Para la ONU, casi la mitad de la población mundial está desnutrida
Además, mil millones sufren hambre, la cifra más alta de la historia, según el organismo. El problema creció por la crisis financiera y por el alza en el precio de los alimentos
Mientras los más optimistas ya hablan del "comienzo del fin" de la crisis financiera internacional, la ONU alertó ayer que el hambre aumentó "significativamente" en los últimos dos años: en el mundo ya hay más de 1.000 millones de personas que la padecen, la cifra más alta de la historia, y 3.000 millones de desnutridos, esto es: casi la mitad de la población mundial, de 6.500 millones.
Los datos fueron difundidos casi al mismo tiempo por la directora del Programa Mundial de Alimentos (PMA), Josette Sheeran, en Londres, y el relator especial de la ONU sobre el Derecho a la Alimentación, Olivier de Schutter, en un foro en México.
La directora del PMA cifró la cantidad de hambrientos, es decir, personas que no acceden ni a los requerimientos básicos de alimentación, en 1.020 millones, y alertó que el flujo de ayuda humanitaria está en "un mínimo histórico". Para Sheeran: "Este año tenemos más personas hambrientas que nunca" y remarcó que "muchos se despiertan y no cuentan ni con una taza de comida".
Según la responsable del organismo humanitario de la ONU, esa situación es una "receta para el desastre" y resulta "crítica para la paz, seguridad y estabilidad en muchos lugares del mundo".
La vulnerabilidad de muchas personas, explicó, se ha agravado por "dos tormentas que han coincidido y están golpeando": la crisis financiera internacional y el encarecimiento de los alimentos.
Además, hizo un "llamado urgente" al G-8, -los siete países más industrializados y Rusia-, y al G-20 -los países más ricos y los emergentes-, para que atajen un problema que requiere algo más que "soluciones a largo plazo".
"Con la Asamblea General de Naciones Unidas y la cumbre del G-20 en Pittsburgh (EE.UU.) en el horizonte, los líderes mundiales tienen una oportunidad ideal para poner el hambre en el mapa", remarcó el PMA en un comunicado. Los dos encuentros mundiales serán la semana que viene.
Además, Sheeran avisó que el PMA afronta "un grave déficit presupuestario", pues este año sólo recibió US$ 2.600 millones de un total de US$ 6.700 millones necesarios para dar de comer a 108 millones de personas en 74 países. Sobre el terreno, esa falta de fondos se traduce en el recorte de programas que se desarrollan en distintos países.
La directora del PMA remarcó que, con "menos del 1%" de las inyecciones económicas que han hecho los gobiernos para salvar al sistema financiero global, se podría resolver la calamidad de millones de personas que son víctimas de la hambruna.
Casi en simultáneo, en México, el relator especial de la ONU para temas de Alimentación advirtió que la situación del hambre es "alarmante" y que los Estados deben implementar "programas eficientes" que hagan frente a esta problemática que se agudiza cada vez más con factores como el crecimiento demográfico, la crisis alimentaria y el cambio climático.
Durante su intervención en un foro de diversas ONGs sobre el derecho a la alimentación, De Schutter reconoció que aunque los países menos desarrollados son siempre los más vulnerables ahora "la crisis económica está empeorando más la situación" y extendiendo los afectados. El experto prevé que en los próximos años los países tendrán "menos fondos para desarrollar los programas que necesitan para poder enfrentar el desafío" tanto del hambre como de la malnutrición, y criticó que en muchos países los legisladores hablen del hambre sin concretar iniciativas para solucionarlo.
"Tenemos que movilizarnos contra el hambre y empezar a identificar los sectores vulnerables para que sean atendidos", remarcó.
