Mar, 20/04/2010
Nicolás Lynch
El escándalo de BTR nos lleva por el túnel de tiempo a la manera como manejaban el país Fujimori y Montesinos.
Un aparato de inteligencia con vínculos públicos y privados, un grupo de grandes empresas ansiosas por participar en el saqueo del mercado peruano, un gran hacedor en la cúpula del poder que pretende manejar a unos y otros, así como eventuales chivos expiatorios que habiendo también pecado, si no delinquido, deben repartirse alternativamente el peso de las culpas de acuerdo a los designios del gran jefe.
El objetivo, como antes, controlar el poder por la vía de una red mafiosa y con la plata que brindan los negocios a su amparo, más allá de los plazos legales para ocuparlo, de manera que algunos pocos continúen con sus ingentes ganancias a costa del Perú mientras otro cumple con sus sueños de ser o controlar al mandón de turno.
La novedad inmediata es el escándalo, el peligro en este tipo de manejos, que no hace sino expresar las agudas disputas por diferentes porciones del poder, político y económico, entre distintos grupos de la red mafiosa. En estos negocios, donde se mezclan tan íntimamente economía y política, la hipótesis recurrente es que tiene que haber un desacuerdo sobre pagos. Quién le pagó qué a quién y cuándo. De lo contrario no entendemos la persistencia del escándalo y la continuación de los destapes.
Asimismo, en el extremo, el acuerdo o desacuerdo sobre quién debe ser el gran hacedor. ¿Garantiza el jefe actual los intereses comunes de los saqueadores o preferirían estos últimos algún reemplazo? No lo sabemos.
La extensión también es un dato fundamental. Por lo que aparece podrían estar implicados los tres poderes del Estado.
Ex ministros que aclaran al infinito, Presidente que pugna por administrar el asunto, congresistas que intercambian acusaciones, comisiones investigadoras frustradas, jueces y fiscales que pierden y encuentran pruebas, policías en situaciones incómodas, etc, etc.
Un desorden en las alturas que en época preelectoral podría afectar seriamente las intimidades que sostienen el actual modelo neoliberal.
Cuánto de este capitalismo de amigotes tocará las elecciones venideras es ahora el tema en cuestión. Ya se ha denunciado la intervención de BTR en las elecciones de 2006 ¿por qué no pasaría algo similar el 2011? Lo que sí nos queda claro por el momento es que esta es la forma cómo se gobierna el Perú y estos son los manejos que hay que erradicar si queremos algún futuro para nuestra patria.
Cuánto de este capitalismo de amigotes tocará las elecciones venideras es ahora el tema en cuestión. Ya se ha denunciado la intervención de BTR en las elecciones de 2006 ¿por qué no pasaría algo similar el 2011? Lo que sí nos queda claro por el momento es que esta es la forma cómo se gobierna el Perú y estos son los manejos que hay que erradicar si queremos algún futuro para nuestra patria.