otra pregunta, implícita en la realidad: ¿Es que ya no hay manera de recuperar la única rúbrica jurídica y notarial de nuestro sistema político, en cuanto a su cuerpo de leyes y a la institución que las genera?

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Una democracia no tiene otro foro por excelencia para definir su funcionamiento legal que el Congreso.

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Esta alternativa irreemplazable determina a su vez, dependiendo de la calidad de ese foro, que el país, en este caso el Perú, funcione bien o mal, mejor o peor.
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Sin embargo, paradójicamente, el Congreso se ha convertido en el “convoy del Oeste” de la política peruana, casi repleto de todo, de ideales e intereses, de héroes y villanos, de equipajes livianos y otros de doble fondo, de amarres seguros en los chasís y cuerdas flojas en los frenos. Sus conductores saben a dónde quieren ir, pero ignoran si la carga pesada que llevan consigo los hará llegar a su destino.
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Y para colmo: no hay nada que pueda evitar que un convoy de estas características caiga en una emboscada o en un despeñadero.
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La única manera de construir un convoy diferente es dotando al Congreso de alternativas de delegación de poder, es decir, de candidaturas parlamentarias, controlables y fiscalizables, que no sean tiros al aire salidos de la carabina de Ambrosio.
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Por ahora, Luis Alva Castro, con las riendas del “convoy del Oeste”, trata de salvar la travesía. Busca algo importante que ofrecer al final del camino, que no sea más de lo mismo. Que Dios lo ayude.
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Entretanto, con una cámara o con dos, la calidad del futuro Congreso, el del 2011, dependerá del rigor que pongan los partidos y movimientos en la designación de sus candidaturas y en la fiscalización que ejerza sobre ellas el Jurado Nacional de Elecciones.
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De otro modo estaremos todos perdidos con un nuevo “convoy del Oeste” si los partidos insisten en premiar a financiadores y operadores exitosos de campaña electoral con ofertas de curules a diestra y siniestra. ¡Pobre legislación peruana! ¡Pobre balance de poderes para un Perú que cada vez sabe menos quiénes lo representan!
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La salida de cuadro verbal de Víctor Andrés García Belaunde, en el último pleno, tiene más de anécdota que de giro crucial en la vida parlamentaria. Por encima está la comprobación grotesca de una orden del día que no se respeta y de acuerdos previos de bancadas que terminan por las patas de los caballos.
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¿Alistarán los partidos un convoy diferente, más digno del país que de ellos mismos?