En tanto, la Organización de la ONU para la Agricultura y la Alimentación (FAO), advirtió que en América latina el número de personas que la sufren aumentó de 45 a 53 millones. El representante regional del organismo, el brasileño José Graziano da Silva, señaló que "el alza de los precios de los alimentos y la crisis económica empujaron a millones a una situación de inseguridad alimentaria, y muchos países afectados no tienen los recursos propios para responder"
Además, mil millones sufren hambre, la cifra más alta de la historia, según el organismo. El problema creció por la crisis financiera y por el alza en el precio de los alimentos
Mientras los más optimistas ya hablan del "comienzo del fin" de la crisis financiera internacional, la ONU alertó ayer que el hambre aumentó "significativamente" en los últimos dos años: en el mundo ya hay más de 1.000 millones de personas que la padecen, la cifra más alta de la historia, y 3.000 millones de desnutridos, esto es: casi la mitad de la población mundial, de 6.500 millones.
Los datos fueron difundidos casi al mismo tiempo por la directora del Programa Mundial de Alimentos (PMA), Josette Sheeran, en Londres, y el relator especial de la ONU sobre el Derecho a la Alimentación, Olivier de Schutter, en un foro en México.
La directora del PMA cifró la cantidad de hambrientos, es decir, personas que no acceden ni a los requerimientos básicos de alimentación, en 1.020 millones, y alertó que el flujo de ayuda humanitaria está en "un mínimo histórico". Para Sheeran: "Este año tenemos más personas hambrientas que nunca" y remarcó que "muchos se despiertan y no cuentan ni con una taza de comida".
Según la responsable del organismo humanitario de la ONU, esa situación es una "receta para el desastre" y resulta "crítica para la paz, seguridad y estabilidad en muchos lugares del mundo".
La vulnerabilidad de muchas personas, explicó, se ha agravado por "dos tormentas que han coincidido y están golpeando": la crisis financiera internacional y el encarecimiento de los alimentos.
Además, hizo un "llamado urgente" al G-8, -los siete países más industrializados y Rusia-, y al G-20 -los países más ricos y los emergentes-, para que atajen un problema que requiere algo más que "soluciones a largo plazo".
"Con la Asamblea General de Naciones Unidas y la cumbre del G-20 en Pittsburgh (EE.UU.) en el horizonte, los líderes mundiales tienen una oportunidad ideal para poner el hambre en el mapa", remarcó el PMA en un comunicado. Los dos encuentros mundiales serán la semana que viene.
Además, Sheeran avisó que el PMA afronta "un grave déficit presupuestario", pues este año sólo recibió US$ 2.600 millones de un total de US$ 6.700 millones necesarios para dar de comer a 108 millones de personas en 74 países. Sobre el terreno, esa falta de fondos se traduce en el recorte de programas que se desarrollan en distintos países.
La directora del PMA remarcó que, con "menos del 1%" de las inyecciones económicas que han hecho los gobiernos para salvar al sistema financiero global, se podría resolver la calamidad de millones de personas que son víctimas de la hambruna.
Casi en simultáneo, en México, el relator especial de la ONU para temas de Alimentación advirtió que la situación del hambre es "alarmante" y que los Estados deben implementar "programas eficientes" que hagan frente a esta problemática que se agudiza cada vez más con factores como el crecimiento demográfico, la crisis alimentaria y el cambio climático.
Durante su intervención en un foro de diversas ONGs sobre el derecho a la alimentación, De Schutter reconoció que aunque los países menos desarrollados son siempre los más vulnerables ahora "la crisis económica está empeorando más la situación" y extendiendo los afectados. El experto prevé que en los próximos años los países tendrán "menos fondos para desarrollar los programas que necesitan para poder enfrentar el desafío" tanto del hambre como de la malnutrición, y criticó que en muchos países los legisladores hablen del hambre sin concretar iniciativas para solucionarlo.
"Tenemos que movilizarnos contra el hambre y empezar a identificar los sectores vulnerables para que sean atendidos", remarcó.
En tanto, la Organización de la ONU para la Agricultura y la Alimentación (FAO), advirtió que en América latina el número de personas que la sufren aumentó de 45 a 53 millones. El representante regional del organismo, el brasileño José Graziano da Silva, señaló que "el alza de los precios de los alimentos y la crisis económica empujaron a millones a una situación de inseguridad alimentaria, y muchos países afectados no tienen los recursos propios para responder"
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