Le Monde diplomatique Nº 32, Dic. 2009
Ultimátum a la Tierra Ignacio Ramonet*
Representantes de todos los países del mundo se reúnen en Copenhague (Dinamarca) del 7 al 18 de este mes en el marco de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, con el objetivo de evitar que, de aquí a 2050, la temperatura media del planeta aumente en más de dos grados.
Desde la Convención del Clima y la Cumbre de Río de Janeiro en 1992, y la firma del Protocolo de Kyoto en 1997, las emisiones de CO2 han progresado más que durante los decenios precedentes.
En esa perspectiva, tres son los temas centrales que se abordan en Copenhague:
• Determinar la responsabilidad histórica de cada Estado en la actual degradación climática, sabiendo que el 80% de las emisiones de CO2 son producidas por los países más desarrollados (que sólo reúnen el 20% de la población mundial), y que los países pobres, los menos responsables del desastre climático, padecen las consecuencias más graves.
Por otra parte, es un sistema despilfarrador que agota los recursos del planeta.
Actualmente la Tierra ya es incapaz de regenerar un 30% de lo que cada año consumen sus habitantes.
Y demográficamente éstos no cesan de crecer. Somos ya 6.800 millones, y en 2050 seremos 9.150 millones… Lo que complica el problema. Porque no hay recursos para todos.
Si cada habitante consumiese como un estadounidense se necesitarían los recursos de tres planetas.
Si consumiese como un europeo, los de dos planetas…
Cuando no disponemos más que de una Tierra. Una diminuta isla en la immensidad de las galaxias.
De ahí la urgencia en adoptar medidas que detengan la huida hacia el abismo.
De ahí también, ante el cinismo de muchos líderes mundiales, la rabia de los miles de militantes ecologistas que convergen de todo el planeta hacia la capital danesa gritando dos consignas: “¡Cambiad el sistema, no el clima!” y “Si el clima fuese un banco ¡ya lo habrían salvado!”.
Se cumplen diez años de las grandes manifestaciones de la “batalla de Seattle” que vieron nacer el movimiento altermundialista.
En Copenhague, una nueva generación de contestatarios y activistas, en nombre de la justicia climática, se dispone a abrir un nuevo ciclo de luchas sociales. La movilización es enorme. La pelea va a ser grandiosa. Está en juego la supervivencia de la humanidad. ♦
REFERENCIAS
(1) Recompensado colectivamente, en 2007, con el Premio Nobel de la Paz por sus informes sobre los cambios climáticos.
(2) Los árboles, las plantas y las algas de los océanos absorben y neutralizan el CO2, y producen oxígeno; de ese modo ayudan a combatir el efecto invernadero.
(3) Véanse Harald Welzer, Les Guerres du climat. Pourquoi on tue au XXIe siècle, traducido del alemán por Bernard Lortholary, Gallimard, París, 2009, y Gwynne Dyer, Alerte, changement climatique: la menace de guerre, traducido del inglés por Odile Demange, Robert Laffont, París, 2009.
*Director de Le Monde diplomatique, España