lunes, 19 de abril de 2010

Reagrupamiento de izquierdas Javier Diez Canseco

Lun, 19/04/2010
Han pasado más de 20 años de la fractura de Izquierda Unida (IU). Un terremoto político –se ve claro hoy, a diferencia de entonces– que dio curso a una profunda disgregación y desdibujamiento de las fuerzas socialistas. Dos décadas para finalmente dar paso a un espacio de articulación política de izquierdas dirigido a superar la nefasta etapa de “restar y dividir” por la lógica de “sumar y multiplicar”: el I Encuentro Nacional de Izquierdas por la Refundación de la República.
El Encuentro requirió de preámbulos, como la experiencia de la Coordinadora Político Social que permitió un importante espacio de debate y unidad de acción de organizaciones de izquierda, progresistas y movimientos sociales, y de condiciones políticas nacionales: la combinación de una creciente conflictividad social contra la política neoliberal del Perro del Hortelano, junto a un escenario electoral que llama a definiciones y propuestas alternativas. Ha exigido plantearse la articulación como espacio de adhesión personal –sin cuestionar militancias políticas– y la amplitud de convocar a los sectores independientes, no partidarizados (sin duda bastante más amplios que los partidarizados), y a sectores que no han sido parte de espacios como la CPS.
En la Casa del Maestro de Lima –entre abrazos y re-conocimientos, recuerdos e historias de vida, acercamientos e intercambios entre fuerzas generacionales entre los jóvenes y los “jóvenes de espíritu”– se reencontraron cerca de 600 izquierdistas a convocatoria de un amplio Grupo de Iniciativa. Muchos independientes junto a militantes socialistas, comunistas, verdes (como Tierra y Libertad), descentralistas (como Fuerza Social), de redes y movimientos de jóvenes, de mujeres (desde feministas hasta líderes del Vaso de Leche, los Comedores Populares y las Trabajadoras del Hogar), ecologistas, culturales y de la diversidad sexual.
De 9 am a 6 pm el Encuentro fue un hormiguero de propuestas y esperanza unitaria. Ni un almuerzo ausente provocó malestar o empañó el entusiasmo de dar lugar a un reagrupamiento y refundación de las izquierdas. Un intenso trabajo de comisiones aportó a una creativa declaración de principios sobre nuestra identidad socialista, debatió lineamientos de un programa que da la visión del Perú que queremos y contenido a la Refundación de la República que nos une como propuesta de desarrollo soberano con justicia social y respeto a nuestra biodiversidad. Se debatió un Plan de Acción y de Campañas que –bajo la orientación estratégica de construir y conquistar Poder y Gobierno popular, democrático y por el cambio– busca, por un lado, organizar eventos similares en todas las regiones y dar curso a un II Encuentro con presencia de efectivas delegaciones de ellas; y, por otro lado, desarrollar 3 ejes de campaña: a) la recuperación de efectiva soberanía sobre nuestros recursos naturales, la determinación de su uso, transformación y de la renta que generan en función de los intereses nacionales, el respeto a los derechos de los pueblos y la preservación de nuestros sistemas ecológicos, hídricos y medioambientales, b) enfrentar la galopante corrupción del régimen apro-fujimorista que agobia al país con total impunidad; y, c) la batalla por la conquista de una Asamblea Constituyente, combinando la lucha política de masas con la lucha legal, electoral y de un referéndum nacional, así como con una batalla de ideas ligada a los problemas concretos de la gente y alternativas de respuesta, buscando que la Asamblea sea la herramienta para la Refundación de la República por un canal político: el poder radica en la voluntad soberana del pueblo. Ciertamente, se reafirmó la necesidad de candidaturas unitarias por el cambio en las elecciones futuras.
Un actor político que jugará importante papel: rearticular fuerzas sociales y políticas dispersas que han constituido base de proyectos políticos que han frustrado expectativas creando condiciones para una fuerza que se plantee Peruanizar el Perú y Refundar la República.